"El lío de Carlos" es una novela inspirada en una historieta escolar que narra las aventuras de Carlos, un joven carismático, despreocupado y amante de la diversión. Con su espíritu libre, disfruta explorando sus relaciones, coqueteando sin límites tanto con las chicas, pero tal parece que el destino cambiara el rumbo de su vida.
Por otro lado, se encuentra Janeth una joven trabajadora y determinada que enfrenta una lucha personal por encontrar una cura para su abuelo. En medio de los enredos y dramas que rodean la vida de Carlos y Janeth, sus caminos se cruzarán de formas inesperadas. ¿Logrará el amor triunfar entre tantas dificultades? Acompaña a estos personajes en una historia llena de emociones, retos y descubrimientos.
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Capítulo 24: Corazón roto
Una semana había pasado desde la última vez que Janeth había visto a su amiga Valeria. Su preocupación crecía cada día más, porque Valeria había estado ausente, sin responder a sus mensajes ni a sus llamadas. La incertidumbre sobre su estado la inquietaba, y una tarde, sin pensarlo más, decidió ir a su casa a ver cómo estaba. Toca a la puerta, su respiración algo agitada, y espera. Después de unos segundos, la puerta se abre.
"¿Qué haces aquí?", le pregunta Valeria con una expresión cansada en su rostro.
"Vine a verte, hace una semana que no te veo y no contestas ni mis mensajes ni mis llamadas", responde Janeth, su voz llena de preocupación.
Valeria, claramente agotada y cansada, no parece tener ganas de conversar. "Vete, no me siento bien para conversar, veámonos luego", dice, intentando cerrar la puerta.
Pero Janeth, con el corazón en la mano, no la deja. "No te voy a dejar sola, Valeria. Sé que algo te pasa. Quiero saber qué es", responde con firmeza, entrando a la casa sin que su amiga pudiera detenerla.
Valeria suspira, resignada, y cierra la puerta con fuerza. “Está bien, habla. ¿Qué quieres saber?”
Janeth, mirándola de frente, le responde con voz suave, pero llena de dolor. "Lo mismo quiero saber, Valeria. ¿Por qué me has estado evitando? ¿Qué te pasa? Te he notado distante, triste."
Valeria baja la cabeza, intentando evadir la mirada de su amiga, pero Janeth no da su brazo a torcer. Sabe que algo no está bien, y la tristeza que se refleja en la cara de Valeria es la prueba. "No tengo nada", responde Valeria, pero su voz tiembla.
"Sí, tienes algo", replica Janeth, su tono firme. "Te conozco, Valeria. Sé que algo te está pasando y no vas a esconderlo. Si no me lo cuentas, te lo sacaré de todas formas."
La presión de las palabras de Janeth se hace insoportable para Valeria, quien en un arranque de coraje, suelta el llanto. La angustia que había estado reprimiendo por tanto tiempo se derrama de sus ojos, como un torrente de emociones contenidas. Entre sollozos, Valeria mira a Janeth y, con voz temblorosa, le revela su secreto. "Estoy enamorada de Sebastián."
Janeth se queda petrificada, mirando a su amiga como si no pudiera creer lo que acababa de escuchar.
"¿De Sebastián?", repite, su voz casi un susurro. "¿Desde cuándo?"
Valeria, sintiendo el peso de la confusión y la tristeza, se sienta en el sillón. "Lo supe desde hace años, pero durante los últimos meses, cuando hemos salido los tres, el sentimiento ha crecido. Y el día que escuché su declaración hacia ti... supe que jamás podría confesarle lo que siento. No podría competir con lo que tú significas para él."
Janeth baja la mirada, sintiéndose culpable. "Valeria, yo… no sabía que sentías eso. No tenía idea. Si hubiera sabido, jamás habría permitido que la amistad entre Sebastián y yo se volviera tan cercana. No quería lastimarte."
Valeria, aunque herida, niega con la cabeza. "No tienes que disculparte, Janeth. Es mi problema, no el tuyo. Yo... simplemente no quiero seguir viéndolos. No sé cómo seguir siendo parte de todo esto."
Janeth se acerca a ella, poniendo una mano sobre su hombro. "Lo siento mucho, amiga. Lo siento tanto."
"Quiero estar sola, Janeth", dice Valeria, con la voz quebrada. "Necesito tiempo para pensar, para ver qué hago con lo que siento. No puedo seguir viéndote a ti y a Sebastián sin que me duela. Necesito espacio, por favor."
Janeth la mira, sintiendo el dolor de su amiga reflejado en su propio corazón. "Lo entiendo. Te daré el tiempo que necesites, pero quiero que sepas que siempre estaré aquí para ti."
Valeria asiente, con los ojos llenos de lágrimas, y, al no poder contener más el dolor, se voltea para quedarse sola. Janeth la mira una última vez antes de salir de la casa, su corazón roto por ver a su amiga tan destrozada.
Cuando Janeth llega a su casa, lo único que puede hacer es pensar en lo que ha sucedido. La escena de Valeria, quebrándose por dentro, sigue resonando en su mente.
No puede creer que su amiga haya estado tan callada durante todo este tiempo, guardando un amor imposible por Sebastián.
Mientras tanto, Valeria, en su casa, se recuesta en el suelo, apoyada en la puerta de su habitación. Siente cómo su corazón se desmorona. Lloró durante horas, sin poder calmarse. El dolor de escuchar a Sebastián decirle a Janeth lo que sentía por ella y el no poder ser correspondida la devastaba.
Finalmente, agotada, se levanta del suelo y se va a su habitación, se acuesta en su cama y, con las lágrimas aún en los ojos, se queda dormida, sin saber cómo seguir adelante.
La historia de amor no correspondido había marcado un antes y un después en la vida de Valeria. ¿Podría superar el dolor y encontrar la forma de seguir adelante sin perder a su mejor amiga?