Ecos De Eos

Luego de haber sido llevados a la trampa, Axel y Kai se preparaban para luchar contra todos los drones que emergian de la oscuridad.

Vera, la líder Tecnomante, observaba desde la otra mitad de la sala, era una silueta fría y controladora entre las luces parpadeantes de las pantallas que controlaban su mundo. Sus ojos brillaban con una malicia calculada mientras observaba a Axel y a Kai prepararse para la inminente batalla.

“Esta es la prueba que debes superar si realmente quieres las respuestas que buscas,” dijo, su voz distorsionada por el implante en su garganta. “Los Tecnomantes no compartimos nuestra información con cualquiera. Demuestra que eres digno.”

Los drones, pequeños y ágiles, zumbaban en círculos. Estaban equipados con armas de energía y descargaban ráfagas láser que obligaron a Axel y a Kai a moverse rápidamente, esquivando las luces rojas que cortaban el aire. Los reflejos de Kai eran rápidos, mucho más de lo normal gracias a su poder. Cada vez que un rayo láser se acercaba, su cuerpo parecía volverse un borrón, esquivando con una velocidad sobrenatural.

Pero Axel, aunque podía moverse con agilidad, no tenía la ventaja de la velocidad de Kai. Sabía que tendría que confiar en sus propias habilidades recién descubiertas, aquellas que apenas comenzaba a comprender.

Sintió cómo la energía recorría su cuerpo, el calor familiar llenando sus venas. Sus manos brillaron con la luz dorada que había visto por primera vez cuando despertó su poder. Esta vez, no fue solo fuego lo que sintió. Había algo más, algo que apenas podía controlar. Se concentró, intentando canalizar la fuerza que se agitaba en su interior.

Con un grito de determinación, lanzó una llamarada hacia el primer dron, el fuego envolviendo la pequeña máquina como si fuera un depredador consumiendo a su presa. El dron explotó en una lluvia de chispas y metal retorcido, pero otros cinco tomaron su lugar.

Kai, mientras tanto, estaba ocupado esquivando ráfagas de energía, buscando una oportunidad para atacar. Pero los drones eran implacables, y su precisión hacía difícil acercarse a ellos sin recibir daño. "¡No puedo con todos! ¡Necesitamos una estrategia!" gritó mientras evitaba otro disparo que pasó rozando su hombro.

Axel frunció el ceño, recordando lo que había sentido aquella noche en su habitación. No solo podía manipular el fuego; había algo más. El aire a su alrededor parecía resonar, vibrar con una energía invisible que él aún no comprendía del todo. Cerró los ojos por un momento, tratando de sentir esa vibración, conectarse con ella.

De repente, lo sintió. Una corriente de viento, suave pero poderosa, corrió a través de la sala. Abrió los ojos y levantó una mano. Al hacerlo, el aire pareció responder a su llamado. Una ráfaga de viento surgió de su palma, envolviendo a los drones más cercanos. Los pequeños mecanismos lucharon contra la corriente de aire, sus motores chirriando mientras perdían el control.

"¡Eso es!" gritó Kai, viendo la apertura. Aprovechando el momento, se movió a una velocidad asombrosa, usando el viento de Axel como cobertura. Con una serie de movimientos rápidos, derribó tres drones, arrancándolos del aire antes de que pudieran reajustarse.

Pero la pelea estaba lejos de terminar. Un nuevo grupo de drones apareció, esta vez más grandes y armados con cañones de energía. Axel sintió cómo su corazón latía con fuerza. No podía detenerse ahora. Sabía que tenía más poder dentro de él, pero usarlo era un riesgo. Cada vez que lo hacía, sentía como si una parte de su vitalidad se drenara.

Los drones comenzaron a disparar nuevamente, sus cañones lanzando ráfagas de energía que iluminaban la sala. Axel alzó ambas manos, intentando convocar algo diferente. En lugar de viento o fuego, sintió otra vibración, algo eléctrico que recorría la habitación. Al principio, fue solo un cosquilleo, pero rápidamente se convirtió en una corriente poderosa.

Con un rugido, Axel liberó una descarga de electricidad. La corriente atravesó el aire, conectándose con los drones y sobrecargando sus sistemas. Los pequeños aparatos se sacudieron y chisporrotearon antes de caer al suelo, inservibles.

Kai lo miró, impresionado. “No sabía que podías hacer eso.”

Axel respiraba con dificultad, sintiendo el agotamiento. “Yo tampoco… hasta ahora.”

La sala quedó en silencio por un momento. Los drones estaban destruidos, y la prueba de Vera había sido superada. Axel apenas podía mantenerse en pie, sintiendo cómo sus fuerzas se agotaban con cada segundo que pasaba. Pero la victoria era suya, al menos por ahora.

Vera unió la sala mientras caminaba con la gracia fría de alguien que sabía que tenía el control. Observó los restos de los drones y luego miró a Axel con una sonrisa leve, pero no amistosa.

“Interesante, tienes más de un poder.” Se detuvo frente a él, evaluándolo. “Has demostrado tu valía, Axel. Pero no te equivoques. Esto fue solo una prueba menor. Si realmente quieres respuestas, tendrás que enfrentarte a desafíos mucho más grandes.”

Axel, aún jadeando, la miró con desconfianza. “Cumplimos con tu prueba. Ahora danos lo que prometiste.”

Vera asintió, inclinando ligeramente la cabeza. “Por supuesto. La información que buscas está en nuestros sistemas, pero no es tan simple. Lo que está ocurriendo en Solis va más allá de lo que cualquier facción ha comprendido hasta ahora. Las facciones están al borde de una guerra abierta, pero detrás de eso hay fuerzas mucho más oscuras en juego.”

Axel y Kai se miraron. Sabían que las facciones se estaban fragmentando, pero si había algo más detrás del caos, eso complicaba aún más las cosas.

“Necesitarás aliados,” continuó Vera. “No sobrevivirás solo con tus habilidades. Los Elementales, los Psíquicos, los Metas… todos tienen algo que aportar. Si realmente quieres luchar contra lo que se avecina, tendrás que unirlos.”

Axel asintió lentamente. Aunque había vencido en esta prueba, el verdadero desafío apenas comenzaba. Tendrían que ganarse la confianza de las otras facciones, encontrar la manera de sobrevivir juntos en un mundo que se desmorona a su alrededor y, más importante aún, descubrir que es lo que se avecina.