Valeria, una mujer que, tras una ruptura dolorosa, busca redescubrir su confianza y deseos más profundos. Al mudarse a una nueva ciudad para empezar de nuevo, encuentra a Mateo, un hombre enigmático y apasionado que se convierte en su vecino.
A primera vista, Mateo parece ser el tipo de hombre que desafía todas las normas y expectativas. Su vida está llena de secretos, y su atracción hacia Valeria es intensa e innegable. A medida que su relación evoluciona, Valeria debe confrontar sus propios miedos y deseos reprimidos mientras explora una conexión que desafía sus límites y redefine su comprensión del amor y la pasión.
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Capitulo 4: Secretos En La Oscuridad
Las semanas pasaron y la relación entre Valeria y Mateo floreció en secreto. Aunque disfrutaban de los momentos juntos, la clandestinidad de su relación comenzaba a pasarles factura. Las miradas furtivas y los encuentros apresurados les dejaban con ganas de más, pero también con una creciente sensación de que algo podría salir mal.
Una noche, mientras Valeria estaba en su estudio revisando unas fotos, escuchó un golpeteo suave en la puerta. Su corazón dio un vuelco; sabía quién era. Abrió la puerta y encontró a Mateo, con una expresión seria que ella no le había visto antes.
—¿Todo bien? —preguntó, preocupada.
Mateo asintió, pero sus ojos mostraban una mezcla de ansiedad y resolución.
—Necesito hablar contigo, Valeria. Hay algo que debo contarte.
Ella lo invitó a entrar y se sentaron en el sofá. Mateo tomó una profunda respiración antes de comenzar.
—Valeria, hay algo sobre mi pasado que no he compartido contigo. Algo que podría cambiar cómo me ves.
Valeria lo miró con curiosidad y preocupación.
—Mateo, puedes decirme lo que sea. Estoy aquí para ti.
Mateo le sostuvo la mirada y continuó.
—Hace unos años, antes de mudarme aquí, estuve involucrado en una relación complicada. La mujer con la que estaba se llamaba Laura. Estuvimos juntos durante dos años, y al principio todo parecía perfecto. Pero con el tiempo, su comportamiento se volvió controlador y manipulador.
Valeria sintió un nudo en el estómago mientras escuchaba.
—Finalmente, descubrí que Laura estaba usando nuestra relación para manipularme y obtener información sobre mi trabajo para su propio beneficio. Trabajaba en la misma empresa que yo, y estaba pasando información confidencial a un competidor. Cuando descubrí lo que estaba haciendo, me enfrenté a ella y terminamos la relación de manera muy conflictiva.
Mateo hizo una pausa, mirando a Valeria con una mezcla de tristeza y vulnerabilidad.
—Después de eso, me mudé aquí para empezar de nuevo, pero siempre he tenido miedo de que esa parte de mi vida volviera a perseguirme. No quería contártelo antes porque no quería que pensaras que soy una persona con un pasado tan oscuro.
Valeria tomó la mano de Mateo, dándole un apretón reconfortante.
—Mateo, todos tenemos un pasado. Lo importante es quién eres ahora y cómo has decidido seguir adelante. Aprecio que me hayas contado esto, y no cambia cómo te veo. Eres una persona increíble y valiente por enfrentar esa situación.
Mateo la miró con gratitud y alivio.
—Gracias, Valeria. Significa mucho para mí escuchar eso.
Ella sonrió y lo abrazó, sintiendo una conexión aún más fuerte entre ellos. Sabía que su relación tenía desafíos, pero también estaba segura de que podían enfrentarlos juntos.
Más tarde esa noche, mientras se acurrucaban en el sofá, Valeria no podía evitar pensar en cómo los secretos del pasado de Mateo los habían acercado más. Sin embargo, también sabía que la revelación de esos secretos solo era el comienzo. Había más por descubrir y más desafíos por enfrentar.
Valeria tenía sus propios secretos, cosas que aún no había compartido con Mateo. Decidió que era hora de ser completamente honesta y confiar en él tanto como él había confiado en ella.
—Mateo, hay algo que también necesito contarte —dijo ella, rompiendo el silencio.
Mateo la miró, esperando con paciencia.
—Antes de mudarme aquí, también tuve una relación complicada. Estuve con alguien que me hizo sentir insuficiente y menospreciada. Fue una relación tóxica que me dejó cicatrices emocionales. Me mudé aquí para empezar de nuevo, pero siempre he tenido miedo de que esas heridas no sanaran por completo.
