Mi Universo Sin Ti

Al otro día el sol brillaba intensamente en el cielo azul, y Lian sintió cómo la calidez del verano comenzaba a desvanecerse, dando paso a la brisa fresca del otoño. Hoy era el primer día de su último año en la preparatoria, y aunque estaba emocionado, también había un nudo en su estómago. Caminaba hacia la escuela con su mochila al hombro, pero su mente estaba en otra parte: en Ethan.

Ethan había sido su mejor amigo desde la infancia, pero durante el último año, algo había cambiado. Cada vez que Lian lo miraba, sentía una mezcla de nerviosismo y alegría. Se preguntaba si Ethan también había sentido esa chispa entre ellos o si eran solo sus ilusiones. Mientras se acercaba a la entrada de la escuela, su corazón latía con fuerza.

Al entrar al edificio, el bullicio de los estudiantes llenaba el aire. Risas y conversaciones animadas resonaban por los pasillos. Lian se dirigió a su casillero, tratando de concentrarse en lo que tenía que hacer. Fue entonces cuando lo vio: Ethan, de pie junto a su propio casillero, hablando con algunos amigos. Su cabello castaño claro brillaba bajo la luz fluorescente, y esa sonrisa que siempre lo hacía sentir como si estuviera volando apareció en su rostro.

Lian sintió que se le secaba la garganta. Decidió acercarse, pero cada paso parecía un desafío. Cuando finalmente llegó, Ethan lo miró y sonrió, una sonrisa que iluminó todo a su alrededor.

—¡Hey, Lian! ¿Listo para el nuevo año?— preguntó Ethan, con un brillo en los ojos.

—Sí, claro. Solo espero que no sea tan aburrido como el año pasado—, respondió Lian, tratando de sonar despreocupado.

Mientras charlaban, Lian notó que Max, su hermano mayor, estaba observando desde una distancia prudente. Max siempre había sido protector con él, pero hoy parecía más posesivo que nunca. Sus ojos oscurecieron ligeramente al ver a Ethan sonreírle a Lian.

—¿Qué te pasa?— le preguntó Ethan al notar que Lian se distraía.

—Ah, nada. Solo… solo pensaba en las clases—, mintió Lian, sintiendo que el calor subía a sus mejillas.

La mañana avanzó entre risas y nervios. Durante la primera clase de matemáticas, Lian se sentó junto a Ethan. La profesora comenzó a hablar sobre ecuaciones cuadráticas, pero Lian apenas podía concentrarse. Cada vez que Ethan se inclinaba hacia él para comentar algo o hacer una broma, sentía mariposas en el estómago.

Al final de la clase, mientras todos se levantaban para salir, Ethan se giró hacia Lian.

—¿Te gustaría ir a tomar un café después de clases? Solo nosotros dos—, sugirió con una mirada que hizo que el corazón de Lian latiera más rápido.

—Claro—, respondió Lian, intentando parecer casual mientras por dentro celebraba la invitación.

Perpectiva de Ethan.

Ethan caminaba por los pasillos de la preparatoria con una mezcla de emoción y nerviosismo. Era su último año y quería disfrutarlo al máximo. Pero había algo más que lo inquietaba: Lian. Desde hacía meses, había comenzado a notar algo diferente entre ellos. Cada mirada furtiva y cada risa compartida parecía cargar un significado oculto.

Mientras se acercaba a su casillero, vio a Lian venir hacia él. Su corazón dio un vuelco. La forma en que caminaba, con esa confianza natural y esa sonrisa encantadora, hacía que Ethan se sintiera como si estuviera en una película romántica.

—¡Hey! ¿Listo para las clases?— preguntó Ethan, intentando mantener la voz firme.

—Sí, claro—, respondió Lian, aunque su tono no parecía tan seguro como él esperaba.

La conversación fluyó fácilmente entre ellos, llena de bromas y recuerdos del pasado. Pero mientras disfrutaba del momento, Ethan no pudo evitar sentir la mirada intensa de Max sobre ellos. Max siempre había sido protector con Lian, pero hoy parecía especialmente celoso. Ethan intentó ignorarlo; lo último que quería era que eso interfiriera con su relación con Lian.

Después de la primera clase de matemáticas, cuando sugirió ir a tomar un café después de clases, vio cómo los ojos de Lian se iluminaban. —Claro—, dijo Lian con un tono que revelaba más emoción de la que intentaba ocultar.

Ethan sintió una oleada de felicidad. Había estado esperando este momento durante tanto tiempo. Pero también había un pequeño temor en su interior: ¿y si Max se interponía? Sabía que Max era muy posesivo con Lian y no quería crear problemas entre ellos.

A medida que avanzaba el día escolar, Ethan trató de concentrarse en las clases. Sin embargo, cada vez que miraba a Lian, su mente divagaba hacia lo que podría suceder después de la escuela. La idea de estar solos juntos lo llenaba de emoción y ansiedad al mismo tiempo.

