Tras morir de una manera cruel y también injusta, Dayana de una manera misteriosa ha regresado en el tiempo.
En su regreso, ella planea no volver a ser una tonta que se dejó engañar de sus enemigos.
Ella en esta segunda vida será realmente una villana, y no tendrá piedad de quienes la dañaron.
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Mala reputación
Cuando Dayana llegó nuevamente al templo, ya estaba en una sombra y se quedó mirando lo que estaba pasando.
La misa finalizó y Marta fue coronada emperatriz, ella dio un discurso dónde se compromete hacer un buen trabajo. Dayana solo se reía en silencio del discurso, porque sabe que ella no hará nada de eso.
Al finalizar el discurso de Marta, el emperador anuncia a Dayana como su heredera, y le colocó la corona de princesa heredera en la cabeza.
El clon de sombras hizo un buen trabajo, ya que hasta un discurso dio al público, la verdadera Dayana solo veía con burla la situación desde donde estaba, pues es claro de que se puede desaparecer por largo rato, y su magia siquiera se ve afectada.
“Qué inteligente soy” piensa Dayana con malicia, y solo se limita a mirar todo.
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Cuando el discurso de la que se supone que es Dayana terminó, todos aplauden y el emperador dio la orden de salir del templo.
Todos salen y en medio de la caminata, Dayana y el clon se vuelven uno, y nadie se da cuenta de eso.
Nuevamente todos los miembros de la familia imperial se suben al carruaje, y todos se van al banquete que organizó Marta en su honor.
Cuando estuvieron allí, el emperador dio la orden de comenzar con el festejo, y todos estaban celebrando la coronación de Marta.
Todo iba viento en popa, y Marta estaba tan feliz, que no se dio cuenta, cuando un mesero se acercó a traerle una copa de vino. La mujer ya tenía unas cuantas copas de más y hablaba hasta por los codos.
El aliado de Dayana tenía todo bajo control.
Cuando el mesero le dio el vino a Marta, esta no dudó en tomar el vino como si nada.
La fiesta continuó con normalidad, y aquel mesero, quien era el profesor disfrazado, desaparece sin dejar siquiera evidencia de que estuvo allí.
Unos diez minutos después de que Marta tomara el vino, ella estaba en una conversación con sus amigas, y de un momento a otro se siente muy calurosa, y pide permiso para ir a descansar en la sala de descanso.
Dayana al verla, le hace seña a uno de los sirvientes para que la ayude a llegar a dónde ella desea ir. Cabe decir que ese sirviente no era aliado de Marta, porque él, al igual que otros más, entraron recientemente al palacio.
Pero ambos no llegaron muy lejos, cuando la mujer se lanzó encima del sirviente, y lo comenzó a besar.
El hombre trató de alejarla, pero la mujer estaba impertinente.
Con mucha dificultad, el hombre la llevó a la sala de estar, y luego de eso, quiso irse, pero no pudo hacerlo, porque nuevamente la mujer quiso aprovecharse de él.
Ella hasta se comenzó a quitar la ropa, y eso alarmó al sirviente, quien con brusquedad la apartó y se escapó de allí para ir a decirle al emperador lo que estaba pasando. Él sabe que si se va a la cama con esa mujer, la muerte le llegará.
Al llegar corriendo, todos los invitados se extrañaron, y todos dejaron de hacer lo que estaban haciendo para prestar atención.
Ajeno a la curiosidad de los demás, aquel sirviente le contó al emperador lo sucedido, y fue en esos momentos, que todos escucharon la conversación.
—Majestad, la emperatriz tomó de más y quiso aprovecharse de mí, se quitó la ropa y quiso tener intimidad conmigo, yo escapé por mi propia vida, pero ella se quedó desnuda en el salón de descanso— Explicó el sirviente y el emperador sin creer lo que dice el sirviente, se levanta de su asiento y sale a ver lo qué estaba pasando.
