Los Hermanos Volkova

El auto iba con precipitación, Valentina acompañaba a su hijo a quien había visto padecer tristeza y desosiego estos meses por la ausencia de aquella mujer.

"Cariño conduce con calma" Aconsejó Valentina.

Habían dado con el paradero de Anastasia, se encontraba en el convento de la natividad, ahí había llegado para poder esconder su embarazo y llevarlo a término.

Lastimosamente, Anastasia padeció una enfermedad durante el embarazo. Esto la mantuvo en constante observación, pero todo se complicó por una caída, haciendo que su embarazo se adelantara.

Los familiares estaban en el hospital de Luka, Mylan daba vueltas de un sitio a otro sin poder detenerse, estaba ebrio y desesperado.

Luka apareció en la sala "Quiere verte. "

Mylan lo siguió sin pensarlo y en el camino Preguntó "¿Cómo está?"

"Estamos intentando salvarle la vida a ambas, es una niña. La eclampsia se presenta después de una afección llamada preeclampsia. Esta es una complicación que tuvo durante el embarazo en la cual presentó presión arterial alta y otras afecciones. Anastasia ha presentado convulsiones que la tienen muy delicada de salud" Informó Luka.

Mylan ingresó viendo a la rubia con un semblante decaído, el vientre se movía con precipitación y muchos aparatos estaban conectados a ella.

Anastasia abrió los ojos y sonrió forzadamente "Manipulador, eres tu"

"Ana, Ana cariño ¿por qué no me lo dijiste? ¿Por qué te fuiste?" Preguntó Mylan besando el rostro de la mujer.

"Eso no es importante ahora, dale prioridad a la niña, no podré vivir si ella no está..."

"No, No, no digas eso, no puedo vivir sin ti" Lloró Mylan.

Anastasia no pudo contener las lágrimas, vio en los ojos de su amado su tristeza "Nuestra hija te necesita, tienes que dejar de ser un tonto y encontrar una linda madre para la pequeña. No la llames Anastasia, no quiero que con mi nombre se maldiga su vida, no deseo que viva lo que viví. Tu familia es unión, ellos sabrán como alentarte y mi bebé será feliz como alguna vez quise serlo contigo. Fui una cobarde no puede decirte nada __ Lloró __ Te amo Mylan"

"Te amo Ana, no morirás, no te despidas, mi tío Luka, las salvará, por favor cariño sé fuerte" Dijo Mylan.

Anastasia entró en crisis, los aparatos conectados a ella empezaron a realizar sonidos ensordecedores, Luka entró y dijo "Myl, debes salir, sacaremos a la bebé, sus pulmones deben estar más fuertes despues del medicamento"

"Tío salva a ambas, por favor..."

"Haremos lo que esté en nuestras manos" Dijo Luka cerrando la puerta en sus narices.

"¡Ana! ¡Ana! ¡Ana sé fuerte! ¡Ana te amo! ¡Ana no me dejes!..." Gritó Mylan y un llanto de dolor inundó el lugar.

Valentina y Gavril fueron con él, nunca imaginaron ver a su hombrecito fuerte sufrir de esa manera "Calma hijo, calma"

"Padre, vi el rostro de mi tío, Ana no está bien, no está bien" Lloró Mylan.

Luther se acercó a la familia y se agachó quedando en frente de su amigo "Ella se irá Myl, esta es la última vez que la vez con vida"

Mylan tomó por el cuello a Luther "¡No! ¡No! ¡Ayúdala! ¡Ayúdala! ¡Puedes hacerlo! ¡Puedes hacerlo!" Estrujó su cuello.

En otra ocasión le hubiese dado un escarmiento por tocarlo de esa manera, y si no fuera él, otra fuera la historia, tal vez habría partido los brazos de su opresor o acabado con su vida en un instante "Si puedo, pero... ¿Morirás por ella? O ¿A quién me darás por salvarla? Una vida, un sacrificio ¿Es eso lo que ella quiere? ¿Acaso no te dijo lo que deseaba?" Cuestionó el mago.

"Llévame a mí, por favor __ Susurró __ Quiero tomar su lugar" Cayó al piso el ruso, nadie lo conocía en ese estado, era deplorable, triste verlo llorar y sufrir por su amor.

Valentina abrazó a su esposo desfalleciendo en sus brazos y Gavril negó con la cabeza, Luther acató la orden. Él era un mago negro, descendiente de nigromantes, podía perfectamente devolver una vida, pero era necesario un sacrificio y aunque Mylan se había ofrecido no pudo cerrar el trato porque sus padres lo impidieron, cosa que le causó tranquilidad por qué no deseaba ver a su familia y a su pequeño cielo sufrir por la muerte de su primo.

