El Mafioso Se Robó A La Novia

—Estamos aquí, No te preocupes. Te sacaremos de este lugar—le dijo Caesar con una voz firme, mientras la miraba a los ojos para darle fuerzas,

Mireya, aunque débil y asustada, le respondió con una pequeña sonrisa, A pesar de todo, confiaba en él,

* Mireya llorando en los brazos de Caesar*

La llegada de Dante e Iván

Mientras Caesar aseguraba a Mireya, Dante e Iván lideraban a su equipo de élite. Iván, quien había insistido en ir para garantizar el éxito de la misión, tenía otro motivo para estar ahí: proteger a Elisa.

Elisa, quien había arriesgado todo al ayudar a Caesar a infiltrarse, se encontraba escondida en una sala del ala este, esperando su rescate. Iván había insistido en que alguien la vigilara, pero, incapaz de quedarse de brazos cruzados, decidió ir él mismo.

—Dante, encárgate del ala sur, Yo iré por Elisa—dijo Iván, con determinación,

Dante lo miró, sabiendo que no era solo un deber lo que impulsaba a Iván,

—Cuídala bien, Iván, No podemos perderla, es nuestra aliada más importante en esto—respondió Dante antes de avanzar hacia el enfrentamiento principal,

El escape comienza, es una situación crítica,

Caesar, cargando a Mireya, guiaba a su equipo por los pasillos mientras las voces de los guardias se escuchaban más cerca,

—Dante, estamos dirigiéndonos hacia la salida sur, pero necesitamos más tiempo, Los refuerzos están cerca—dijo Caesar por el comunicador,

—Entendido, Mantendremos su atención en el frente—respondió Dante, mientras su equipo lanzaba una ofensiva estratégica en la entrada principal,

En el ala este, Iván llegó hasta donde Elisa estaba escondida. Al entrar, la encontró temblando, con las manos aferradas a una pequeña navaja que apenas sabía usar.

—Elisa, soy yo—dijo Iván suavemente, para no asustarla,

Ella alzó la mirada y, al reconocerlo, dejó escapar un suspiro de alivio,

—Pensé que no vendrías—susurró Elisa, tratando de contener las lágrimas,

—Nunca te dejaría aquí—respondió Iván, acercándose para tomar su mano,

Sin pensarlo dos veces, la ayudó a levantarse y la cargo en sus brazos sintiendo que nunca podría dejarla ir, ellos sintieron una conexión inmediata, Elisa que vivió bajo la malísima y perversión de Lucas sentía que tenía una nueva oportunidad, sin darse cuenta al ayudar a salvar a Mireya también se salvó así misma,

—Vamos No voy a permitir que te pase nada—dijo Iván sujetandola con fuerza,

Elisa lo miró con una mezcla de sorpresa y gratitud, En medio del caos, su cercanía le daba una calma inesperada,

El caos aumenta

Mientras tanto, los hombres de Lucas empezaron a movilizarse hacia el ala sur, alertados por la presencia de Caesar y Mireya, Lucas, al recibir las noticias, se encontraba en su oficina junto a Carmen,

—Invadieron mi casa… ¡No permitiré que se la lleven!—rugió Lucas, poniéndose de pie,

Carmen, aunque exteriormente mostraba preocupación, en su interior sentía un leve alivio. Si se llevaban a Mireya, Lucas quedaría solo… y con ella,

—Tal vez deberías dejarlos ir, Lucas, Es obvio que no puedes confiar en ella, Yo estoy aquí para ti, siempre lo he estado—dijo Carmen, intentando manipularlo,

Pero Lucas no la escuchaba, Estaba decidido a retomar el control,

—¡cállate tú nunca serás ella!, la quiero a ella y solo a ella—respondió Lucas fuera de si, se traba de su hermoso trofeo,

La retirada de Caesar

En el ala sur, Caesar y su equipo finalmente alcanzaron el vehículo de escape. Mientras ayudaban a Mireya a subir, los guardias comenzaron a rodearlos,

—¡Apresúrense!—ordenó Caesar a sus hombres, mientras cubrían la retirada,

Dante llegó en ese momento, liderando un contraataque que les dio el tiempo necesario para despegar,

—¡Caesar, sigue adelante! Nosotros los alcanzaremos después—gritó Dante,

—No te demores, Dante, Te esperamos al otro lado—respondió Caesar, antes de subirse al vehículo,

Iván y Elisa, en peligro

En el ala este, Iván y Elisa avanzaban con rapidez hacia un segundo punto de escape, Pero no todo sería tan fácil, Uno de los hombres de Lucas los interceptó en el pasillo,

—¿A dónde creen que van?—dijo el guardia, apuntándolos con un arma,

Iván, sin dudarlo, se colocó delante de Elisa,

—No tienes idea de con quién estás tratando—respondió Iván con calma peligrosa, antes de desarmarlo con un movimiento rápido,

Elisa lo observó, impresionada, mientras Iván neutralizaba al guardia,

—¿Estás bien?—le preguntó, volviendo hacia ella.

Elisa asintió, pero no pudo evitar sentir un calor en el pecho al verlo tan protector,

—Gracias, Iván. Por todo—susurró,

Iván le sonrió brevemente antes de volver a concentrarse,

—Agradece cuando salgamos de aquí. Vamos.

Carmen juega su carta

Desde el interior de la mansión, Carmen observaba cómo las cosas se desmoronaban. Aprovechando el caos, emitió órdenes falsas para desviar a algunos guardias,

—Refuercen el frente. Abandonen las alas laterales. Es prioritario—ordenó a través del sistema interno, con una autoridad que no dejó lugar a dudas,

Aunque lo hacía para facilitar la captura de Mireya, indirectamente benefició también a Iván y Elisa, quienes lograron escapar sin más interrupciones,

El escape exitoso

Finalmente, Iván y Elisa alcanzaron el punto de encuentro, donde un segundo vehículo los esperaba.

—Sube—dijo Iván, ayudándola a entrar,

Elisa, aún nerviosa, no pudo evitar mirarlo fijamente mientras él se aseguraba de que estuviera cómoda.

—No sé cómo agradecerte todo esto…—dijo ella, con una mezcla de emoción y timidez.

Iván le dedicó una sonrisa cálida,

—Ya lo harás, cuando todo esto termine,

Elisa bajó la mirada, sintiendo cómo su corazón se aceleraba

Mientras el vehículo se alejaba, Iván se permitió relajar los hombros por primera vez en horas. Había algo en Elisa que lo hacía querer protegerla a toda costa.

El futuro incierto

Mientras los vehículos se alejaban de la mansión, Caesar miró a Mireya, prometiéndose a sí mismo que no descansaría hasta asegurar su seguridad definitiva,

En el otro vehículo, Iván y Elisa compartían un breve momento de tranquilidad, aunque ambos sabían que lo que les esperaba era aún más peligroso,

Carmen, por su parte, observaba a Lucas con una sonrisa oculta, sabiendo que esta era su oportunidad para acercarse más a él,

Lucas, furioso, juró que no permitiría que esto quedara impune,

—Esto no ha terminado—murmuró, mientras el fuego de la venganza ardía en sus ojos,

Pero lejos de ahí, en la oscuridad de la noche, dos nuevos aliados, Iván y Elisa, comenzaban a descubrir un lazo que cambiaría sus vidas para siempre,

Dante que ya estaba en una distancia segura y que todos estaban a salvo le dio la orden a Selena que hizo detonar la dinamita que destruyó la mansión de lucas, todo quedó hecho pedazos,