Amelia tiene 17 años, es huérfana y una esclava, sabe de alguna manera que fue amada mientras estuvo en el vientre de su madre, pero una mestiza es despreciada por todos: humanos y en especial por los elfos. En su cumpleaños 17 intentan tomar su pureza y ella escapa al bosque donde encuentra una cría de dragón y lo cría en secreto hasta poder escapar pero cae en manos de los elfos quienes matan a los mestizos sin hacer preguntas, ¿qué pasará con Amelia, logrará escapar nuevamente? ¿Huirá de su destino? cuando un guerrero elfo que la desea y odia al mismo tiempo, tenga su destino en sus manos deberá decidir qué es más fuerte si los prejuicios o el amor.
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Cap. 24: Luna Llena
A la tercera noche de lo sucedido en la cascada, Amelia despertó, se siente descansada solo con un ligero zumbido en la cabeza y un poco de mareo. Se levanta, quiere caminar y recibir el aire de la noche. Hay algo en el ambiente que la hace sentir viva.
Al salir de la habitación se da cuenta de que está sola en casa. Sale a la puerta de la casa de Calanta y respira profundamente el fresco aire de la noche. Mira el cielo y se da cuenta de que es Luna Llena.
Seguramente, Calanta debe estar recogiendo plantas, así que Amelia se dirige al bosque a ver si la encuentra y la ayuda en su labor.
-¿Pequeña?- pregunta Lía curiosa - Pensé que dormías, ¿Cómo te sientes?- Lía se levanta y se estira, abre sus alas y sigue a Amelia hacia el bosque. Amelia roza su cabeza con ternura.
-Vamos Lía, vamos a caminar y a buscar a Calanta.
El bosque está oscuro, Amelia levanta sus manos y varias luces salen a su alrededor iluminando su camino. Amelia sigue caminando y una canción viene a su mente, tiempos mejores en que su madre acariciaba su cabeza y miraban la luna juntas. Amelia la empieza a cantar para ella y para Lía:
"En el bosque, con la Luna
Tu alma y la mía
Alzan vuelo, con el viento
Buscando las estrellas
Dulce Elfa, mi niña tierna
Busca tu camino
Bajo la Luna
Sola o conmigo..."
Cálidas lágrimas bajan por las mejillas de Amelia. Y sonríe tristemente y con nostalgia.
-Lo recordé Lía, está canción me cantaba mi madre. Hoy me siento libre, no sé cómo explicarte, quería ver la Luna, quería algo. Ahora lo sé, quería sentir a mi madre y aquella canción me vino a la mente.
-Ella te amaba, la tonada de esos versos son tristes, pero llenos de amor.
-Si Lía, me amaba o me ama, no sé qué pasó, ¿Cuándo nos separamos? No lo recuerdo.
Mientras Lia y Amelia conversaban, un ruido alertó a la dragona
-¡Amelia acércate! ¡Pronto!, hay alguien en el bosque.
Amelia corre y se coloca tras Lía y observa nerviosa su entorno. De pronto ve una figura emerger de la oscuridad.
-Lo siento... Amelia, soy yo Orión, no quería asustarte, te ví salir de casa de Calanta y te seguí, yo... Quería... Bueno quería disculparme en representación de Celethor y bueno... -suspira y baja la mirada- también por mi.
Amelia lo mira confundida. - No lo entiendo majestad, ¿Por qué debería disculparse?- Amelia sale detras de Lía y se acerca a Orión.
-No debí enviar a Celethor, sé el odio que siente hacia los mestizos, no pensé que iba a desobedecer órdenes mías, pero no contaba con que su rencor era más fuerte.- Orión pone una mano en su corazón y en voz baja dice - Discúlpeme Amelia. Y la mira fijamente a los ojos.
Amelia se sonroja - Yo comprendo alteza, la verdad mi mente está un poco confusa, solo recuerdo salir de la cascada y luego un dolor muy intenso en mi cabeza y después nada.
-Fue el ataque mental de Celethor. En la enfermería del palacio Fiannor lo ha intentado todo, pero no sabe de qué se trata. Espero que logre despertarlo sino pues tendremos que pedir ayuda a Calanta...
-Yo no lo sabía, lo siento majestad. Tal vez deba a hablar con ella.
Orión levanta la mano como restando importancia.
-¿Puedo preguntarte a dónde vas? No es un interrogatorio, solo es curiosidad.- pregunta Orión suavemente.
-Yo no lo sé - sonríe Amelia tímidamente- solo sentía que algo me llamaba, y quería ver la Luna y sentir el viento.
Amelia levanta las manos y todas las luces la rodean, un fuerte viento la envuelve y hace girar sus cabellos. Amelia sonríe y Orión la observa embobado. Es una imagen casi divina. Es como si la naturaleza bailara con ella junto con esas luces. Amelia ríe y es el sonido más dulce que ha escuchado.
Sin pensarlo, camina hacia ella y la toma de la mano y la acerca a su fuerte pecho. Ella lo mira entre curiosa y asustada. Amelia ve que los ojos del príncipe Elfo brillan, su aroma a frescura y pino la hechizan. Amelia está expectante del momento, de sus sensaciones, de la mano de aquel guerrero que la sujeta cerca de su pecho varonil y musculoso.
Orión acerca su rostro a ella, Amelia se tensa pero no se aparta. Orión agacha su cabeza y huele su cuello... rosas... Ese olor lo enloquece; luego toma su mentón levantando su rostro hacia él, mira sus tiernos ojos, baja la mirada, ve sus labios rosados y la besa.
Amelia se queda absolutamente sorprendida, es un beso cálido, tierno, al inicio no sabe cómo corresponder, pero poco a poco cierra los ojos y deja que Orión la guíe.
Las luces los envuelven. Lía solo los observa, en el momento que Orión se disculpó, ella se retiró y se ocultó tras unos árboles para darles intimidad. No sentía amenaza del príncipe, aunque siempre estaría vigilante.
Orión intensifica el beso y la presiona contra él, Amelia es frágil, delicada, sus labios son suaves y su aroma lo abruma. Siente paz al abrazarla. Despega sus labios y la observa, ella está sonrojada y lo mira con aquellos ojos azules, brillantes y hermosos. Toca su cabello, la acaricia, mira su boca semi abierta, su cálido aliento lo provoca y la vuelve a besar profundamente, con mayor intensidad, saboreando sus delicados labios, aspirando su aliento, sintiendose dueño de aquella joven que está entre sus brazos.
Un ruido, hace que ambos se aparten de imprevisto, ambos avergonzados.
-Bueno, bueno... Buenas noches alteza...- Calanta los mira divertida, aunque hay una ligera sospecha en sus ojos.
-Calanta yo... Nosotros- tartamudea inocentemente Amelia .
-Buenas noches Calanta, Amelia,..yo... hasta mañana- Orión se da la vuelta y se marcha velozmente, sin mirar atrás.
-Vamos querida, es hora que descanses, no es buena idea que estés sola en Luna Llena. Esta luna es un poco peligrosa, digamos que tiene efectos en la sangre Élfica y aunque seas mestiza, pues tal parece que tiene el mismo efecto en ti que en ese Elfo escurridizo
Amelia no dice nada, tiene una pequeña sonrisa en sus labios, regresa a ver dónde estaba Orión, pero no hay rastro del príncipe.
Calanta dirige a Amelia a la casa y Lía va silenciosa tras ellas.
Espero con ansias el capítulo q tu nos desees regalar, tu novela me fascina y no te preocupes por la ortografía se comprende la situación q están atravesando en tu país.