En un mundo donde los Alphas están arriba de todo y los Omegas abajo, Aria Vance una trabajadora de un club exclusivo para Alphas dominantes, donde se ofrecen servicios para ayudarlos a liberar la carga de sus feromonas, siendo que todos los empleados de la servidumbre estrictamente son Betas, por lo cual ella tuvo que mentir en su sub genero para poder trabajar allí, escondida en la cocina como ayudante. Todo iba bien hasta que un día de trabajo una serie de eventos inesperados la pusieron frente a Liam Vidal, un Alpha dominante, que llevado por sus instintos se abalanza sobre ella. Después de allí comienzan a ocurrir sucesos que la obligan a correr lejos de la vida de aquel hombre, entre ellas es el hijo que ahora llevaba en su vientre.
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Capitulo 5. Miedo y dominación
La mujer se encontraba frente a él, dejando salir sus feromonas de forma descuidada, se supone que todo el personal de servicio está compuesto por Betas, entonces, ¿Por qué llevaba puesto un uniforme de servicio cuando claramente era una Omega? - suspiro- lo más seguro era que se trataba de otros de los juegos de Adira, esa mujer disfrutaba molestándolo, ya que sabía de su condición.
Observando la forma y la mirada perdida de la mujer, era claro que estaba siendo influenciada por sus feromonas, se supone que todos los Omegas allí están preparados para soportarlo, ¿tal vez esta mujer sea nueva?
- ¿Tomaste los supresores? – le pregunta de forma directa
- ¿Ah? – dice espabilando, aunque sonaba agitada – s… si – le responde
- Entonces, ¿Por qué estas…? – se detuvo un momento a pensar en aquella situación, “esta mujer, desde que la vi ha estado liberando sus feromonas, pero no me han molestado” piensa.
- ¿Ah?, ¿Qué? – dice la mujer alarmándose en el instante en que Liam la toma de los brazos
- Quédate quieta – le dice en tono fuerte, mientras comienza a olfatear su cuello – es dulce, pero también tiene un aroma cítrico, ¿Qué es? – dice antes de lamer su cuello, tratando de hallar el motivo por el cual no se sentía empalagado por aquellas feromonas, al contrario, eran placenteras, la mujer emitió un gemido en cuanto lo hizo - ¿mandarina?, sí, creo que es exactamente – dice impregnándose de ese aroma
- Se, se, señor, yo… - no pudo siquiera explicar su situación, los espasmos producidos por las feromonas de aquel hombre no le permitían pensar de forma clara y en ese corto instante de lucidez, tampoco le fue posible debido a que el hombre la beso, impregnándola de sus feromonas, haciendo que perdiera el control de sus sentidos.
- Ven – le dice halándola hacia la habitación, sin que está pudiera oponer resistencia alguna.
Desde que su segundo genero se hizo notorio en su cuerpo, fue como haber abierto un cofre lleno de problemas con el cual no podía lidiar, el nivel de sus feromonas cada vez iba más en aumento y no había podido encontrar un Omega que pudiera lidiar con ellas, y que además no le causara repulsión sus feromonas, hasta que esta mujer se presentó ante él, su aroma era adictivo, aún más en el momento en que sintió su interior, mezclando sus feromonas, perdiendo el control con cada embestida, sin restricciones.
En un corto momento de lucidez, Aria miro al hombre sobre ella, sintiéndolo moverse en su interior, impregnándola de sus feromonas, no sabía cuánto tiempo había pasado, como había llegado a estar en la cama debajo de él y además su garganta dolía, aun así, podía escuchar claramente sus propios e incontrolables gemidos.
- YA, no, no, mas – dice forzándose a sí misma a esclarecer sus ideas
- Aun no – dice el hombre agitado, sin dejar de embestirla – no he tenido suficiente – le dice, estaba perdido, no sabía en qué punto detenerse, fuera de control, llevado por sus instintos, cegado y embriagado de placer.
Aria sintió al hombre anudarse en su interior, después el dolor en su nuca, seguido de la agudización de sus sentidos, las feromonas del hombre se hicieron más notorias, como si corrieran por sus venas, impregnando todo su interior, dominando todo de ella hasta hacerla perder la conciencia nuevamente.
Al abrir los ojos lo primero que pudo observar fue un techo blanco, aunque su vista era un poco borrosa, su cuerpo se sentía pesado, adolorido y entumecido, en su mano derecha tenía una vía conectada, un sonido mecánico en forma de pitidos repetitivos.
- ¿Ya despertó? – le dice una mujer vestida de blanco, mientras cambia el suero conectado a la vía de su mano
- ¿Dónde estoy? – le dice Aria, su voz era ronca y le dolía para hablar
- En el hospital – le dice terminando lo que hacia
- ¿Qué?, ¿Cuándo?, ¿Qué día? – dice confundida, sus recuerdos eran borrosos y su cabeza dolía
- Tres días – le responde la mujer recogiendo de la mesa una charola metálica – está aquí, desde hace tres días – le dice en tono amable
- ¡Tres días! – dice alterada, ¿Cómo había pasado allí tanto tiempo?
- Tranquila, llamare al doctor y él le explicara – le dice en tono calmado – ahora solo, espere aquí, ¿ok? – le dice viéndola fijamente
- Si – le dice Aria resignada
Se sentía confundida, todo daba vueltas y además estaba preocupada por su madre, cerró sus ojos tratando de recordar lo que le había sucedido, “aún no he tenido suficiente” su cuerpo tembo al recordar aquellas palabras, la voz de aquel hombre, algo que la hizo caer en cuenta de que, se había apareado con aquel extraño, de quien no recordaba su rostro, lo único que sabía es que era un dominante y si ella se encontraba en el hospital, significaba que su cuerpo no fue capaz de resistir la carga de feromonas de aquel extraño.
- La enfermera me notifico que ya se había despertado, pero si quiere puedo darle un tiempo más – le dice el doctor viendo que Aria se encontraba acostada con los ojos cerrados
- No, no, es solo que, intentaba recordar algo de lo que me sucedió – le dice cabizbaja
- Tuvo una carga fuerte de feromonas – le dice el doctor acercándose a ella – era un Alpha dominante así que es entendible el atropello que sufrió su cuerpo – el hombre le hablaba de forma amable y calmada – imagino que después de haberla marcado su cuerpo absorbió aún más feromonas de las que debía y por ello tuvo que descansar por tanto tiempo – le explica
- ¿Qué?, ¿marca?, ¿Cuál marca? – dice alterada, sentía como el miedo recorría su cuerpo
- Usted fue marcada, señora – le dice el hombre viéndola
- ¡¿Qué?! – alarmada tocó su nuca, consiguiendo un vendaje que la cubría
- Tuvimos que tratarle la marca, en unos días podrá quitarse la venda – le dice notando la confusión en Aria
Su corazón comenzó a latir rápidamente, la respiración se le agito y su mente se abrumo, ¿Cómo era posible que le sucediera?, ¿Qué haría ahora?, estaba totalmente asustada de lo que sucedería de allí en adelante, porque ahora se encontraba marcada por un Alpha al cual ni siquiera conocía.