Mateo la abrazó con fuerza, susurrando palabras de consuelo en su oído.
—Valeria, estoy aquí para ti. Juntos, podemos superar cualquier cosa.
Esa noche, en la oscuridad, Valeria y Mateo compartieron más que solo palabras. Compartieron sus miedos, sus esperanzas y sus sueños. Y en esos momentos de vulnerabilidad, encontraron una fortaleza que los unió aún más.
La conversación de esa noche marcó un punto de inflexión en la relación entre Valeria y Mateo. La sinceridad y la vulnerabilidad que compartieron los acercaron más que nunca, pero también abrieron la puerta a nuevos desafíos. Decidieron que debían seguir adelante con cautela, sabiendo que la vida tenía una forma de complicar incluso los mejores planes.
Unos días después, Valeria y Mateo se encontraron de nuevo en el apartamento de ella. Estaban disfrutando de una cena tranquila cuando el teléfono de Mateo sonó. Él miró la pantalla y frunció el ceño antes de responder.
—¿Hola? Sí, soy yo... ¿Qué? ¿Cuándo?... Sí, claro, estaré ahí de inmediato.
Colgó el teléfono y su expresión era grave.
—¿Qué sucede? —preguntó Valeria, sintiendo un nudo en el estómago.
—Era mi jefe. Necesitan que vaya a la oficina ahora mismo. Parece que hay un problema grave con un proyecto en el que estoy trabajando —explicó Mateo, poniéndose de pie rápidamente.
Valeria asintió, tratando de no mostrar su preocupación.
—Está bien, ve. Te esperaré aquí.
Mateo la besó rápidamente y salió del apartamento. Valeria se quedó sola, mirando la puerta cerrada y sintiendo una creciente inquietud. Sabía que el trabajo de Mateo era importante para él, pero no podía evitar preocuparse por la presión que eso ponía sobre su relación.
Las horas pasaron lentamente. Valeria intentó distraerse con su trabajo, pero su mente seguía volviendo a Mateo. Finalmente, alrededor de la medianoche, escuchó la llave en la cerradura y la puerta se abrió. Mateo entró, luciendo agotado pero aliviado.
—¿Todo bien? —preguntó Valeria, acercándose a él.
Mateo asintió, dejándose caer en el sofá.
—Sí, todo está bajo control ahora. Solo fue un malentendido que se salió de control.
Valeria se sentó a su lado y le tomó la mano.
—Me alegra que todo se haya solucionado. Pero, Mateo, quiero que sepas que estoy aquí para ti. No importa lo que pase, no tienes que cargar con todo tú solo.
Mateo la miró con una mezcla de gratitud y cansancio.
—Gracias, Valeria. Aprecio mucho tu apoyo. Esta noche me hizo darme cuenta de lo mucho que necesito a alguien como tú en mi vida.
Valeria sonrió y lo abrazó, sintiendo una profunda conexión entre ellos.
—Y yo te necesito a ti, Mateo. Juntos, podemos enfrentar lo que sea.
Los días siguientes fueron tranquilos, pero ambos sabían que los desafíos no habían terminado. Mateo continuaba enfrentando presiones en el trabajo, mientras que Valeria luchaba por equilibrar su carrera y su relación. Sin embargo, se apoyaban mutuamente, encontrando fuerza en su amor.
Una noche, mientras paseaban por el parque cercano, Mateo tomó la mano de Valeria y se detuvo.
—Hay algo más que quiero contarte —dijo, su voz suave pero firme—. He estado pensando mucho en nuestro futuro, y quiero que sepas que estoy comprometido contigo. Quiero que seamos honestos el uno con el otro, sin más secretos.
Valeria lo miró, sintiendo una oleada de emoción.
—Mateo, yo también quiero eso. No más secretos. Solo nosotros, siendo auténticos y apoyándonos mutuamente.
Mateo sonrió y la abrazó, sintiendo que, a pesar de los desafíos, estaban en el camino correcto.
Pero los secretos y las sombras del pasado no se desvanecen fácilmente. A medida que avanzaban, ambos sabían que habría más obstáculos por enfrentar. Sin embargo, estaban listos para hacerlo juntos, confiando en el amor y la fortaleza que compartían.