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Como Un Conejo Asustado

Como Un Conejo Asustado

Status: En proceso
Genre:Yaoi / Posesivo / Mafia / Omegaverse / Dominación
Popularitas:31k
Nilai: 4.9
nombre de autor: Leidy Rojas

⚠️ Contiene suicidio, depresión, transtorno de estrés postraumático, dependencia emocional, violencia, abuso, rasgos de psicopatía, sadismo, contenido +18 (censurado) y una relación poliamorosa.

John, un omega que se ha cansado de vivir. Decide que ya no hay sentido alguno, se sumerge en el lago pinos susurrantes y allí deja escapar su vida. Tercer intento fallido, pero ahora todo es diferente. Al parecer en ese mundo nadie conoce a los omegas y la persona que más le hizo daño, ha muerto. John descubre en este mundo la delicadeza que las personas pueden tener pero que él nunca conoció en su antiguo mundo, el doctor Jeison. El Dr se muestra amable, atento y cuidadoso de una manera que John no ha experimentado. Lleno de cicatrices tanto en su cuerpo como en su corazón, ignora el hecho de que quien acaricia su nariz es un lobo disfrazado de oveja.

NovelToon tiene autorización de Leidy Rojas para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

En el cielo

John

Salimos del hospital como si hubiera sido un visitante y no un paciente. Nadie me notó y, aunque en la recepción se encontraba la enfermera que me odiaba, me escondí detrás del secretario y salimos a salvo. Afuera, había un auto negro esperando, un hombre salió y abrió la puerta para nosotros. Si así trataban al secretario del Dr. Grey, el Dr. Grey debía ser muy rico. Aún no sabía nada del Dr. pero, ahora tendría más tiempo para ello.

–¿Estás bien? – preguntó el secretario.

Asentí.

–Aún no me he presentado, soy Manuel Grey, asistente del Dr. Grey–

Fue inevitable sorprenderme, y también fue inevitable preguntar. Realmente quería saberlo. Sentí que cualquier cosa que supiera acerca del Dr. sería impresionante.

–¿Eres familia del Dr. Grey? – Pregunté mientras estrechaba su mano.

El secretario se rio. No se parecían en absoluto. Bueno, tal vez por su color de piel blanca y su rostro en forma de diamante.

–Sí, somos primos. He trabajado con él desde que se volvió un hombre tan ocupado. –

Manuel no parecía un hombre grosero, de hecho era bastante afable y simpático. Su forma de hablar tan simple era sin pretenciones, por lo que transmitía calidez y amabilidad. Eso era bueno. Las cosas mejoraban. Ojalá todas las personas fueran así de amables.

–El Dr. ¿tiene mucho dinero? Pensé que los doctores tan jóvenes no tenían tanto dinero–

Volvió a reír.

–Eres muy divertido, ya veo por qué le gustas… Aunque está en sus treinta, es muy bueno para los negocios, además de heredar la farmacéutica familiar. –

–Oh, ya entiendo. Supongo que en todos lados se necesitan herederos, espero que los omegas no sean maltratados aquí también–

Manuel frunció el ceño. Se notaba confundido. Me asusté, ¿acaso he hecho algo malo a este hombre?

–¿Omegas? ¿De qué hablas? – preguntó.

–Las personas que dan a luz– expliqué. Guarde mis manos en mis piernas tratando de calmar mis preocupaciones. Si hacía enfadar a este hombre, no habría manera de que no me castigara.

–¿Te refieres a las mujeres? Yo diría que ellas tienen gran poder en la sociedad ahora y, ellas deciden si tener hijos o no, pero claro, eso no es igual en todos los países. Aún hay lugares donde se intercambian por ganado.– la simplicidad de su respuesta alivió mi pecho, me recordó lo amable y despreocupado que era el secretario, Manuel. Sonreí y liberé las manos de mis piernas.

Entonces, ¿significaba eso que las mujeres eran las que tenían hijos en este nuevo mundo? ¿Realmente estaba en otro mundo? Recuerdo que cuando compartí habitación con otros omegas, conocí a un chico que leía muchas novelas. Se llamaba Keith, tenía un gusto impresionante por los romances y las historias de fantasía. Fue Keith quien me enseñó a leer y escribir correctamente, aunque seguía fallando en muchas cosas y eso me avergonzaba. Por suerte, Keith volvió a la casa de sus padres, quienes cancelaron su compromiso con el alfa. Aunque nos contactamos de vez en cuando, supe que al final sí se casó con aquel alfa que despreció al principio, porque ambos se enamoraron. Me alegré por el y la suerte que tenía, aunque mi corazón también se estremeció dolorosamente por la envidia.

–Los hombres no pueden tener bebés– Aseguró Manuel sacándome de mis recuerdos. –A menos que tengan útero, podrán tener hijos, pero son casos de identidad, ¿me entiendes? –

Asentí, aunque seguía confundido.

–Ya casi llegamos… el Dr. me ha dicho que te quedarás ahí a partir de hoy. Contrataré una empleada y cocinera para que te acompañe…– llegamos a un portón el cual, junto con unas paredes, encerraban la casa más grande y lujosa que había visto en mi vida. Ni siquiera el alfa al que mi padre me había prometido tenía una casa tan elegante, y él era un impresionante y rico ganadero. Con el que cualquier omega pobre querría casarse.

–La casa es muy grande y lo más seguro es que esté solo, el Dr. tiene mucho trabajo–, comentó Manuel mientras acariciaba mi cabello y sonreía.

–No es necesario que contrates a alguien, yo puedo limpiar y cocinar–.