Durante el almuerzo, se sentaron juntos en una mesa con algunos amigos. La conversación era animada y llena de risas, pero Ethan podía sentir la tensión en el aire cada vez que Max estaba cerca. Max no decía nada abiertamente, pero su actitud era clara: no le gustaba que Lian pasara tiempo con él.

Ethan decidió ignorar los celos de Max y centrarse en disfrutar del momento con Lian. Sin embargo, cuando uno de sus amigos hizo un comentario sobre ellos como —la pareja perfecta—, sintió cómo el color subía a sus mejillas. La risa general lo hizo sentir incómodo; no quería que nadie pensara que había algo más entre ellos… al menos no aún.

Perspectiva de Lian.

La hora del almuerzo pasó volando entre risas y comentarios sobre el nuevo año escolar. Sin embargo, cada vez que miraba a Max desde la mesa donde estaban sentados con sus amigos, sentía una presión creciente en su pecho. Sabía que su hermano era sobreprotector y no quería causar problemas entre ellos.

Después del almuerzo, se dirigieron a la clase de historia. Mientras el profesor hablaba sobre eventos históricos aburridos, Lian no podía dejar de pensar en lo que sucedería más tarde. Se imaginó sentado en una pequeña cafetería con Ethan, hablando sobre sus sueños y riendo juntos.

Finalmente llegó el final del día escolar. El timbre sonó y los estudiantes comenzaron a salir del aula como un torrente. Lian buscó a Ethan entre la multitud y lo encontró esperándolo cerca de la salida.

—¿Vamos a el café?— preguntó Ethan con una sonrisa brillante.

—Sí—, respondió Lian, sintiendo cómo la adrenalina corría por sus venas.

Mientras caminaban hacia la cafetería cercana, Lian no pudo evitar robarle miradas furtivas a Ethan. La forma en que se movía y hablaba lo cautivaba completamente. Pero cuando llegaron a la cafetería y se sentaron en una mesa al fondo, el ambiente cambió ligeramente.

Max apareció casi de inmediato. —¿Qué hacen aquí?—, preguntó con un tono ligeramente acusador.

—Solo estamos tomando un café—, respondió Lian rápidamente, sintiendo cómo se le encogía el estómago.

Ethan miró a Max con una expresión neutral pero desafiante. —Sí, solo unos amigos disfrutando de un café—.

Lian sintió cómo la tensión aumentaba en la mesa. —Max, relájate—, dijo Lian tratando de calmarlo. —No es gran cosa—.

Max frunció el ceño pero finalmente se quedó en silencio mientras los tres compartían un incómodo momento en la mesa. La atmósfera estaba cargada; ambos chicos querían disfrutar del tiempo juntos sin las sombras del celoso hermano mayor.

Perspectiva de Ethan.

Ethan intentó mantener la calma mientras Max se sentaba con ellos. La tensión era palpable; podía sentir cómo sus propios nervios aumentaban ante la presencia del hermano mayor de Lian. Quería disfrutar del tiempo a solas con él sin las interrupciones constantes de Max.

Mientras tomaban café y conversaban sobre cosas triviales, Ethan notó cómo los ojos de Max seguían fijos en él como un halcón acechando a su presa. Era frustrante; quería poder hablar libremente con Lian sin tener que preocuparse por las miradas fulminantes de Max.

Finalmente, después de unos minutos incómodos, Max decidió levantarse y marcharse. —Voy a buscar algo más—, dijo sin mirar a nadie en particular antes de alejarse rápidamente.

Una vez que Max se fue, Ethan respiró aliviado. —Lo siento por eso—, dijo mientras miraba a Lian.

—No te preocupes por él—, respondió Lian con una sonrisa que hizo sonreír también a Ethan. —Es solo… así es Max—.

Ambos compartieron una risa nerviosa antes de que la conversación fluyera nuevamente hacia temas más ligeros: música, películas y sueños para el futuro. Cada palabra parecía acercarlos más y más.

A medida que avanzaba la tarde y las luces del atardecer comenzaban a filtrarse por las ventanas de la cafetería, Ethan sintió una conexión profunda con Lian. Era como si estuvieran solos en su propio mundo.

Perspectiva de Lian.

Los minutos pasaron volando mientras hablaban sobre sus sueños e inquietudes para el futuro. La risa llenó el aire entre ellos mientras compartían anécdotas divertidas sobre sus años anteriores en la preparatoria.

Lian no podía dejar de pensar en cómo cada mirada compartida parecía decir más que mil palabras. El brillo en los ojos de Ethan lo hacía sentir especial; era como si fueran los únicos dos en ese café abarrotado.

Sin embargo, justo cuando estaban disfrutando del momento perfecto juntos, Max regresó abruptamente con una expresión seria en su rostro.

—Es hora de irse—, dijo Max sin preámbulos mientras miraba fijamente a Lian como si estuviera dándole una orden.