Christian Moltanba es el principal sospechoso de cometer tres asesinatos, por esta causa, es llevado a la pena de muerte. El muere sin conocer a su hijo, Mathias, el cuál también es hijo de Ana Lucia, una joven abogada que luchó hasta el último momento junto a Christian, pero la muerte del joven la deja a ella en peligro, y se ve obligada a casarse con el más longevo de la familia Montalbán. El señor William. quién después de la muerte de Christian, reaparece luciendo mucho más joven.
lo cierto es que el deceso de Christian no quedará impune, pues Moltanba regresará del mismo infierno para hacer pagar a todos sus enemigos y así poder demostrar que es inocente.
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Tú también dudas.
8 El matrimonio no es un juego. El matrimonio es la unión de dos personas que deciden vivir juntas, procrear y apoyarse mutuamente. Se jura amor eterno, frente al altar, una decisión que se toma por dos personas que se aman.
—Con mucha más razón, debería de largarte ahora mismo. Si ella queda viuda en la primera noche, significa que será la dueña de todo el consorcio… William volvió a conseguir que Samir, borrara la estúpida sonrisa del rostro. —Lo ves, debería pensar más, antes de actuar, para qué carajos tiene el cerebro. William no bromea, tampoco fanfarronea como Samir piensa. Y esto se lo dio a entender, cuando sus hombres entraron y atacaron a los acompañantes de Samir.
—¡Sacarlos a patadas de aquí, y si se atreven a regresar, entonces que los echen a la fosa, mis lobos tienen hambre, hace tiempo no prueban la carne humana! Nadie, absolutamente nadie puede tocarlo.
¿Acaso el abuelo sí recuerda lo que habló aquel día con la chica? O es su intuición, aquella que lo hizo llegar hasta ahí.
—¿Mamita, eso es cierto? El niño susurró al oído de su madre.
—¡Por supuesto, que no! Ellos están locos… Ana Lucia contestó rápidamente y en voz baja; no obstante, el abuelo parece tener buen oído.
—Ana Lucía, deja de fingir, sabes bien que la empresa está a tu nombre y la mayoría de las acciones también. William la miraba de reojo, había algo de rudeza en su voz, parece que estaba realmente molesto.
—Eso es mentira, abuelo, eso no es posible. Samir no dejó que ningún hombre lo sacara, así que levantó las manos y caminó él solo, hacia la puerta.
—Lo ves, tú también dudas, ahora vuelvo a ser tu abuelo y no el viejo inútil que debería estar en el asilo. El señor Montalbán, volvió a curvar su cuerpo y la joroba en su espalda volvió a estar a la vista de todos. Samir, esto que has hecho me deja mucho en que pensar. Si ocultas algo, lo voy a descubrir, pero, por el momento, te pediré que dejes de causar problemas y llevaremos la fiesta en paz; de lo contrario, serás a mí a quien te enfrentes. La advertencia del anciano fue mucho más clara que el agua.
Así que Samir tuvo que irse como un perro regañado y con el rabo entre las piernas, no sin antes mirar a Ana Lucía y lanzarle una última mirada de advertencia.
Una vez que ellos se marcharon, el abuelo se quedó solo junto con Ana, Lucía y Mathias.
—¿Están bien? El hombre extendió la mano, y Ana Lucia no se atrevió a aceptar la ayuda, ella se paró sola sin necesidad de la ayuda que le ofrecía el viejo.
—Espero que solamente haya sido para ahuyentar a ese hombre, mi hijo está presente y…
—Es muy cierto… William la interrumpió y continuó. —Como le dije hace un rato, olvidé ciertas cosas, sin embargo, encontré este documento, tu nombre está escrito en él, todo está a tu nombre, no recuerdo qué fue lo que hice o de qué hablamos, pero si yo lo firme, es por algo, ahora te tengo que proteger y solamente puedo hacerlo casándome con usted.
—No puedo hacerlo… Ana Lucia lo rechazó de inmediato. Está, Richard, yo no puedo hacerle daño. Él me quiere. Ana Lucia no aceptará por nada del mundo, o eso es lo que piensa por el momento.
—¿Vale más, Richard, que tu hijo? William no había tenido la oportunidad de conocer al niño, por esta razón se sintió un tanto inquieto, al parecer olvidó que Ana Lucia le había contado la existencia que era su bisnieto.
Meses antes…
La mañana en que se reunieron, William se negó a ayudar a su nieto Christian. —Ese malagradecido me ha defraudado, ha manchado el nombre y apellido que con tanto esfuerzo he protegido… se volteó refutando con debilidad. Y continuó. —Estoy a punto de donar todo, ninguno de mis nietos es merecedor de mi herencia y mi único hijo, rechazó la herencia cuando decidió dejar a la madre de Christian, lo dejó todo por una mujer…
Con el rotundo rechazo de William, las pocas opciones se desploman, Christian está condenado. Pensó Ana, antes de poder controlar los impulsos que la mueven día a día. Pero decidió jugarse él todo por el todo.
—Señor, y si le digo que hay alguien más, Christian tiene un hijo que se llama Mathias, es un angelito inocente que solamente me ha pedido conocer a su padre, pero ¿cómo hacerlo? No lo puedo llevar a que pise una cárcel, luego ponerlo frente a él y decirle:, es tu padre, un asesino que está a punto de morir. Y hacía que se despidiera el mismo día que conoció a su padre. Ana Lucia lloró por su hijo, y sus lágrimas eran francas, así lo sintió William.
—¿Mi bisnieto? Aún hay esperanza, ¿la empresa puede quedar en buenas manos? William tuvo la señal de que tanto pasó pidiendo la noche anterior.
Si es así, cuenta conmigo, pero usted tiene que hacer todo lo que le pida. La vida de ese niño está por sobre todas las cosas… Le ayudaré a Christian como agradecimiento a ese regalo, y si ese niño es verdaderamente mi pariente, debe ser protegido. ¡Recuerda esto siempre!
De vuelta al presente.
Estas últimas palabras volvieron a resonar en la cabeza de la joven.
Mathias es lo primordial. No sé quiénes eran esos tipos, pero no dañaron al niño. ¡¿Vas a esperar a que eso suceda! ¿Vas a esperar a que termine como Christian? Preguntó el abuelo. Al parecer ese hombre ahora sospecha hasta de su sombra, por algo llegó a tiempo y los pudo proteger.
—¡Puedo irme! Me alejaré de ellos. Ana contestó con ligereza. Quizás en otra ciudad no tenga tantos problemas, y su hijo pueda llevar una vida ordinaria como cualquier persona.
¡No puedes escapar! Ahora tu nombre figura como el CEO de la compañía. William no se rendirá con tan solo un no, el documento que sostiene lo ha dejado un tanto preocupado, pues no sabe cómo llegó ahí el nombre de Ana Lucía.