LA VENGANZA

Al día siguiente, Olga despidió a Aníbal para su trabajo, le preparó el desayuno mientras que Aníbal sacó la basura para que su esposa no ande cargando pesado. Olga trabaja desde casa, pero él hace todo lo que le da el tiempo para ayudarla con el hogar.

Irina se despertó tarde, para ella era como estar en unas mini vacaciones.

—Olgy, ¿cómo está Svetlana?, quiero tener contexto antes de verla y no meter la pata —dijo Irina tratando de no hacer enojar a nadie.

—Huy, la hermana está muy delicada emocionalmente, los médicos han hecho todas las pruebas, salieron un ojo de la cara, pero Svetlana no puede tener hijos definitivamente. Orlando tiene algunos problemas, pero si puede embarazar, nuestra hermana definitivamente no puede —dijo Olga con tristeza.

Irina asintió y decidió dar algunas ideas.

—Olgy, pero podemos ver una inseminación in vitro, un vientre en alquiler, madre subrogada, si tanto quiere tener un hijo, yo se lo pago todo, sé que es caro para ella y en especial para Orlando que no es el más trabajador, pero puedo ayudar con eso —dijo Irina con ansiedad calentando el corazón de Olga.

—Iri, eres tan buena, y mira que Svetlana no es la mejor de las hermanas —dijo Olga mirando con dulzura a su hermanita.

—Pero eso no tiene nada que ver, es solo que no la quiero ver sufrir, me dijo papá que ella quiso suicidarse hace unos meses, eso quiere decir que las cosas están mal —dijo Irina, su hermana tenía psicólogo, pero parecía retroceder en vez de avanzar.

—Sí, pero no lo digas, realmente me preocupa, mamá ha estado presionado con este tema, papá viajó hace unos días, y vuelve en un mes, espero podamos resolver esto y que papá nos ayude en lo que se pueda —dijo Olga mientras Irina Asiente, ella pondrá su cómodo capital económico para que se haga lo que se decida en la reunión.

Ese día, las hermanas chismorrean. Mireya llamaba a Irina para que vaya a verla, ya que ni había aparecido por su casa desde que llegó. Svetlana estaba emocionada por la llegada de su hermanita, debían hablar largo y tendido.

Aníbal llegó a la hora de la cena y vio a Irina ayudando a Olga con todo y sonrió complacido, Irina no era como Svetlana quien llega a su casa para ser atendida como una reina y nunca ayudaba a Olga, solo se sentaba como una buda en el sillón sin moverse.

Ellos cenaron juntos durante la cena, Irina contaba entusiasmada los planes que tenía para ayudar a que Svetlana tenga un hijo, su hermana estaba sufriendo.

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Al día siguiente, era el día de la reunión familiar, aunque a Aníbal le parecía raro, ya que Vladímir no estaba en la ciudad, pero aun así, era cosa de ellos y no se metería a menos de que se lo pidan y sería el peor error de su vida.

Aníbal llegó a casa para la cena como siempre, pero no había nadie en casa. Las chicas no habían llegado aún, pero como él no es ni tonto ni manco, se puso a cocinar para recibir a las chicas con algo delicioso.

Un par de horas más tarde, llegó Irina con mala cara, se veía que estaba de mal humor.

—¿Criatura?, ¿por qué tienes esa cara de asesina en serie? —Aníbal estaba desconcertado, Irina solo se ponía así cuando era terriblemente ofendida por su madre.

—Cuñado, mi madre está loca, es una demente, está enferma —dijo furiosa, mientras que Aníbal levanta las cejas y Olga se apresura para amonestar a su hermana.

—Irina, no digas eso de mamá, ella solo quiere lo mejor para nosotros, además, esto es entre nosotros —dijo Olga, indignada y en total apoyo a su madre, mientras que Irina solo apretó los dientes y se fue a su habitación.

Aníbal ahora sí que estaba perdido, realmente no entiende lo que pasa. Irina nunca había dejado a Olga con la palabra en la boca, ellas se adoran.

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Al día siguiente, Olga se despertó con los ojos hinchados, había llorado debido a la pelea con su hermana menor, pero aun así, sabe que su madre tiene razón.

—Olga, ¿qué ha pasado? Tal vez tu madre sí está siendo muy dura o no sé qué con Irina, ustedes incluso están disgustadas —dijo Aníbal mirando a una cansada Olga, quien no puede sostener la mirada a su marido.

—Aníbal, no es eso, solo que hemos tomado ciertas decisiones como familia, pero Irina no quiere ayudar, ella es tan joven y tiene todo por delante, pero resulta que ahora ella se vuelve egoísta —dijo Olga recordando las mil palabrotas que habían salido de la boca de Irina hacia Mireya en esa reunión.

Aníbal solo asintió, pero la noche anterior, había ido a dejarle algo de comer a Irina, su cuñada no había comido nada por pelear con Olga. Aníbal tocó la puerta despacio y esta se abrió casi de inmediato.

—Criatura, no comiste nada, tú… —Pero Aníbal se quedó perplejo al ver los ojos llorosos de su cuñada, ella era siempre tan fuerte y entera, pero ahora parecía un pollito mojado bajo la tormenta.

Aníbal puso el plato en un mueble y tomó de los hombros a Irina para hablar con ella seriamente.

—Irina, habla con tu hermana, si sientes que esta situación es demasiado para ti, dile que no estas deacuerdo, solo eso, pero no pueden pelearse así, sé que tu madre es irritante, te entiendo, pero deberías ser más paciente, ella ve las cosas desde otra perspectiva —dijo Aníbal mientras Irina lo mira sin querer decir nada, como le diría a su cuñado lo loca que es su madre.

—Cuñado, gracias, pero creo que no me voy a quedar mucho tiempo, así que mejor no hagamos más escándalo —dijo sorbiendo su naricita. Aníbal asintió, tal vez era mejor y así no terminan de arruinar su relación como hermanas.

Fue en una Guerra Fría en que pasaron 4 días, sin embargo, Olga había convencido a Irina en que tendrían una última reunión, ya que querían disculparse, aunque Aníbal no sabía de lo que estaban hablando, solo le importaba que ambas hermanas vuelvan a ser las de siempre.