Se dice que cada cien años la madre de todos los lobos reencarna para vivir una vida plena en la tierra por cierto tiempo, pero no se le a vuelto a ver a lo largo de quinientos años, ahora todo parece leyenda y escuchar sus historias pareciera un cuento de adas, pero todo eso cambiará con el nacimiento de Talisa.
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Capítulo 22
"¡Yo me largo! prefiero buscar otro asentamiento a servir a un maldito lobo, dragón. ¡Lo que seas carajo!" Dijo el minotauro. "¿Quién está conmigo? Me iré ahora mismo. El que quiera acompañarme haré grandes cosas y será recompensado." Nadie se atrevía a seguirlo.
"¿Cómo los alimentaras? Por si no te has dado cuenta, pedazo de mierda. Todos los animales cerca de aquí fueron ahuyentados por la guerra. ¡Ni siquiera tienen cultivos dignos en este campamento! Me preguntó como le ibas a hacer para alimentar a toda esta gente. ¡Escuchen! Todos los que se queden tendrán que unir fuerzas con el otro campamento, una vez reconstruida la muralla haremos casas para cada familia. También necesito personal para el palacio. Cocineros, guardias, personal de limpieza, herreros, entre mucha otras. No me importa un carajo como estuvieron viviendo todo este tiempo, solo cumplan con su parte y yo les traeré comida a sus mesas todos los días. ¿Pero si me traicionan? Solo hay una salida, y eso es su propia existencia."
Sonaba tentador, una comunidad entre diferentes razas, y al fin un hogar al cual pertenecer.
El minotauro sudaba por la angustia, ahora él también deseaba quedarse, la comida era algo que no abundaba actualmente, pero su orgullo estaba en juego, ya había dicho que se iría, y había insultado a Manu.
"¿Qué dices minotauro, tú también quieres quedarte? Ocupo a alguien con grande fuerza, esta es tu última oportunidad. Haré de lado lo que dijiste hace un momento, no quiere decir que en un futuro lo volveré a hacer" Sabía su desesperación, la podía oler incluso sentir, quise darle una última oportunidad, después de todo, todos merecemos una alguna vez.
"Soy Rocku, no necesitas llamarme minotauro todo el tiempo" Había extendido su mano hacia mí, esto significaba aceptación, lo vi desviar la mirada de vergüenza y decidí no decirle nada más como consideración, después de todo somos hombres.
La bruja me vio llegar con toda esta gente detrás de mi, aun que su cara no era de completa satisfacción al ver a Rocku, aún así, ya tenía gente a mi servicio.
"¡No quiero pleitos entre ustedes! Saldre por comida, también quiero que comiencen a reconstruir la muralla. Si ocupan algo, solo pídanlo. Yo me encargaré de traerlo"
"No tenemos herramientas de construcción, también necesitamos caballos y burros de carga, de hecho, hace falta de todo." Dice Crisida.
"Tengo una hermana, ella puede ayudarnos a conseguir ciertas cosas. Vuelvo en una hora" Lo vimos extender sus alas al cielo, tenía un buen presentimiento con este nuevo dragón. También necesitaba mostrar mis habilidades para dirigir y ser mejor que este maldito minotauro.
"¡Chicas, acérquense!" Les ordene a las de mi campamento, pero para mi sorpresa las del otro campamento también hicieron caso. Que sorpresa. "El alfa vendrá en una hora, necesito que nos dividamos, los hombres estarán hambrientos después de trabajar. Un grupo irá a limpiar los escombros del palacio, otro grupo pelara verduras y tendrá que preparar una olla, la más grande, y prender fuego a ella. Es un dragón, lo más seguro es que traiga algo grande. ¡Vamos, vamos! Hay que movernos"
Después de lo acordado, Manu había visto unos ciervos y caballos salvajes. entre más miraba se daba cuenta que cerca de un lago había peces enormes, desde arriba la vista era mejor.
No se como debería de sentirme, pero algo si es seguro, no puede con toda esta buena sensación que ayudar a toda esa gente. Gracias madre, yo se que todo esto es parte de tu plan, solo espero saber lo que hago. Pensé. Lo mejor será dar varías vueltas, tendré que ser rápido.
Lo primero que llevaré son esos caballos, tendré que tener que cuidado para no encajar mis garras a ellos. Uno en cada pata sera suficiente, mi osico también servirá para llevar una de esas monstruosidades del lago.
Manu fue rápido, en veinte minutos había regresado a su manada, antes de lo acordado, pero ellos no sabían que era la primera vuelta de muchas.
"Necesito que hagan un corral para los caballos, tengan cuidado, muerden. ¡Sigan trabajando! Iré por más"
El ánimo comenzó a subir cuando lo vieron llegar con dos caballos y un bagre de unos doscientos kilos.
Manu tomo varias sogas, tenía una mejor idea para agilizar las entregas qué hacía.
"¡Tú, como te llamas!" Le pregunta a un tipo que cortaba leña.
"¿Yo? Este.., me llamó Astoz alfa" Dice nervioso.
"Sube a mi lomo, volaras conmigo"
"¡Qué! ¿Está seguro que no me caeré del cielo?"
Volaré despacio, no te preocupes, solo agárrate fuerte.
El pobre chico estaba muerto del pánico, pero después de varias vueltas ya se comenzaba acostumbrar. Ayudo a su nuevo alfa a llevar liebres en un costal y a amarrar venados para que este pudiera levantar a cuatro de un solo agarre.
Hizo diez vueltas en todal, al final del día había conseguido ocho caballos, veinte venados vivos, y cinco liebres. Pero eso no era todo, en su manada había un estanque grande, pensó que seria un desperdicio que estuviera vacío, así que trajo peces consigo, aunque fue una lástima que no todos llegarán vivos al llegar al estanque. También había patos y un par de jabalis jóvenes.
Todos en su manada la verlo descansar se sentían muy agradecidos, no habían visto tantos animales en un solo día.
"¡Qué gran cazador eres! Toda esta gente está agradecida contigo, tenlo por seguro que te seguirán y te serán leales." Dice Crisida.
"¿Y tú, también me eres leal?"
"¡Lo juro! Solo esperó no decepcionarlo. Esta manada suya tendrá un buen futuro. Puedo sentirlo"
Rocku miraba con celos a Crisida, aún que hacía un buen trabajo talando árboles, sentía que debía hacer más para mostrar que era mejor que ella.
Al siguiente día, Manu ya había pensado en la noche y tenía claro lo que debía hacer, y los planes y propuestas que se le habían ocurrido. ahora que tenía a tanta gente reparando los daños de su muralla, necesitaba buscar muebles y ciertas comodidades. No contaba con dinero, pero contaba con comida, y en este tiempo de hambruna, era mejor que el dinero.
Tenía que negociar con otras manadas y pueblos, pero como nadie quería a los dragones, pensó que Crisida sería una mano aliada para las negociaciones.
Con todas las tareas y panes que llevaba en mente, pensó que se olvidaría de Astrid y Elin por un rato, pero su lobo no deja de molestar y hacerle recordar.
Deseaba traerlas a ambas, aunque no sabía si era lo correcto.
Tenía que darse prisa, no podía traer a su compañera a un lugar que no fuera digno de ella, así que comenzó a movilizarse, había muchos que dependían de é ahora.