Dicen que lo prohibido es mas tentador y se desea con locura, es lo que ocurre en esta historia Zoe se encuentra en una gran contradiccion se ha enamorado u obsesionado con el unico hombre prohibido para ella, su vida cambiara drasticamente a causa de ese sentimiento.
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Cap 14: Incomodo adios
El celular de Zoe sonaba inconstantes veces dentro de su mochila.
Pablo la llamaba, estaba preocupado ella, siempre contestaba y platicaban por al menos media hora diaria.
Ya había acostados a sus hijos quienes se quedaron dormidos sin poder hablar con su hermana Choe como cariñosamente le decían.
Algo no andaba bien y el podía sentirlo, dejo muchísimos mensajes que no parecían vistos.
Su esposa estaba enojada amenazándolo con divorciarse y quitarle la custodia de los niños, lo que impedía que se marcha, aunque su corazón le pedía a gritos que lo hiciera.
Se quedó, pero en la habitación de los niños.
Kevin se durmió en su cama recordando todo como si fuese un sueño, los gestos de Zoe estaban en su mente, sus jadeos, sus gemidos mientras él, la poseía esos recuerdos llegaban como olas rompiendo en la arena.
Algo similar ocurría con Zoe a su mente llegaban pequeños fragmentos de lo ocurrido, pero solo creía que era un sueño, uno muy erótico.
La cara de Kevin se distorsionaba mostrando a quien ella deseaba que la besara, Jorge se hacía presente nuevamente como cada noche desde que le dio ese beso en la frente.
El médico le había inyectado un medicamento que ayudara a eliminar el afrodisiaco restante en su cuerpo y la estaban hidratando con solución salina endovenosa para acelerar el pfísico de desintoxicación.
El agotamiento fisico de ambos era grande y ñor primera vez en años ambos durmieron más tiempo del habitual.
Desde muy temprano Luis, su abogado y el agente policial esperaron a que la cafetería abriera sus puertas al público.
Hablaron con el dueño quien acepto de inmediato a mostrarle las grabaciones del día anterior.
Fueron a una pequeña oficina al fondo del local, el dueño tecleo su computadora buscando la hora de salida de los alumnos.
Se veía el colegio tranquilo, hasta que sonó el timbre, minutos más tarde se veían a los estudiantes salir, entre los primeros Simón salió apresuradamente chocando con alguien, ni se disculpó del otro chico.
Se ve como mira la cámara del colegio y camina hasta detenerse más adelante y saca algo de su mochila.
Amplia la imagen pidió el policía.
El dueño del café lo hizo y claramente se ven los chocolates.
Cinco minutos más tarde salen Zoe y Kendra, quienes dudan mirando a todos lados, como buscando a alguien.
Intercambian palabras y avanzan.
Simón las interceptá tomando el brazo de Zoe.
Luis aprieta sus puños de rabia, se veía la incomodidad y hasta el miedo en el rostro de su hija y él no estaba para protegerla.
Simón le entrega los chocolates e insiste mucho en que los acepte, luego toma uno y se lo come, instándola a probarlos, se ve como ambas se comen el chocolate y en ese momento llega Kevin.
Simón intenta que Zoe no se marche y cuando se va con Kevin se lo ve despotricando y golpeando una pared con frustración.
Lo tenemos dijo el oficial.
El dueño del café, no puedo evitar preguntar ¿qué paso?, por lo que le explicaron la situación.
Este palideció y dijo que los chocolates fueron comprados en su negocio antes de la entrada por Simón y otros dos estudiantes, que se sentaron de forma sospechosa y le inyectaban algo.
No quiero problemás, seguro dirán que yo vendí chocolates con drogas, van a cerrar mi local y me encerraran el prisión tengo una pequeña y mi esposa está embarazada de gemelos, pronunció el hombre con gran angustia.
Tranquilo eso no ocurrira dijo el policía.
Tiene las grabaciones de la mañana preguntó serio.
Si susurro preso del miedo, sus manos temblaban mientras tecleaba en ka computadora.
Todo se veía claramente y lo mejor tenía sonido.
Planeaban a abusar de Zoe y Kendra entre los tres.
Luis hervía de coraje, luego agradeció al dueño y lo invito a ir y presentar la denuncia con ellos, también le sugirió no abrir el café e ir con su familia.
Pablo se alistó para ir a la oficina, se despidió de sus hijos y salió sin dedicarle ni una mirada a su esposa.
Llamo a su asistente cancela toda mi agenda de la mañana y si mi esposa o madre llaman diles que estoy en una reunión de trabajo importante.
Se dirigió a casa de Larisa, esa casa que fue sin dudas su hogar y lugar feliz.
Todo estaba cerrado lo que lo extraño.
Espero fuera, hasta que vio a Kendra bajar.
Hola Kendra, Zoe se encuentra la llamé anoche muchas veces y no pude comunicarme con ella.
Kendra no pudo evitar romper en llanto y solo negó.
En ese momento Luis paro el auto frente a ellos.
Sube niña dijo una vez el dueño del café abrió la puerta.
Pablo con más interrogantes los siguió, se sorprendió al verlos detenerse en la estación policial.
¿Que está pasando? pregunto preocupado.
Es complicado siguenos dijo Luis sin perder el tiempo.
El detective los esperaba.
Con las pruebas y el testimonio de Kendra y el dueño del café, se procedió legalmente con las tres adolescentes, esta vez no se saldrían con la suya.
El rector estaba medianamente informado de la situación y no podía decir ni una palabra.
Por lo que todo parecía normal.
Simón y sus amigos ingresaron a clase.
Miraron el aula de Zoe y Kendra al no verlas maldijeron.
Kevin despertó desconcertado, al verse en su habitación pensó que nada fue cierto.
Fue a ducharse y el ardor en su espalda era la confirmación de cuan real fue todo.
Se sintió devastado y lloro largo rato bajo la ducha.
Se vistió tenía que verla y pedirle perdón.
Karen y su esposo vieron a su hijo salir con su rostro lloroso.
Fue imposible no ir a abrazarlo, él fue otra víctima de las circunstancias, pero sabían que eso no sería tan sencillo de asimilar por ambos.
El padre de Kevin condujo en silencio hasta la clínica.
Zoe aun permanecía dormida y Larisa la miraba con lágrimas bajar por sus mejillas.
Su bebe se miraba tan frágil.
Karen golpeó la puerta suavemente y entro.
Tras ella Kevin y su padre.
Las voces de Karen y Larisa despertaron a Zoe.
Quien tras adaptarse a luz, miro el lugar y poso su mirada en Kevin quien llorando bajo la cabeza avergonzado y culpable, comprendió que no era un sueño.
Fue cierto dijo en un susurro casi imperceptible antes de romper en llanto.
Larisa la abrazo y explicó la compleja situación Kevin se mantuvo callado sollozando en un rincón.
Zoe lo miro una última vez, solo dijo gracias, pero no quiero verte.
Kevin supo que la había perdido para siempre su mayor miedo estaba allí materializado ante sus ojos.
Sin decir una palabra salió de la habitación.
Se limpió las lágrimas y camino por el pasillo seguido de su padre.