- "el cristal es frágil, tu corazón también lo es, eso quiere decir que sos frágil como el cristal"-
Alma Baez, dueña y chef pastelera , de una de las confiterías más exclusivas de la ciudad, por decisión de ella, y debido a un desafortunado incidente, que la llevó a no creer más en el amor, se habia vuelto una intriga, nadie la conocía personalmente.
Federico Alcaraz, millonario y arrogante, debía casarse en un año, para ser el dueño de las acciones de la empresa familiar, nunca se habia enamorado.
Podrá enamorarse de una mujer que lo rechaza?
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capítulo 16
Ya era sábado por la tarde, Federico invito a su amigo a pasar el día en su casa.
- te voy a empezar a cobrar honorarios, no solo me la paso en la oficina, que también en tu casa.
- te dije que me ayudas a pensar en voz alta, me siento muy tonto, hablando solo.
- no pensaste en ir a un psicólogo?
- no, no lo necesito, para eso tengo un amigo.
- es que no paras con Alma, hasta yo me estoy enamorando de ella.
- ah, pero si vos sos un vivo barbaro ...
Pedro se ríe y Federico lo mira con mala cara.
- decime la verdad, hoy ella no puede verte y no sabes que hacer, por eso me invitaste, antes ocupabas la mayor parte de tu tiempo, teniendo sexo, ahí, en esos momentos, no me llamabas.
- yo no soy de los que comparten.
- de todas formas, que vamos a hacer, además de hablar de ella?, yo otra vez no me voy a quedar sin cenar...
- tranquilo, a algún lado vamos a ir.
- no me digas que vamos a ir donde está ella...
- no, desconozco a donde va y lo peor, con quienes, solo sé que es el cumpleaños del marido de Ana, y van con otro grupo más de conocidos.
- ah, y estás como loco..., quien se le sentará al lado, o por ahí algún soltero la quiera conquistar.
- sabes que a veces dudo que seas mi amigo, ¿como me vas a meter esas ideas en mi cabeza?, estaba tranquilo, ahora la jodiste.
- bueno, discúlpame, era una broma, yo sé adonde podemos ir, me recomendaron un restaurante muy lindo, es grande, no necesitas reservas.
- y si la llamo?, solo para ver cómo está?
- escuchaste lo que te dije?, que conozco un restaurante…
- si, está bien, lo que digas. ¿Que hago la llamo?
- no dijiste que tomarse un tiempo, te ayudaba con las ansiedades?
- si, pero extraño mucho su voz, su risa...
- aguantate hasta el domingo, es bueno para vos y también para ella.
- te dije que la última vez que la vi, me hizo una escena de celos?
- si, pero eso no dice nada…
- como que no?, si me cela es porque algo siente.
- o por ahí siente celos que una chica te quite tiempo con ella. Seamos sinceros, esa mujer no te demostró nada hasta ahora.
- si, sus celos, te aseguro, que no es por lo que dijiste. Es más, ella se arrepintió de haberlo dicho, yo no quise seguir con el tema, vi como se puso, no la iba a presionar.
- vos la conoces, yo no, solo de vista, así que quizás sea así como lo decís.
- si, yo creo que va a ser cuestión de tiempo, para que estemos juntos.
Alma, le había dado el día libre a Ana para que se organice, total, cualquier cosa que ocurriera, estaba Martín para representarla. Ana la conocía, sabía que si no la llamaba, ella se iba a quedar haciendo cosas y se olvidaba de la reunión.
- amiga, sabes cuanto falta para la cena?
- no, que hora es?
- faltan 3 horas, te trajiste la ropa?
- no, me olvide, ya salgo para mí casa, quédate tranquila que llego a tiempo
- bueno, pero no te mates en el camino, para eso te aviso ahora.
- si, si, ya salgo. Nos vemos.
Alma sale a toda velocidad con su auto, llega a su cada, se da un baño rápido, elige la ropa, un vestido camel, sin mangas y con cuello, corto y ajustado al cuerpo, unas sandalias blancas con plataforma, para parecer más alta, maquillaje básico, listo, ya está para la reunión.
Vuelve a su auto y a toda velocidad, vuelve a la ciudad, quedaban 10 minutos para la hora de la reunión, llega 10 minutos después. Cuando baja, la estaba esperando Ana con cara de pocos amigos.
- menos mal, que te avise con tiempo.
- si perdón, este último tramo se complicó un poco con el tránsito, le avisaste a Antonio lo del nombre?
- obvio amiga, está todo arreglado.