–Eso debes hablarlo con el Dr. –

Claro, él recibía órdenes del doctor, no tenía por qué obedecerme a mí. El carro se detuvo frente a la inmensa puerta con figuras florales. Aunque el jardín era inmenso, solo había árboles. Nos bajamos del auto y un señor mayor nos abrió la puerta y nos recibió.

–Buen día, Sr. Grey. Buen día Sr. …–

–Se llama John, futuramente John Grey. – aseguró. Me sentí avergonzado por el comentario de Manuel. También me sentí emocionado, pero no quería sentirme así.

–John, él es el mayordomo de la casa, el Sr. Stiv– dijo Manuela mientras se carcajeaba y entraba a la casa muy cómodamente.

–Sr. John, bienvenido a casa. – Mi pecho se apretó al escuchar sus palabras. –¿Quiere beber algo o prefiere ir directamente a su habitación? – preguntó.

Miré a Manuel, quien estaba sentado hablando por teléfono, ni siquiera me había dado cuenta de cuándo empezó su llamada telefónica. –Ah… yo… eh…– intenté responder, pero Manuel interrumpió mi respuesta guardando el teléfono en su bolsillo.

–Sr. Stiv, futuro Sr. Grey. Me temo que tengo que dejarlos, necesito ir a salvar a mi jefe de unos aprietos– Manuel salió de la casa por una puerta más pequeña que no había notado.

La casa era demasiado majestuosa, ¿así se veían las mansiones de la élite?

–Entonces, Sr. ¿Qué le gustaría? – preguntó el mayordomo.

–Eh, ir a mi habitación está bien– respondí.

–Muy bien, entonces me puede seguir–

Subimos por las escaleras, volteamos varias veces hasta que llegamos a la habitación. El recorrido me había dejado agotado, no podía entender cómo una sola persona podía vivir en una casa tan grande. Esto debía ser demasiado solitario. Entramos en la habitación, era bastante espaciosa y había una cama, no un colchón en el piso. La habitación, no, incluso la cama, era mejor que todo lo que había tenido en la vida hasta ahora.

–A las 6 se sirve la cena, aún no estoy seguro de si el Sr. vendrá a cenar, pero es mejor que estés en la mesa. – Indicó el mayordomo.

Asentí.

–Sí, muchas gracias–, respondí con gratitud mientras Stiv se retiraba de la habitación y cerraba la puerta tras de sí.

Observé a mi alrededor. Había un closet demasiado grande para alguien que solo traía lo que tenía puesto, también había un mueble a los pies de la cama y la ventana tenía balcón. Tenía baño interno y había una bañera, además de un espejo reluciente y sin polvo. Todo era impresionante. Todo era triste. ¿Desde cuándo creía merecer todo esto? ¿Desde cuándo había empezado a pensar en mí?

Me quité los zapatos para acostarme en la cama, sin darme cuenta aún traían la etiqueta. No encontré tijeras para quitarla y me daba miedo que mi brusquedad al arrancarla dañara el zapato, así que lo dejé de esa manera. Me recosté en la cama y al mismo tiempo sentí que estaba sobre nubes. La cama era suave y la almohada aún más. Tomé la otra almohada y me acurruqué con ella. Hace tan solo unos días abrazaba mi mochila porque no tenía una almohada de más o cualquier otra cosa suave. Ahora dormiría en las nubes.

Esto era un cielo, el cielo que una persona como yo no merecía. ¿Cuánto tiempo pasará para que me alcance el infierno nuevamente?

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Yendi Jaramillo Avila
Excelente
Yendi Jaramillo Avila
yo también busque el significado
🏳️‍🌈ZOE GIANNI 🇮🇹🇦🇷
según el traductor dice "es adictivo"
🏳️‍🌈ZOE GIANNI 🇮🇹🇦🇷
q extraño como de un cap a otro salta de escena ...
🏳️‍🌈ZOE GIANNI 🇮🇹🇦🇷
pero si le dijo solo stiv...
Roberta Medrano
estaba tan impresionada cuando apareció un alfa en este mundo donde Jhon por fin no tenía que esconderse y pobre de Manuel con tantos sentimientos encontrados
Wendy Alejandra Ortiz Pulido
hola me encanto pero necesito masSSSSSSSS ME KEDE CORTA
Franshesca Acosta
Está historia es una de las mejores que he leído 🥰😍😍
Franshesca Acosta
pues si lo son mi obsesivo Jeison 😎😈
Wendy Alejandra Ortiz Pulido
Excelente
Rosa Castro
Normal
Rosa Castro
Malo
Ale Must
Jaison necesita más ayuda que el mismo Jhon. El tiene más dependencia hacia Jhon que toda la que Jhon siente hacia él, Dios mío
Ale Must
Ay, me encantó esa frase! me la voy a robar jjjjjj
María auxiliadora Hernández
me gustó mucho tu novela
María auxiliadora Hernández
me gustó muchísimo tu novela
Karla Alejandra Cervantes
me encanta como estás manejando la historia felicidades espero con ancla el próximo capitulo
La Mirtha Fernandez
me gusta mucho es atrapante
Leidy R: Muchas gracias 😊
total 1 replies
La Mirtha Fernandez
me encanta la historia tiene todo me entusiasma mucho me da mucha ansiedad saber lo que viene por favor maraton /Pray//Pray/
Leidy R: Lo intentaré ☺️
total 1 replies
Angely liliana Mora Mojica
Actualiza plis
Leidy R: ¡Está verificando!/Determined/ Ya casi.
total 1 replies
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