Victoria Casani es una chica de 24 años con poca vida social, su día a día se basa en ir a la universidad y forjar su carrera a base de esfuerzo y dedicación, ella sueña con ser arquitecta, ella vive con sus padres Carmen que es de Asendencia Mexicana y Lorenzo que es Italiano, también con su hermano mayor Gabriele, viven en la hermosa ciudad de Florencia- Italia.
Leonard Loannou tiene 38 años, es un excelente decano de diseño arquitectónico y hace poco se unió a (Università degli Studi di Firenze, UNIFI) en Florencia, el es de origen Griego, pero decidió mudarse a este nuevo país, ya que le llegó una excelente oferta de esta universidad, a la que por mucho tiempo estuvo aplicando, pero hasta hace unas semanas se le dió la oportunidad gracias a su excelente perfil profesional.
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CAPITULO 4
Las clases concluyeron, me acostumbré a esperar a que todos salieran, detesto la aglomeración que se genera a la salida, entonces mientras el salón quedaba vacío tomé mi laptop para subir unos apuntes a la nube, no quería perder la información importante que había recopilado en todo el día.
De repente me llegó un mensaje a mi correo, de nuevo era Paolo, abrí el mensaje.
📩- No estás en posición de ignorarme, tengo unas cuantas fotos y videos que pueden caer en manos de tus padres si no aceptas verte conmigo, no me hagas usarlas... Finalizó.
Mi corazón latía con fuerza y fue inevitable no querer llorar, me calmé y de nuevo le envié una foto a mi hermano, luego guardé mi celular y puse todo en mi bolso y salí, ya el campus estaba parcialmente solo, fui al parqueadero y me subí en mi auto, iba saliendo y de nuevo tuve que frenar en seco, el Decano paso en su lujoso auto sin tener cuidado.
- ¿Dónde habrá sacado su licencia?... Idiota-- atiné a decir.
Conduje un poco lento hasta llegar a casa, al entrar, mis padres no se encontraban, pero Gabriele me estaba esperando en la sala, visiblemente preocupado.
- ¿Por qué te demoraste tanto?-- me preguntó sin saludar.
- Lo siento, solo que conduje muy despacio, no me estoy sintiendo bien-- fui sincera, mi hermano se levantó y me abrazó brevemente.
- Lo siento hermanita, pero si la situación sigue así, no voy a poder cumplir la promesa que te hice, necesito cortar el problema de raíz, así eso implique ir a la cárcel, soy tu hermano y te voy a proteger cueste lo que me cueste-- aseguró y mi cuerpo se erizo de los nervios que me causaron sus palabras.
- No digas eso, veremos qué más podemos hacer, por ahora no hagas nada -- tenía miedo de que se ensuciara las manos por mi culpa.
- ¿Eres tonta? ¿Piensas vivir asi el resto de tu vida?-- mi corazón dolió ante sus palabras, que comencé a llorar, el bajó la guardia y de nuevo me abrazó-- Perdóname, pero para mí es frustrante, quiero ayudarte, pero tus miedos y preocupaciones me frenan-- yo me aferré a su abrazo y lloré.
Finalmente, me calmé y nos sentamos en él sofá.
- dime qué quieres hacer-- me preguntó.
- En los mensajes el dice que solo pide verme, puedo hacer ese esfuerzo, quizás sea la solución-- mi hermano me miró y sonrió con ironía.
- De verdad que estudiar y ser inteligente en el estudio, no da la inteligencia para afrontar la vida cotidiana, eres muy ingenua, ¿tu crees que el solo va a querer llegar y ver tú cara?
- Está bien, prometo que no caeré en su juego-- le dije con dudas.
Los días pasaron y hoy tendremos nuestra primera clase de Diseño Arquitectónico, iba un poco nerviosa, pero ya no habíamos tenido más altercados y habiamos aclarado lo del parqueadero ese mismo día.
Llegué, está vez tarde un poco en encontrar un lugar vacío, finalmente lo encontré y acomodé mi auto, luego entré a la facultad y fui directamente al salón, aún no había nadie, me acomodé en mi lugar, siempre me ha gustado hacerme en el primer puesto, podía tener el panorama completo del pizarrón o de las imágenes proyectadas desde el videovim, en ese instante escuché el ruido de la puerta, pero no miré quien era, estaba repasando mis apuntes, luego sentí un golpeteo en mi escritorio, yo detuve mi lectura, me acomodé las gafas y levanté la cara.
- Señorita Casani, eres de las que le gusta madrugar -- dijo el Decano Loannou.
- No me gusta llegar cuando hay tanta gente -- le dije y luego agaché mi cabeza para seguir leyendo.
El se fue hacia su escritorio y comenzó a sacar sus herramientas de trabajo del bolso.
Mis compañeros comenzaron a llegar, la clase empezó y más allá de lo que imaginé, estuvo genial, el tomó un plano de uno de sus trabajos y lo realizó en AutoCAD, fue realmente sorprendente ver la facilidad con la que manejó él programa, yo ya había practicado en casa, pero no sé acerca ni un poco a la agilidad, precisión y confianza que él tiene, me queda claro que es un Magíster y su experiencia lo respalda.
Al finalizar la clase nos dejó una serie de indicaciones para que realizáramos nuestros propios planos y familiarizarnos con él programa, él nos compartió un tutorial que el mismo hizo, finalmente nos pudimos retirar a la siguiente clase, mientras recogía mis cosas me di cuenta de que ya se estaba volviendo bastante popular entre las chicas y algunos chicos también, es obvio que eso iba a pasar, puedo tener un trauma con los hombres, pero no soy ciega y sé apreciar y reconocer la belleza, además que sus movimientos, la forma de hablar, es muy sensual, y no creo que lo haga adrede, al parecer es su personalidad.
Me levanté, ya iba de salida cuando me llamó.
- Señorita Casani, ¿puede darme un minuto de su tiempo?-- yo observé mi reloj y tenía 10 minutos antes de mi próxima clase, entonces asentí.
- Tengo poco tiempo, pero dime Señor, en qué te puedo ayudar -- dije.
- No tardaré mucho-- tomó un carnet y me lo entregó -- toma-- me dijo, yo lo recibí un poco confundida, la tarjeta tenía mis nombres, la facultad y un número, decía Zona de parqueo 07.
-¿que es ésto?-- pregunté.
- Es mi disculpa, conseguí que me dieran una zona de parqueo exclusiva y te la quiero dar a ti, he visto como sufres buscando un lugar cuando llegas a la facultad--
- Pe- Pero, yo ya estoy acostumbrada, además te la dieron a ti -- respondí.
- No te preocupes, ya tengo la mía, pedí dos, y como se trataba de ti, me dieron el otro lugar sin ningún problema -- me aseguró y yo sonreí.
- Entonces no me queda de otra que agradecerte, pero creo que es demasiado por una simple discusión de parqueadero --
- por lo menos eres sincera, pero no, no es demasiado, es lo mínimo que pude hacer, yo soy un Decano de esta universidad, mi comportamiento no fue el adecuado -- dijo con sinceridad.
- Gracias -- en ese momento revise mi reloj, tenía tres minutos para llegar a la siguiente clase-- Perdón, ya me tengo que ir, y muchas gracias de nuevo -- finalicé y salí corriendo.