Isabella, tras ser traicionada y asesinada, reencarna en un universo que creyó solo existir en las páginas de un libro. Ahora, en un cuerpo ajeno, sus poderes mágicos comienzan a despertar mientras enfrenta pruebas arcanas y oscuros secretos que amenazan con destruirla.
Rodeada de criaturas míticas y antiguos grimorios, deberá descubrir la verdad de su nuevo mundo. En esta segunda vida, la batalla por su destino apenas comienza.
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Capítulo 22: La meta
El sol aún no salía, pero Ethan fue hasta donde Isabella dormía y la despertó con cuidado. Al principio, la chica se veía molesta, pero al mirar el lugar donde estaba, se sentó rápido y le habló:
—¿Cómo llegué aquí? —Lo último que Isabella recordaba era estar en la fogata; después de eso, no recordaba nada más.
—Te dormiste —Ethan sabía que la chica se sentiría apenada, así que omitió la parte de que se había quedado dormida sobre su hombro—. Te traje aquí para que descansaras. Ven, vamos a desayunar.
Isabella se levantó y fue tras él; la chica que el día anterior le había dado la cena ahora le entregaba un plato con el desayuno y una taza con un líquido que parecía té. Isabella lo aceptó todo y agradeció. Fue hasta donde estaba Ethan y se sentó para comer. La pelirroja estaba extrañada; hasta ahora, no había visto al emperador comer con ella, lo que le llamaba la atención. Tenía sus sospechas, pero no dijo nada y terminó su desayuno. Ethan la llevó de nuevo al cuarto donde estaba la piscina de agua, y ella volvió a refrescarse. Una vez estuvieron listos, partieron, debían continuar su camino, pero antes Isabella se despidió de Dahrar y le agradeció por todo, prometiéndole regresar alguna vez.
El recorrido era más fácil; con los sandracs, podrían llegar antes al otro lado del desierto. Ya habían avanzado lo suficiente, pero de la nada, los animales se detuvieron y se negaban a continuar caminando. Entonces Isabella sintió una fuerza mágica y miró preocupada a Ethan:
—Oye, troglodita, creo que están asustados por eso que viene hacia acá.
Isabella señaló a lo lejos, había detectado de dónde venía esa mana. Algo se movía bajo la arena, pero por sus dimensiones no era normal.
—Creo que es un alfa —dijo Ethan.
La chica ya entendía, era un sandrac mayor, un alfa no solo era un líder, también tenía un tamaño y poder superior a un ser normal. Incluso, por la velocidad que estaba alcanzando, se podía decir que era más rápido a pesar de sus grandes dimensiones.
—Los vampiros nómadas y otros seres que habitan en Baboow tienen la creencia de que aquel que logre dominar uno, podrá hacer todo lo que se proponga en la vida. Es como un símbolo de poder —le comentó Ethan.
Isabella sonrió con determinación; una idea se había formado en su cabeza. Ethan la miró y levantó una ceja:
—Oye, niña mimada, ¿a qué se debe esa sonrisa? Espero que no intentes nada raro, vámonos por otra parte, puede ser peligroso.
Pero ya era muy tarde, Isabella se bajó de su sandrac, lo soltó y corrió a toda velocidad hacia el ser que aún no había mostrado su rostro. En su mano apareció una soga, pero se veía distinta, más ancha y robusta, de un material más resistente. Se detuvo y la bestia apareció justo frente a ella.
Colmillos que sobresalían de sus fauces, escamas largas y alargadas se veían en su piel como lanzas. Sus garras eran afiladas y enormes; el sandrac solo había mostrado su cabeza, y aun así, era mucho más grande que el animal que antes había estado montando. Ese ser realmente parecía un dragón sin alas.
Isabella, usando su poder, saltó dando una vuelta en el aire sobre el alfa y cayó sobre él. Al sentir a la chica en su cabeza, el alfa comenzó a moverse nuevamente. La pelirroja se agarró con fuerza a las espinosas escamas e intentó el proceso de captura como había hecho antes. Ethan, por otro lado, se había quedado sin palabras al ver la locura que la chica acababa de hacer. Movió su sandrac y trató de ir detrás de ellos, pero el otro ser era más rápido.
Isabella continuó su intento por domar al gran sandrac, por lo que concentró su fuerza en sus piernas y manos para aferrarse al animal y no caer. Poco a poco fue subiendo hasta llegar a la zona donde necesitaba estar. En el cuello del ser, lanzó un hechizo a la cuerda y la movió en el aire, enlazando al sandrac por la boca. Pero eso no era suficiente; debía ejercer más fuerza y demostrarle quién mandaba, así que usó otro encantamiento y, con una fuerza sobrehumana, detuvo a la bestia.