- y cuantos son?
- con vos 20 personas.
- ah, pero son un montón, me muero..., tendrías que haber reservado un salón.
- ay, Alma, para Maria Pérez, no hay imposibles.
- bueno, entremos.
Ana trae del brazo a Alma, la va presentando, uno a uno, "te presento a mi amiga Maria Pérez", Alma saluda educadamente a cada uno, llega a Antonio.
- hola cuñado, feliz cumpleaños.
- gracias Maria, que placer, después de tantos años, poder contar con vos para festejar, el mejor regalo.
- no es nada, lo único que te deseo, es que sean muchos años más, y muy felices.
- gracias cuñada postiza.
- Maria, en aquella punta tenés tu lugar, perdóname, pero los lugares son por tiempo de llagada.
Alma, se queda mirando a su amiga, sabía que la estaba castigando por llegar tarde. Mientras Ana le sonríe, ella se dirige al único lugar que quedaba, a un lado, tenía un matrimonio adulto, del otro lado, un médico amigo de Antonio, que parecía un nerd. - mi Dios, que nochecita me espera…-
Ya todos los invitados estaban servidos y la cena se desarrollaban apacible, por supuesto que el matrimonio la atosigaba con preguntas como.
¿cuántos años tenés?, sos muy linda para ser soltera, ¿Y por qué no te querés casar?, cuando el matrimonio terminó con el interrogatorio, empieza el médico, él no le preguntaba nada, ya había escuchado todas las respuestas anteriores, él le hablaba de los casos que atendía en su consultorio y los cursos que había hecho en el exterior. Alma trataba de poner la mejor cara de que le interesaba lo que él contaba.
En una mesa cercana, estaban Federico y Pedro, cenando, cuando se desocupa una mesa, que los separaba, queda expuesta Alma, que estaba escuchando al médico que no paraba de hablarle, Pedro la ve primero.
- pero que casualidad, si no hubiese elegido el lugar, pensaría que es a propósito...
- que te pasa?
- ahí está tu amor, hablando con un tipo.
Federico se da vuelta y la ve a Alma escuchando atenta a un hombre, bastante insulso para su gusto.
- voy a ir a saludarla.
- te estás equivocando, no deberías.
- es solo un momento.
Federico se levanta y se dirige hacia la mesa, Alma está de espaldas. Pero su error fue el de no cumplir con la primer regla.
- buenas noches, Alma, que chico es el mundo.
Alma primero queda paralizada, después gira la cabeza.
- perdón, mi nombre es Maria, creo que me está confundiendo con otra persona.
Federico, entendió todo, se quería matar, había transgredido, lo que ella le pidió varias veces, "no me nombres en público".
- uh, si, la confundí con una amiga, les ruego que me disculpen, me retiro, con su permiso.
Federico vuelve pálido a su mesa.
- tenías razón, no tendría que haber ido, casi la delato delante de todas esas personas.
- estás muy impulsivo Federico, tenés que empezar a respetar a los demás.
Federico, no podía dejar de mirarla. La señora del matrimonio se dio cuenta.
- me parece que ese hombre que se confundió, se quedó impresionado con tu belleza querida.
Alma giro su cabeza y vio a Federico, que estaba colorado y se lo veía como un pichón mojado.
- me parece que usted, ve galanes por todos lados. Con permiso, voy al baño.
Alma se levanta, y se dirige al baño, cuando pasa por la mesa de Federico, lo mira, y continúa su camino. Federico entendió el mensaje.
- ya vuelvo.
Se dirige hacia los baños, ahí estaba Alma esperándolo.
- perdón Alma, sé que fui un estúpido casi te delato.
- sí, tenía ganas de golpearte con el plato, pero entiendo que no se puede estar en todo, igual salimos del paso bastante bien.
- me siento muy mal.
- vení, que te doy un abrazo para que te sientas mejor.
Y Federico, ni lento, ni perezoso, la abrazo muy fuerte, ese regalo, no se lo iba a perder por nada. Se quedaron así por un buen tiempo. Luego por decisión de Alma se separaron.
- bueno, me voy a la mesa, si no la señora que está a mi lado, va a empezar ainventarr cosas, es insoportable.
- y ese que te hablaba y no te dejaba pestañear?
- ese es un médico aburrido, la verdad es que extraño nuestros encuentros.
- bueno bonita, gracias por entenderme y perdonarme, te juro que no volverá a suceder.
- lo sé, a veces uno pasa por cosas que no se olvidan más. Nos vemos