“En la vida tomamos decisiones todo el tiempo, algunas acertadas y otras no tanto. A veces la circunstancias nos llevan por caminos errados. Esta es la historia de la familia Santoscoy, y de su vida dentro de la mafia. La sed de venganza puede sacar lo peor de nosotros, también la lucha de poder y enfrentamientos entre grupos rivales, siempre logra arrasar con todo a su paso.
Pero dentro de tanto odio, también puede nacer el amor y la pasión desmedida, un amor clandestino, entre dos personas que sus vidas no tienen nada en común. Pero que el destino se ha encargado de unir, a pesar de todos los obstáculos que deben atravesar.”
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Negocios
Capítulo 14
⚠️En este capítulo, tiene contenido erótico y sexual, etc. No aptos para personas susceptibles a ellos. Si no crees adecuada la lectura estás en libertad de omitirla.⚠️
Leonela sin avisar llegó a casa de su primo Remigio, él llegaba de jugar golf. Pero nadie le avisó que la Melliza estaba en su sala tomando whisky en lo que él regresaba.
—¿Qué haces aquí?—preguntó Remigio
—Visitando a la familia, ¿Dónde está Crispín y David?—preguntó Leonela
—Crispín está en centro América y David se fue a un crucero por el mediterráneo, se acaba de casar. Perdón por no enviarte la invitación, pero él no quiso invitar a mucha gente.—
—Me moría de ganas de que no me invitaras, así poder perderme de la boda de mi primo el que menos me importa, gracias. Estoy aquí por dos temas que me competen, el primero que tu hermano Crispín quiere apoderarse del territorio que ahora pertenece a Jasiel. Definitivamente eso no se va a poder, la otra es sobre valle imperial. No puedes mandarnos a los militares para arrestar a nuestras mulas. Sobre todo, para que asesinar a quienes trabajan para Sonia.—Leonela era directa, Remigio no podía ocultar el odio que le tenía.
—Si le quitamos los territorios tanto a Jasiel como a Sonia, no es de tu incumbencia. Incluso tú te quedaste con la frontera sur, que por cierto pertenecía a tu amante.—
—Ese cerdo no era mi amante, era el socio de mi padre y un maldito violador. Así que Remigio cuida tus palabras, o acaso quieres correr con su mismo destino.—
—Se dice que le hicieron lo mismo que él te hizo a ti, pero peor. Nunca te retaría prima, se tus alcances.—
—Vine a conversar contigo sobre Crispín, y lo que solicitó Julieta tu hermana eso es todo.—
—No me hables de esa traidora, prostituta barata. Para esta familia está muerta.—
—No Remigio, el que va a estar muerto es Crispín si no lo frenas.—
—Es tu sangre Leonela, tu padre y mi madre son hermanos. No puedes atentar contra tu familia.—
—Si se meten con el negocio, y con otros territorios de mis socios. Debo poner orden, créeme que hice un gran sacrificio al haber aceptado que te quedarás con este territorio. No has hecho nada, no has incrementado la distribución. Eres quien menos capital trae a la organización, eres conformista. Creo que tiene más carácter Crispín para quedarse al frente de Reynosa.—
—Hablaré con Crispín.—
—No, no hablarás con él, le daremos un escarmiento.—Leonela se puso de pie.—Por cierto, debo decir esto una vez más, no vuelvas a decirme que fui amante del cerdo ese, si es que no quieres que te arranque la lengua.—
Remigio la odiaba demasiado, ella representaba todo lo que él no podía ser. Sobre todo le hacía cuestionarse su frágil hombría, sabía también que Leonela solo le daría esa advertencia. La siguiente habría consecuencias, no podía asesinarla porque ella representaba muchos intereses. Pero algún día la vería caer. Leonela iba rumbo al aeropuerto, tenía que viajar a la capital para buscar a Kerim, sabía que estaría molesto con ella. Pero los negocios eran primero.