—Ya eres mío, querido —le dijo la chica mientras le palmeaba el costado.
Ethan llegó y, al ver que todo estaba en perfecto estado y que Isabella había logrado frenar al animal, suspiró. Isabella le hizo señas con la mano para luego empezar a correr, retomando el camino, mientras le gritaba al emperador:
—Nos vemos en la meta, troglodita.
El albino, molesto, la siguió, pero sus esfuerzos eran en vano; el alfa era mucho más veloz que su sandrac. Al chico solo le quedaba continuar y aceptar que ella había ganado.
El camino se hizo más difícil, pero nada imposible de cruzar; su sandrac seguía el mismo paso. Finalmente, Isabella localizó el final del desierto; la vegetación iba mejorando y entonces vio a Luna a lo lejos, con una sonrisa en los labios. Isabella llegó hasta ella y bajó del sandrac, cruzó la meta y rompió una cinta, demostrando ser la primera en llegar y, por tanto, la ganadora de esa primera prueba.
—¡Felicidades! Eres la ganadora de este reto —dijo Luna abrazándola—. Debo decir que esa jugada final —se separó y la miró a los ojos con admiración— fue genial, no esperaba menos de ti.
—El emperador tampoco lo esperaba, creo que se impresionó. Lo siento por él, pero sabíamos que uno de los dos debía ganar.
—Está bien, Isabella, aunque estoy segura de que su orgullo está herido. En los años anteriores, él había superado las pruebas en primer lugar.
—Bueno, ya sabe que no debe subestimarme —dijo Isabella, y Luna le pellizcó una mejilla.
—¡Ay, mi bruja es tan competitiva!
Isabella se rió y se pasó la mano por donde Luna le había pellizcado. Después de un rato, Ethan llegó, pero su rostro mostraba molestia y sus ojos dorados parecían brillar con furia. Bajó de su sandrac y cruzó la meta también. Luna se acercó para felicitarlo y después se alejó; alguien más llegaba en tercera posición:
—Bueno, gracias, emperador —le dijo Isabella a Ethan.
—Veo que supiste aprovechar la oportunidad. Felicidades —dijo, molesto, y se giró hacia otro lado. Isabella iba a seguir hablándole para fastidiarlo, pero Drake llegó y la interrumpió.
—Felicidades, Bella, usted, como siempre, superando retos difíciles y ganando.
Ethan miró disimuladamente y notó cómo el rostro de Isabella cambió de alegre a sombrío. La chica miró con odio al azabache y le respondió de manera cortante:
—Lord Long, creo que habla usted como si me conociera. Tenga cuidado, que puede malinterpretarse. Usted y yo no nos conocemos de nada. —Isabella, con los ojos entrecerrados, lo miró y se alejó.
A Ethan le parecía todo lo contrario, como si de verdad Drake supiera algo de la chica y lo usara para molestarla, aunque no podía imaginarse qué era. Drake la siguió y le sujetó el codo:
—Quizás sí nos conocemos —dijo el azabache, pero bajó el tono para que el emperador no lo escuchara—. Creo que sabes a lo que me refiero, Bella.
Ethan, al ver a Drake sujetando el brazo de Isabella, se acercó a ellos y le habló al chico con tono severo:
—Señor Long, mejor suelte a la señorita James o me veré en la penosa necesidad de obligarlo —la mirada de Ethan era fría. Drake soltó a Isabella.
—Lady James, creo que en otra ocasión hablaremos con más calma. Felicidades —dijo Drake—. Majestad, que tenga buena tarde.
Ethan e Isabella vieron al chico marcharse. El emperador se giró hacia ella y le miró el codo, luego el rostro:
—Oye, mocosa, ¿estás bien? —Isabella asintió—. Vamos, que el resto tardará en llegar y debemos soltar a los sandracs.
Isabella volvió a asentir y lo siguió, pero su mente estaba en otra parte. Junto a Ethan, soltó al alfa y al otro sandrac en una zona apartada; luego regresaron caminando, pero ambos iban en silencio. Isabella ya no tenía dudas y murmuró para sí, pero en voz baja:
—Así que sí eres tú, maldito traidor. Ya verás, algún día me vengaré de ti.
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Hola 👋 chic@s:
¿Qué creen entonces? Esperaban seguro que Isabella dominara así al sandrac más grande y ganara la competencia.
No les voy a confirmar nada aún, pero yo sé que ustedes saben que él es él 😆
Mua Mua 😚 ❤️
a Liam solo le falta que le deje seco XD
(Autora no se cuando será cuanto estos hagan el delicioso espero verlo digo
leerlo) XD😈