Después de una tarde de amor pasión Hannah desaparece de la vida de Sebastián, dejándolo sumido en la más cruel desesperación. Pero él no escatimará en gastos, ni en esfuerzos para traerla de regreso a su vida. ¿La traerá para amarla o para hacerle pagar todo su dolor?
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CAPÍTULO 24
—¡Sebastián Santibáñez! Regresa en este momento —le ordenó Genoveva.
Sebastián sonrió, antes de girar hacia su madre y comenzar a caminar hacia ella.
—Ja, ja, ja. Solo bromeaba, madre. Te prometí que vendría a conocer al roba madres este y así lo haré.
Sebastián extendió sus brazos y Genoveva sin dudarlo le entregó a su hijo.
Sebastián tomó al pequeño y lo miró fijamente. El bebé estaba dormido, Pero él podía definir muy bien cada rasgo del pequeño.
Sebastián fijó la mirada en su madre, como esperando alguna pista, acerca de este extraño sentimiento y sin contar con el gran sentido de pertenencia que el pequeño había despertado en él.
Genoveva entendió la inquietud de su hijo, pero solo caminó hacia la puerta y se alejó.
Sebastián volvió a mirar al pequeño y le besó la frente. Mientras comenzó a susurrarle:
—Eres hermoso, solo por eso compartiré a mi madre contigo. Creo que tú y yo estaremos muy unidos. Me gusta mucho cargarte, eres muy cálido como un osito de peluche.
Máximo estaba escondido mirando a su hermano, interactuando con su pequeño, y se sorprendió al verlo caminar hacia su viejo cuarto.
Sebastián no le permitía a ninguna persona entrar a esa habitación y ahora estaba dispuesto a compartir ese espacio sagrado con el pequeño visitante.
En realidad, Máximo, por su propia experiencia, entendía la conexión que debe estar sintiendo su hermano en este momento y está feliz por él. Tener a un hijo entre sus brazos es la sensación más grande que existe, aun sin conocer el parentesco.
Sebastián llegó a su habitación y acostó al pequeño en su cama. El pequeño se removió un poco y abrió los ojos. Sebastián lo miró fijamente y su corazón se detuvo.
Esos ojos eran los ojos más hermosos que él ha visto en su vida. En ese momento, Sebastián Santibáñez fue hechizado por la tierna e inocente mirada de su pequeño hijo.
—¡¡How!! Pero si eres todo un galán. Eres el bebé más hermoso que he visto. Creo que mi mamá tenía razón, porque tu pequeño travieso te robaste mi corazón. —le susurraba Sebastián a su pequeño, mientras le acariciaba las mejillas.
Mientras tanto, en la sala. Genoveva se sonrió al oír a su hijo Máximo contar, que el pequeño Aurelio era el primer niño admitido en la habitación de Sebastián.
Todos comenzaron a reírse y Genoveva no dudó en caminar hacia allá y comprobar con sus propios ojos ese extraño acontecimiento.
Genoveva tocó sutilmente la puerta y no recibió respuesta del otro lado. Eso solo significaba que Sebastián se había quedado dormido.
Genoveva abrió la puerta sigilosamente y ahí estaba la escena más hermosa que Genoveva había podido ver.
Ella se sonrió y volvió a cerrar la puerta con cuidado para no interrumpir el descanso de su hijo y su pequeño nieto.
La tarde transcurrió entre risas y bromas en la mansión Santoro. Todos esperaban la aparición de Sebastián y de su pequeño retoño, lo que no tardó en ocurrir.
Sebastián comenzó a avanzar hacia su familia con su pequeño en brazos y todos comenzaron a sonreírle con una expresión de burla en el rostro.
Él sabía bien lo que le esperaba y estaba preparado. Tener a ese bebé entre sus brazos, valía todo.
—Vaya, vaya. Comienzo a sentirme realmente celoso de esa bolita de carne. —le dijo Máximo y Sebastián lo fulminó con la mirada y afianzó el abrazo a su bebé como señal de protección.
—No le digas así. Idiota.
—Ja, ja, ja. Pero es verdad, primero se roba a mi madre y ahora te roba a ti. Mira que dejarlo dormir en tu cuarto. Cuando hace tiempo que no dejas entrar a ningún niño.
—Ja, ja, ja. ¿Niños? Ja, ja, ja. Esa es una palabra muy inocente, para referirse al genio malvado que tienes por hijo y al mini mafioso que tenemos por hermano. Esos dos juntos son capaces de incendiar la casa.
—¡Tío!, dijiste que yo era tu consentido. —le reclamó el pequeño Máximo Jr. acercándose a Sebastián y fijando la mirada en el pequeño que balbuceaba en sus brazos.
—¿Es tu hijo? —le preguntó el pequeño Dimitri, inocente de la emoción tan grande que esta pregunta, despertó en el corazón de su hermano.
Sebastián solo suspiró y besó la cabeza del pequeño y asintió con su cabeza.
—Sí, será mi hijo mientras esté aquí. Así que ni piensen en hacer travesuras con él.
Genoveva no pudo evitar que una lágrima de emoción rodará por su mejilla y se acercó a Sebastián para abrazarlo.
—Te lo dije amor. Este pequeño es un roba corazones.
El resto de la familia se acercó para conocer al nuevo integrante y el pequeño Aurelio recibió los mimos de todas sus tías y tíos.
Al día siguiente, las muestras para el examen de ADN iban camino al laboratorio en las manos de Máximo.
El grandulón personalmente se encargaría de supervisar todo el proceso, esto para ellos era solo un arma para defenderse de cualquier actitud hostil por parte de la madre del pequeño. Porque solamente bastaba con ver al pequeño junto a su padre para encontrar decenas de similitudes entre ellos.
Mientras tanto en Colombia...
Una mujer furiosa y angustiada llega a la Hacienda y recibe la peor noticia de su vida. Su esposo ha muerto.
Marco Aurelio murió dos días después de agonizar en el hospital. Alexia llora desconsoladamente, no puede creer que su amado la haya dejado sola.
Ella se encierra en la habitación de su esposo durante dos días. Después decide ir a su despacho. Alexia tenía instrucciones claras de que hacer si esto sucedía.
Entonces ella se paró frente a la caja fuerte e introdujo la contraseña. Después tomó todo su contenido. Alexia observó con nostalgia algunas fotos, dónde ella aparecía con Marco y una lágrima rodó por su mejilla.
Alexia limpió sus lágrimas y se concentró en un sobre sellado que estaba entre las fotos y otros recuerdos.
Ella acarició el sello del sobre y cerró los ojos. Presentía que algo muy importante estaba contenido en ese pedazo de papel.
Pero la única manera de saberlo era enfrentándose a esas últimas palabras de su amado.
Alexia se levantó, se sirvió un trago y ahí encontró el valor de tomar el abrecartas y abrir el sobre.
Ella fijó su mirada en la escritura y sonrió al ver la perfecta caligrafía de su amado plasmada en esas líneas.
kmo todo trabajo de esta bella escritora.
Nunca nos decepciona y sus trabajos son bellísimos
Al final Se llama Sebastian Jr o Bastian el otro bebé ?