Salió tan deprisa, que no vio cómo una multitud curiosa salió a ver lo que sucedía.
Cuando el emperador llegó a la sala de estar, Marta estaba desnuda tocándose y gimiendo con descaro.
El hombre se petrificó en la puerta, y los murmullos de las personas lo traen a la realidad.
Rápidamente, él corrió a dónde estaba Marta y la cubrió con su ropa, pero la mujer comenzó a tocarlo y él tuvo que sostener sus manos con fuerza.
—Todos salgan de aquí— gritó el emperador muy enojado y la multitud sin otra alternativa salen de allí, eso sí, con un chisme al que contar en la alta sociedad.
Cuando se vio solo, el emperador llamó a un sirviente para que lo ayudara a llevar a Marta a su habitación, y cuando estuvo allí, la metió en agua fría y fue entonces cuando ella se quedó tranquila.
Ya para ese tiempo, la baronesa por orden de Dayana había ordenado que todos se retiraran, y la gente se comenzó a ir. Tania también lo hizo, y estaba aún sin entender qué había pasado con su madre.
***
Durante toda la noche, el emperador se mantuvo cuidando a Marta, para evitar que esta vuelva a hacer una locura.
Al día siguiente
Para el siguiente día, se hablaba cómo la nueva emperatriz se aprovechó de un sirviente del palacio, y que esta era una mujer desvergonzada y sin moral, una que parece una perra en calor.
Los chismes se escuchaban en todas partes, y la gente veía con desagrado su actitud tan promiscua y descarada.
Las amigas de ella no querían tener a una amiga como lo era Marta.
Tania estaba también avergonzada, pues los sirvientes hablan mal de su madre como si nada.
Mientras que Dayana, ella estaba contenta con los acontecimientos, pues el objetivo era dañar la reputación de aquella mujer, para hacerla perder la cara ante el público.
Cuando los chismes llegaron a oídos del emperador, el hombre no sabía dónde meter la cara, y le prohibió a los empleados del palacio hablar sobre lo que pasó en la fiesta.
Marta por otro lado, cuando se enteró de lo que pasó en su propia fiesta, se sintió tremendamente avergonzada, y se reunió con el emperador para hablar sobre el asunto.
—Esposo, no sé qué pasó, pero de seguro fue el vino que tomé que me cayó mal— dice la mujer con los ojos llorosos.
—Marta, la reputación de la familia imperial está por los suelos, la gente ahora comenta que la emperatriz Marta es una mujer promiscua— dice él con disgusto.
—Te juro que no sé qué pasó, solo recuerdo que me sentía con calor y el resto es confuso— expresó ella.
—En el futuro, aléjate del vino, no voy a tolerar una vergüenza como está nunca más en mi vida— dice el emperador y Marta activa su poder para manipular al emperador y hacerlo cambiar de idea.
—No debemos darle importancia a los rumores, cuando alguien te hable del tema, tú solo lo vas a ignorar y si alguien hace un comentario desagradable sobre mi, me vas a defender. Después de todo, soy la emperatriz, el amor de tu vida— dice la mujer con una voz melosa y el hombre acepta todo.
Acto seguido, ambos se dan un beso apasionado, y el tema quedó en el olvido.
Después de eso, la pareja se fue a continuar su vida, el emperador se fue a trabajar, y Marta pasó su tarde de té tranquila, en compañía de su hija, quien se quejaba con ella por los que están pasando.
Dayana, quien quería ver cómo aquella mujer manipulaba a su padre, estaba con una sonrisa.
Pues ella convertida en una sombra, había visto todo, y vio cómo Marta usaba su poder en el emperador.
Ella activa su magia para hacerlo, la pequeña cree que lo más conveniente, es desactivar su magia, y de paso también a su hija, después de todo, ambas son harina del mismo costal.
Esa idea le hace sonreír y estar de buen humor.
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*Nota* * *
Nos vemos mañana con más.
feliz inicio de semana