Anastasia Shevchenko

"Mylan amor mio, hoy parto de este mundo sabiendo que dejo a mi bebé en las mejores manos, se que serás un padre exepcional y que encontrarás un amor sin cicatrices incurables como el mio. Me sacrifiqué por ella para que no tuviera una vida miserable como la mía. Gracias por enseñarme a amar. Los recuerdos de tus besos, caricias y del amor que me dabas me llenan de felicidad en mi deceso, recordarte es tenerte, tenerte es pensarte y pensarte es saber que hay un cielo azul donde van las almas enamoradas, espero verte ahí"

Mylan Volkova

"Miro hacia el cielo, desde el desciende una blanca paloma.

Y me hago la ilusión de que es ella,

que vuelve hacia mí.

No sería posible, pero mi imaginación me lleva a pensar

que esa paloma me la envía Dios,

y es ella que viene hacia mí.

Estoy llorando por amarte, por no poder besarte, por tenerte en mi corazón, sin poder darte mi amor.

Es tan triste mi pena, que me desgarra. Esta cruel agonía de amarte y no poder tocarte me destroza. Este delirio me atormenta, me atormenta porqué te amo. Este es mi castigo, mi castigo es no volver a verte"

"¡Mylan! ¡Mylan! ¡Abre la puerta!" Gritó Gavril.

"Pídele las llaves a Zonia" Ordenó Gavril a Vicktor.

Gavril entró a la habitación encontrando a su hijo tirado en el suelo en ropa interior, con una barba de muchos días, apestaba a alcohol, drogas y suciedad.

"Hoy es la fiesta de Nina, sé que no tienes ánimos, han pasado meses. No has visto a tu hija, ni siquiera sabemos como llamarla, creo que Anastasia debe estar revolcándose en su tumba, se equivocó en dejar en tu manos a la pequeña" Reprendió Gavril, le dolían sus propias palabras, pero necesitaba sacar a su hijo de ese estado.

"Debiste dejar que muriera..."

"¿Y perderte? ¿Sabes cuanto sufriríamos por ti? ¿Crees que Anastasia al despertar y no encontrarte reiría sin parar? Con tantas cosas vividas desde niña dudo mucho que hubiera aprovechado ese sacrificio, ella hubiese ido directo a la muerte detrás de ti y la pequeña igual de huérfana como ahora. Mylan parece que hubieses muerto con ella, no veo mi hijo en ti ¿Dónde está mi campeón?" Preguntó Gavril casi a punto de llorar.

"Lo siento papá, no tengo fuerzas, yo... __ Sollozó __ Quise decirle más cosas y no pude, ahora es tarde, no está, fui cobarde no pude demostrarle cuanto la amaba"

Valentina escuchaba detrás de la puerta mientras era abrazada por sus hijas y Dylan, todos lloraban en silencio escuchando las palabras del loquillo de la familia, hasta para Vicktor fue imposible no derramar lágrimas.

Luther estaba en una esquina escuchando, el pelirrojo pensaba "¿Qué pasaría si a Nina le ocurriera algo?" Estaría igual o peor. Él era de poco llorar, pero solo imaginar que a su pequeño cielo le ocurriera algo, en su interior algo le impedía respirar. Soltó su corbata e intentó inhalar.

Nina levantó la vista y lo vio tomar caladas de aire, sin pensarlo dos veces se zafó de los brazos de su madre y fue a abrazar al pelirrojo quien sintió alivio al sentirla cerca.

Alana, Dylan, Valentina y Vicktor vieron la escena normal, Nina había demostrado tener un cariño especial por el mago y Luther había demostrado ser un Volkova, no se había alejado en ningún momento, siempre estaba mostrando su apoyo incondicional.

En medio de sollozos, mientras la pequeña Volkova mojaba su traje, Luther susurró "Te amo, feliz cumpleaños"

El corazón de Nina se volcó tenía sentimientos encontrados entre tristeza y una enorme dicha. Mientras todos estaban distraídos la pequeña se colocó en puntillas y atrapó los labios del mago dando un casto beso, entonces susurró sobre ellos "Te amo Fresita"

Luther la abrazó nuevamente evitando perder el control y besarla desmedidamente. Los gritos de Gavril resonaron nuevamente.

"¡Te daré una oportunidad Mylan de despertar! Sophia y Dylan no pueden hacerse cargo de tu hija, eso es algo que te corresponde como su padre. Pero si te vas a quedar sufriendo toda la vida, la daré en adopción, no es justo que esa pequeña crezca viendo un cobarde" Dijo Gavril y salió de la habitación tirando un portazo.

"No estás hablando en serio ¿Verdad?" Preguntó Valentina.

"Si el no la quiere, llamaremos a una casa hogar que se encargue de conseguirle la familia que su padre le está negando" Dijo y sé marchó.

"Dyl has algo ¿Puedes adoptarla?" Preguntó Alana.