La vida de Enzo y Lori se cruzó con un lamentable accidente, sin saberlo una amistad cimentada en un secreto los lleva por caminos parecidos. Enzo es la estrella de baloncesto de la escuela, guapo y destinado a la grandeza. Lori, una artista apasionada, la sombra que siempre lo sostiene, la única que conoce la verdad detrás de su arrogancia. El mundo de Lori ha girado en torno a Enzo, alimentando un amor silencioso e incondicional.
Enzo y Lori es una historia sobre la redención, el verdadero significado del amor incondicional y la dolorosa verdad de que, a veces, la persona que más amas es la que más te ciega.
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El triunfo de Irina.
El día había llegado. El gimnasio estaba repleto, las luces brillaban intensamente sobre el podio y el ambiente estaba cargado de una tensión palpable. Era el día de la competencia de gimnasia de Irina, la culminación de meses de esfuerzo y el momento decisivo para la beca de Atherton College.
Enzo estaba en las primeras gradas, con una mezcla de nerviosismo y orgullo ciego en su rostro. La había ayudado a ensayar, le había dado ánimos y la había apoyado en cada paso del camino, sacrificando su propio descanso y tiempo de estudio por ella. No podía estar más orgulloso de "su ángel".
Irina subió al podio, y un silencio expectante se apoderó del lugar. Cada uno de sus movimientos fue perfecto, cada salto y cada pirueta eran una muestra de su talento y su disciplina implacable. Los jueces la observaban con rostros serios, tomando notas con meticulosidad. Al final de su rutina, el gimnasio estalló en aplausos ensordecedores.
Los jueces fueron claros en su veredicto: Irina merecía la beca. Su desempeño había sido impecable, y la carta de aceptación del programa de Comunicación de Atherton College era suya.
La emoción de Irina fue inmensa; saltó de alegría, su rostro un reflejo de su triunfo. Se veía y se sentía como si su felicidad fuera genuina, o al menos, la felicidad de saber que su plan había funcionado.
Pero mientras Enzo la miraba con amor devoto y se preparaba para correr a abrazarla, una figura masculina, de apariencia exquisita y misteriosa, se encontraba sentado a lo lejos, en las gradas superiores. Era Steven, un hombre que Irina había conocido en secreto meses atrás, un hombre con conexiones en las altas esferas sociales y el verdadero objetivo a largo plazo de Irina.
Steven le guiñó un ojo a Irina, un gesto que pasó desapercibido para la mayoría, excepto para un par de ojos. Irina se sonrojó, su sonrisa de triunfo se convirtió en un gesto de complicidad íntima, una máscara reemplazando a otra. Corrió al encuentro de Enzo, pero sus ojos ya habían traicionado la verdad.
Minutos más tarde, entre el bullicio de la celebración, Lori, que había asistido para apoyar a una amiga que también participaba, se topó con Steven. Lo había visto antes en la escuela y siempre le había desagradado la forma en que miraba a las mujeres. Se sorprendió de la familiaridad con la que Steven, ahora de pie cerca de las gradas, se dirigía a la zona de las gimnastas.
Justo cuando Lori pasaba, escuchó una voz que no era la de Enzo.
—Te dije que lo conseguirías, muñeca. Ese programa es perfecto para lo que planeamos.
Lori volteó. Vio a Steven cruzarse el brazo de Irina con una naturalidad posesiva mientras Enzo estaba distraído hablando con su entrenador. Irina se rió, su voz clara y sin la dulzura que usaba con Enzo.
—Todo salió a la perfección, Steven. Ahora, la parte difícil: romper la cadena —dijo Irina, mirando su anillo de compromiso.
El corazón de Lori dio un vuelco. Se dio cuenta de que Steven tenía una relación íntima con Irina, una relación que iba más allá de la amistad y que Enzo, en su ceguera, no podía ver ni sospechar. Entendió todo: la manipulación, las peticiones, el desprecio por sus viejos amigos. Irina no había cambiado, en verdad había usado a Enzo como un escalón para asegurar la beca y ahora estaba lista para deshacerse de él por alguien que le ofrecía un estatus aún mayor.
A pesar de haber perdido toda esperanza en Enzo, un instinto protector se apoderó de ella. Sabía que su amigo estaba a punto de descubrir una verdad muy dolorosa, una traición que no solo afectaría su corazón, sino también su futuro, ya que su elección de universidad estaba condicionada por el "éxito" de Irina.
Lori, temblando de rabia, se alejó rápidamente, sabiendo que tenía que hacer algo. Ya no era por ella, era por la justicia y para evitar que Enzo perdiera la oportunidad de su vida en manos de una mujer despiadada. La verdad, finalmente, había decidido salir a la luz.
ahora sí me quedé sorprendida el amor de Lory siempre fue Ron 👏👏👏👏👏
Lory merecía esa felicidad me encantó la novela 🥰
ese final está buenísimo es inesperado Ron siempre estuvo ahí
que viva el amor verdadero ☺️