Ella, era la hija de un general, una guerrera talentosa, pero su prima le tendió una trampa para asesinarla y así tomar su lugar como una princesa heredera, ahora, a reencarnado en la princesa que fue puesta en su lugar y su prima acabo aun como una concubina más, pero aun siendo la princesa, las concubinas abusaron de ella, ahora que está en ese cuerpo, esta lista para su venganza.
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un breve enfrentamiento 2
La semana paso rápidamente, pero afortunadamente tuvo el tiempo suficiente para entrenar su cuerpo, aunque aun le hace falta fortalecer su cuerpo.
Por otra parte, entre las cinco concubinas ya se ha esparcido lo desagrable que se ha vuelto la esposa del príncipe.
-por su puesto ¿que se podría esperar de una mujer de tan baja categoría?
Mencionó con burla, Yuna, la que en su vida anterior, fue su prima. Aun así con esa arrogancia, la tercera concubina río por sus palabras.
-miren quien habla? La pequeña que llego a esta casa asegurando que ella seria la esposa solo porqué su prima murió.
Acto seguido todas las concubinas rieron ante esa burla, sobre todo Aya, quien puede presumir, que ni la esposa puede tener el amor y el favoritismo del príncipe tanto como ella.
-no hables querida, porque mientras yo viva, tú solo seguirás siendo una simple amante.
Al fin podía salir de su encierro y lo primero que hizo, sin duda, fue ir a ver que clase de mujeres son con las que tendrá que lidiar.
Aya frunció el ceño ante esa falta de respeto, así que se puso de pié para intentar darle un golpe en la cara y claro que lo logro, riendo ante ello.
-tú no eres nada, en esta casa soy quien manda.
-una prostituta solo será una prostituta.
Ahora ya no era la misma chica que se dejaba pisotear, así que sujeto la mano de Aya y basto una mano, para darle unas cachetadas de ida y vuelta, usando la mayor fuerza que el cuerpo le permitía, las otras mujeres miraban asombradas mientras que después de contar veinte golpes, la lanzo al suelo.
-eso te enseñará a respetar a la princesa de esta casa.
- tú...esto se lo diré a su alteza, te castigará.
- adelante, ve y llora todo lo que quieras, tú tienes al príncipe de tu parte, pero que dirá el emperador cuando sepa lo que he vivido en esta casa.
Las mujeres que se habían acercado a ayudar a Aya a ponerse de pié murmuran ante lo dicho, sin duda es bien sabido que el emperador estima a la princesa, ya que fue él quien la propuso como esposa del príncipe. Viendo que ninguna pueda refutar ante lo dicho, sonríe orgullosa de ello, sobre todo, le dedica una sonrisa de burla a Yuna, la cual solo observa todo de lejos.
- esta casa solo esta llena de mujeres inútiles y sucias. El príncipe tiene pésimos gustos.
Ríe un poco y sigue camino, claro que acompañada de Lili. Sabe que esa mujer no dejara pasar esta situación, pero ahora esta lista para enfrentar a todos.
De regreso a su palacio, pidió al cochero que preparé un carruaje, quiere salir y ver como marcha todo en su antigua casa, es una buena oportunidad para ver a su padre de su vida anterior.
Por otra parte, todas las concubinas acompañaron a Aya a la residencia del príncipe, abogando por Aya ante lo que vieron, aun cuando la princesa las impresionó con su actitud, ellas saben que les conviene mejor estar de parte de la favorita del príncipe.
-alteza, solo estábamos tomando el té y esa mujer vino a golpearme, miré como me ha dejado.
- alteza, le pedimos haga justicia por la concubina Aya.
- alteza por favor.
- esa mujer. Que la concubina Aya sea atendida por mi médico personal, yo iré a ver a esa vulgar mujer.
Furioso salió de su palacio e hizo que dos de sus sirvientes lo acompañaran por si la princesa había cerrado de nuevo su palacio, mientras que las mujeres, se quedaron satisfechas al saber que la princesa sería castigada nuevamente.
Cuando el príncipe llego al palacio de su princesa, lo primero que vio fue a esta montada a caballo y seguida por un carruaje, decidió montar y el carruaje sería solo para llevar a su leal sirvienta.
- a donde crees que vas? Y montando de esa manera tan vulgar? Sabes lo que hecho y tratas de huir.
- alteza, no se de que habla, yo recién voy saliendo de mi encierro y deseo dar un paseo por la ciudad.
En su rostro se dibuja una sonrisa burlona, pues sabe el motivo de su visita, aunque fue más rápido de lo que imaginaba.
- bajen a la princesa de ese caballo, debe recibir su castigo por atentar contra la concubina Aya.
Los sirvientes inmediatamente se acercaron al caballo para intentar tirar de ella, pero hizo re linchar al animal causando que uno de ellos fuese golpeado.
- lo siento alteza, pero llevo prisa. Vámonos.
Indicó a su cochero y ante los gritos del príncipe, el carruaje partió y ella a caballo tras este, nisiquiera los de la puerta principal pudieron detenerla y el príncipe se quedo ahí haciendo corajes por lo sucedido.
Felicitaciones 🥰🥰🥰😙