Fiorella estaba feliz por casarse con el hombre de su vida, su amado Camilo. Pero no todo era como ella pensaba. La noche misma de su boda ella comprendió el gran error que había cometido. Aún así piensa que su amor puede hacer que todo cambie y se dispone a ser todo para complacerlo.
Decidida a ganarse el amor y la confianza de ese cruel hombre ha soportado todos sus desplantes y desprecios. Pero todo resulta inútil, ya que otra mujer ocupa el mayor lugar en el corazón del hombre, y es la merecedora de todo su amor, comprensión y cuidados. Ella solo será por siempre el ser despreciable que se metió en medio para separarlos y que constantemente lastima e intimida a su dulce primer amor. Él nunca la verá de otra manera y ya es tiempo de que lo entienda y se de por vencida, antes de que sea demasiado tarde para ella.
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¿Dónde está Emmett?
Emmett llegó como un rayo a la Moon Blue. Estaba desesperado no podía aceptar que su preciada joya esté disgustada con él cuando no tenía culpa de nada.
¿Colibrí? Mi Fiorella ¿Por qué quieres abandonarme? Que se fuera de su habitación era para él un abandono, algo que lo partía en dos.
Eres un descarado…mentiroso dijo ella llena de furia y dolor.
Te fuiste a encontrarte con Sofía, es a ella a la que amas continuaba dejando que el dolor hablara sin detenerse a razonar muy bien las circunstancias.
No… ni loco intentaba explicar.
¿Por qué? ¿Te doy pena? ¿Crees que engañarme diciéndome que me amas haría que yo me sintiera mejor? La verborrea se había apoderado de ella.
Yo… yo no sé, ¿cuál es tu juego? terminó por decir ya casi desvanecida del dolor.
Todos los recuerdos se arremolinaban en su mente. Durante mucho tiempo se sintió despreciada y desvalorizada, su amor, todo ese amor que ella tenía para dar era rechazado sistemáticamente. Ahora, que por fin creía que podía ser feliz esta situación la hacía retroceder muchos pasos hacia el pasado.
Emmett lo entendió. Supo que quizá todo estaba encadenado a los hechos anteriores, a circunstancias sobre las que él no tenía control. Su amor por ella era tan grande que en ese preciso momento pudo sentir su dolor. Las lágrimas comenzaron a fluir como cascadas por su rostro.
Mi hermosa, siempre te he amado dijo suavecito, necesitaba calmarla como a una fiera herida.
He anhelado tenerte entre mis brazos por años ¿Crees que sería capaz de perder lo que tanto amo? dijo ya casi sentado en la cama, en la que ella aún se encontraba llorando a mares.
Mi vida sin ti no tiene sentido Fiorella, sos la única dueña de mi corazón, de mi amor, de mi vida continuaba ya tomando su mano mientras que ambos lloraban. Había tanto que debían dejar salir, tanto dolor acumulado a lo largo de los años. Tantas culpas sentidas por aquello que consideraban prohibido, miedo al rechazo, todo se acumulaba en esos corazones que han sufrido durante mucho tiempo por un amor que creían imposible.
Pequeña, ya te lo dije, solo eres tú mi amor. No hay nadie más. Necesito que confíes en mí, soy yo Emmett, tú Emmett las palabras dulces y sinceras, junto con ese mar de lágrimas hizo clic en la cabeza de Fiorella. Era claro que él si la amaba, que su amor era solo de ella.
Yo… voy a confiar…te amo dijo apenas audible mientras sorbía sus moquitos que comenzaban a molestar.
Esas palabras fueron suficientes para que ambos se fundieran en un hermoso abrazo. Necesitaban demostrar su amor y entregarse a él. La vida había sido demasiado difícil durante el tiempo en que estuvieron separados. Ahora debían avanzar, mirar al frente y comenzar a caminar juntos.
Los besitos de Emmett comenzaron a repartirse por toda la carita de su amado colibrí. Ahora podía respirar tranquilo, había recuperado su alma ya que ella estaba bien a su lado.
