Vendida A Un Enemigo

_ Necesito casarme con ella, mañana mismo ¿Será posible?... Le preguntó Alexander a Claudia.

Claudia clavó su mirada en a asustadiza chica acostada en la cama… Sin duda, Celeste era la mujer ideal para ser la esposa de Alexander.

__ Claro, ahora mismo voy a hacer todos los trámites necesarios, para que sea dada de alta, y llevarla al departamento, para que pueda descansar y mañana a primera hora sea tu esposa..._ Respondió Claudia besando los labios de Alexander.

Y así, mismo darle entender a Celeste que ellos dos eran pareja. Celeste se quedó atónita por mucho tiempo, solamente llevó sus manos a su vientre.

_ Debemos irnos... _ Exclamó Claudia, limpiando el lápiz labial que dejó en los labios de Alexander.

Al ver salir a Claudia y a Alexander de su habitación, Celeste se levantó de la cama muy despacio. Todavía sentía un dolor debajo de su vientre.

_ No puedo quedarme aquí y ser obligada a casarme con un hombre que no conozco... Es mejor dormir en la calle, hasta que mi abuela Agustina regreses a la ciudad y pueda lograr hablar con ella... _ Susurró Celeste, para ella misma.

Al no tener nada que ponerse; Celeste salió con la bata que llevaba puesta, caminó por el pasillo, mientras se escondía de las demás enfermeras.

Al llegar a la calle, Celeste se detuvo por unos segundos, mirando para todas partes. No sabía donde estaba, y mucho menos sabía a que horas eran.

Solamente miraba muchos autos pasar con prisa de un lado para otro. Celeste se asustó demasiado, no tenía ni la mínima idea para donde caminar, se quedó plantada en el mismo lugar por más de cinco minutos, sus lágrimas comenzaron a caer de sus hermosos ojos azules.

En ese momento un auto se detuvo a la entrada del hospital, al reconocer el auto, Celeste se escondió de inmediatamente.

Era el auto de su tío, el hombre enseguida bajó de su auto, y se apresuró a ingresar al hospital...

En ese momento, Celeste se imaginó que su tío estaba ahí, para llevársela a la cárcel, así que se alejó asustada del lugar donde estaba escondida, y comenzó a caminar sin saber a donde ir.

Por mucho tiempo, Celeste estuvo caminando, sus pies le dolían demasiado que se vio obligada a tomar asiento...

__ ¡Allí está!... _ Gritó Claudia señalando con su dedo a Celeste.

Alexander manejó hasta donde estaba Celeste sentada, estacionó su auto frente a ella. Rápidamente, Claudia se bajó del auto, sin darle tiempo a Celeste de que pudiera escapar de ellos.

Claudia agarró a Celeste con fuerza del brazo, sin importarle clavar sus uñas sobre la suave piel de la chica.

__ ¡Sube al auto, si te atreves hacer algo que llame la atención de las personas, haré que pierdas a tu hijo aquí mismo! ..._ Le ordenó Claudia, empujando a Celeste.

Celeste no pudo hacer nada, para evitar que Claudia, la llevara al interior del auto. Ya que afuera del auto, estaba Alexander.

Alexander abrió la puerta de su auto, en cuando miró a su mujer empujar a Celeste. En solo segundos, Celeste, ya no tuvo escapatoria.

Fue subida al auto de Alexander, sin poder defenderse. Claudia se encontraba realmente molesta, que deseaba darle una paliza a Celeste.

Sin embargo, debía controlar sus impulsos, ya que necesitaba a la chica, para casarla con su amante.

__ ¡Niña estúpida, no puedes intentar jugar conmigo!... _ Gritó Claudia sacando una poca de la rabia que llevaba por dentro.

Celeste solamente se cubrió los oídos con sus manos, no quería continuar escuchando todos los insultos que Claudia le hacía

Luego de media hora, Alexander estacionó el auto, a las afueras de la ciudad. En una pequeña Villa, escondida de todo. Allí es dónde él y Claudia se encontraban para demostrarse su amor.

Alexander bajó del auto, abriendo la puerta trasera, enseguida, bajó a Celeste, y la llevó al interior de la villa...

No importa cuanto, Celeste llorara, Alexander ni Claudia, sé, conmovieron con sus lágrimas de la chica... Celeste solamente era una pieza importante, para que ellos continuaran estando juntos...

Al cerrar la puerta detrás de ellos, Celeste fue arrojada encima del sillón, mientras, Claudia y Alexander fueron a la cocina.

__ Qué vamos a hacer, si esa estúpida se atreve a abrir la boca y decir qué la estamos obligando a casarse contigo..._ Le preguntó Claudia a su amado.

Alexander colocó sus dos manos en el rostro de Claudia, acercó sus labios a los de ella. Para enseguida, besar apasionadamente a Claudia...

Al terminar de besar a su amante, Alexander echo un vistazo a donde estaba Celeste abrazada a ella misma.

_ Esa mujer es tan tonta, qué dudo mucho que se atreva a decir algo... Debes dejar de preocuparte..._ Dijo Alexander, abrazando a Claudia a su pecho...

Por mucho tiempo, Claudia y Alexander permanecieron dentro de la cocina, entregándose a su amor. Al salir, miraron a Celeste, profundamente dormida.

__ Cierra la puerta para que no intente escapar de nuevo, yo te esperaré en la habitación... _ Claudia dijo en un tono coqueto.

Alexander caminó hasta la puerta principal, cerrando por completo toda posibilidad de que Celeste pudiera escapar de él.

Al pasar, por un lado, de Celeste, Alexander se detuvo, el hombre no resistió la tentación de sentir la piel de la chica por segunda vez...

Celeste era sin duda una niña muy hermosa, al tener cerrado sus ojos se miraba cómo si fuera un ángel... El deseo de poseerla, se apoderó de Alexander.

Alexander estiró su mano, acariciando los labios de Celeste. El cuerpo de Alexander se excitó inmediatamente, al solo acariciar los labios de la chica...

El hombre no conforme con su deseo, por Celeste, fue inclinando su cabeza hasta casi besar los labios de la chica.

En ese momento, Celeste abrió los ojos, y al ver a Alexander tan cerca de ella, Celeste estuvo a punto de gritar.

Sin embargo, la mano grande de Alexander cubrió por completo su boca, evitando así, que Claudia se diera cuenta.

_ ¡Cállate, solo quería verte más de cerca!...

Celeste se encontraba demasiado asustada, que sus cejas se podían juntar... Poco a poco, Alexander soltó su mano de la boca de Celeste...

Alexander se alejó de Celeste al darse cuenta que la chica no iba a decir nada, así que se alejó por completo, para ir a la habitación con Claudia.

A la mañana siguiente, Claudia fue la primera en levantarse de la cama, fue al baño, y se dio una ducha rápida.

Se cambió de ropa, y salió, para ir a comprarle el vestido que iba a usar Celeste en su boda...