—Sapo, solo tú viajarás conmigo. A los demás envíalos de regreso a cuidar a mi madre, llámale a Jasiel para que se cuide de Crispín sé que habrá una respuesta de Remigio en su contra, es tan predecible.—
—Si patrona.—
Por la tarde, Leonela llegó al restaurante donde Kerim iba a tener una reunión importante con su representante en México de grupo Retana. Estaban conversando sobre el futuro financiero y las nuevas inversiones, cuando pudo sentir que alguien los observaba. Al buscar quien lo miraba, pudo verla. Estaba ahí, la mujer que le había robado el sueño y la cordura. Aunque estaba molesto con ella, no perdería la oportunidad de conversar. Terminó su reunión y se acercó a Leonela.
—Hola guapo.—decía Leonela con una sonrisa cautivante.
—Señorita, pensé que ya no querías verme.—
—Por supuesto que sí, solo que tenemos maneras distintas de hacer las cosas. Te gusta mantener todo bajo control, pero tenemos vidas distintas es mejor si llevamos esto en libertad, además estuve ocupada con problemas de mis socios.—
—Entiendo, cuando desperté y te habías marchado debo confesar que me sentí utilizado. Cuando te negaste a responder mis llamadas y mensajes supuse que no había tenido un gran desempeño.—
—Ya te lo dije, eres el hombre más ardiente con el que he estado.—le decía Leonela mientras ella jugaba con su corbata, después lo jaló de la misma para poder besarlo. Estaban en un lugar público, pero nadie notaba que los amantes estaban ahí.
Más tarde Kerim llevó a Leonela a su departamento, desde su llegada al edificio comenzaron el juego previo de caricias y besos, sobre todo en el ascensor donde mientras subía, Kerim estimulaba a Leonela con sus manos y labios. Al entrar Leonela dejaba caer su vestido para mostrarle a Kerim su lencería de encaje, a sus ojos Leonela era la mujer más perfecta del mundo, él se acercó para acariciarla una vez más. Mordía, lamía y tocaba cada centímetro de Leonela mientras que él se despojaba de su ropa.
—Me encantas.—expresaba Leonela
Kerim le sonrió y comenzó a quitar el corset y la tanga de Leonela, para solo dejar colocado el liguero junto con las medias de seda, la respiración de Leonela lo incitaba a continuar. La cargó entre sus brazos para que ella se enganchara de su cintura con sus piernas, mientras caminaban a la habitación no dejaban de besarse.
Kerim la acosto en la cama para unirse a ella, de su cajón sacó un preservativo para poder hacerla suya una vez más. Colocó el preservativo, pero antes de introducirse en ella volvió a estimular su parte íntima con sus dedos. Leonela gemía y se estremecía su cuerpo por las sensaciones que en ella se estaban produciendo. Kerim se colocó entre sus piernas para introducirse en ella, al hacerlo arrancó un fuerte gemido en Leonela. La embestía lentamente para disfrutar del momento, mientras que Leonela disfrutaba de su vigor.
Kerim la embestida una y otra vez, al mismo tiempo la besaba. Se sentía embriagado por el aroma exquisito de Leonela, de pronto pudo notar la cicatriz en su clavícula. Por un momento pensó en preguntarle cómo se la había hecho ya que se notaba que había sido algo serio.
—¿Qué sucede?¿Por qué te detienes?—
—No es nada, estoy guardando cada momento a tu lado en mi memoria. Eres bellísima.—Kerim volvió a besarla para continuar embistiéndola, poco a poco subía la intensidad de sus embestidas hasta que juntos llegaron a al orgasmo, Kerim la llenaba de besos y caricias mientras se mantenía dentro de ella.—Está vez quédate a dormir conmigo.—dijo Kerim instantáneamente, Leonela asintió con la cabeza y le sonrió.
Durante la madrugada Leonela dormía profundamente, mientras Kerim observaba algunas cicatrices que tenía en piernas y espalda. La primera vez no les había puesto atención, pero ahora tuvo el tiempo suficiente para apreciarlas, se preguntaba qué le había sucedido.
Tu si puedes desenmascarar a gerardo
Debemos salvar a Sonia
Así de fácil confías en la palabra del tirador
Acabas de decirlo es tu amiga
Por fas piensa leonela