Te amo…te amo…te amo. Nunca te atrevas a dudar de mi amor. Siempre confía, aunque las cosas parezcan terribles debes confiar. Hay muchas personas que van a querer hacernos daño y debemos ser fuertes y mantenernos unidos hizo una pausa para seguir repartiendo sus besitos tiernos.
Preciosa eres lo más valioso de mi vida. Yo también voy a confiar en ti, debemos de hablar primero todo lo que nos inquiete, luego nos enojamos si hay que hacerlo ¿Bueno? Emmett quería dejar en claro su punto. Él era un hombre de mundo que conocía muy bien la oscuridad del alma humana y sabía de las artimañas de personas viciosas y descaradas que harían lo que fuera por obtener lo que desean, incluso matar.
Ya todo estaba solucionado. Ella se aferraba a su fuerte pecho, escondiendo su rostro en él y disfrutando de su delicioso aroma, que la tenía completamente embriagada.
Sofía estaba desesperada, había ido a montar guardia al consorcio Meyer, con la idea de ser vista nuevamente con Emmett, pero este parecía no querer salir nunca. Si seguía esperando la agarraría la noche en ese lugar.
Bufaba y miraba su reloj cada cinco minutos. Estaba sumamente contrariada. Si bien su treta anterior le había salido bien en el orden de los medios, la verdad es que todo fue un desastre porque no pudo acercarse a Emmett lo suficiente como para siquiera tomar su brazo.
¿Dónde está Emmett? preguntó furiosa, a través de una llamada, a su contacto dentro de la empresa.
Señorita Spencer, el señor salió temprano. Le envié un mensaje para avisarle respondió la persona desde adentro.
¿Mensaje? ¡No tengo nada y estoy parada como tonta esperando! Eres una inútil que no sirve para nada rugió cada vez más molesta.
Sí, mensaje, revise su bandeja por favor contestó entre molesta y asustada la persona que evidentemente le tenía miedo a su reacción.
Sofía terminó la llamada apretando con fuerza la pantalla de su teléfono. Resoplaba y mascullaba insultos e improperios a su contacto por inútil. En ese momento se decidió a revisar la bandeja de mensajes y… allí estaba, tal y como le dijo, el mensaje había llegado mucho antes de que ella arribara al lugar.
Sin nada ya que hacer terminó por retirarse sumamente molesta. Trataba de decidirse en ir o no a su casa a buscarlo. Podía ser una gran ganancia si la dejaba entrar, pero sino, sería una terrible pérdida.
Camilo se encontraba aún en su oficina. Los periodistas lo habían vuelto loco intentando conocer las últimas novedades sobre su compromiso. Algunos desempolvaron información vieja sobre su romance con Crista y los rumores que circulaban en torno a la partida de la joven y el rompimiento de la relación.
También circularon algunas fotos que fueron tomadas junto a Fiorella, esto es lo que más lo trastornó. Miraba esas fotos embelesado en realidad. La belleza cálida y dulce de la joven lo había cautivado desde el comienzo. No podía creer que fuera alguien tan viciosa, tan intrigante y descarada. Sin embargo, se divorció sin reclamar un centavo, a pesar de tener pruebas en su contra no solo de la infidelidad sino también relacionadas al accidente.
¿Cómo estará ella? ¿Se habrá recuperado? Pregunta tonta, claro que no. El informe decía que tenía quebrada la pierna y unas costillas, lo que por lógica tardaría en sanar y luego sería necesario realizar la debida terapia para recuperarse.
Ella se veía tan frágil y dulce la última vez que la vio. Aunque notó que su sonrisa parecía haberse extinguido. Sus ojos se notaban tristes y llorosos, más de lo que había sido normal en el último año.
Él estaba realmente conmocionado cuando pensaba en todo lo ocurrido ¡Ella estuvo a punto de morir! ¡Y todo por su culpa! Si no hubiera sido tan brusco en sus movimientos ella no habría caído. No quería lastimarla, solo necesitaba que le diera espacio, eso era lo que quería conseguir. Sin embargo ahora no sabe nada de ella. Ya están divorciados y él se va a casar con la mujer que siempre amó, pero que sin embargo, por alguna razón, hoy no es capaz de llenar su vacío.
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Me ayudan a cumplir mi sueño desde que era una niña.
Se los quiere