El Corazón De La Bestia

Maximiliano observaba aquella mansión, era grande y elegante, vestía un traje a la medida color negro, a su lado estaba Axel, lo había obligado a que lo acompañara a esa cena, el vestía un traje verde oscuro sin corbata, miraron llegar a dos mujeres, ambas eran hermosas a pesar de la edad de Maritza aún se conservaba bien. Maximiliano observo de pies a cabeza a Dana Carles, si, en efecto, era hermosa, tenía un buen cuerpo y un bello rostro, pero ¿Ser el reemplazo de Alana Rosental?  Tenía que comprobarlo.

- Señor Kingsley\, bienvenido- Dijo Maritza con educación\, Maximiliano asintió – Ella es mi hija Dana Carles- la presentó aquella mujer sonrió con su falsa ternura\, esa bestia sonrió levemente.

- Espero no le importé\, pero traje a un amigo\, Axel Carter – Lo presentó\, Axel se acercó a aquellas damas y tomo sus manos\, depositando un beso en ellas\, las mujeres lo miraron con sorpresa.

- Que hermosas damas- Dijo con una coqueta sonrisa\, Maximiliano solo entrecerró la mirada\, pero no dijo nada\, así era Axel\, a él no le importaba con quien meterse\, ni siquiera la edad.

- Oh\, claro que no\, bienvenido- Dijo Maritza con elegancia.

- Por favor\, tomemos asiento\, la cena estará lista pronto- Ofreció Dana\, se acercó a Maximiliano y lo guio a uno de los sofás\, ambos se sentaron juntos\, mientras que Axel se sentó junto a Maritza. - ¿Cuánto tiempo se quedará en Amatista? - Preguntó Dana mientras tomaba una copa de champagne\, que sirvieron los empleados\, Maximiliano tomo una copa de igual manera\, pero aquella bebida no era de su agrado.

- No lo sé realmente\, tengo un negocio importante que requiere totalmente mi atención aquí- Respondió con una leve sonrisa\, recordando a Alana Rosental\, ella era ese negocio\, sintió que su teléfono comenzó a sonar de nuevo- Me permiten – Dijo mientras dejaba la copa sobre la mesa de centro\, se puso de pie y saco el teléfono\, otra vez era ella\, había estado marcándole\, no le había querido contestar\, todo el día había estado atendiendo sus propios asuntos\, además ella fue quien dijo que se verían hasta el lunes.

Maximiliano se alejó de aquellas personas, llegó hasta las puertas de la mansión, la llamada había sido terminada ahora por ella, tal vez era hora de responder, su insistencia en comunicarse con él, comenzaba a causarle curiosidad, antes de marcar el número, la puerta de la mansión se abrió.

- Estúpida y mandona Bestia de mierda- Soltó Alana mientras miraba su teléfono\, sintió una penetrante mirada sobre ella\, levantó sus ojos y se encontró con aquellos ámbares que la miraban con furia\, ella tragó en seco al verlo\, miró a los lados y luego hacia atrás la puerta seguía abierta\, se estaba asegurando de no haberse equivocado de casa- ¿Qué hace aquí? – Preguntó mirando a ese hombre de pies a cabeza\, pero Maximiliano ni siquiera respondió\, seguía mirándola con intensidad\, era obvio que esos insultos eran hacia su persona.

- Oh\, llegaste – Dijo Dana llegando\, se colocó al lado de Maximiliano y colocando su brazo alrededor del de él- Maximiliano es mi invitado de esta noche- Dijo con una gran sonrisa\, Alana la miró con sorpresa\, ni siquiera ella se había atrevido a llamarlo por su nombre\, bueno\, lo insultaba\, pero a sus espaldas\, pero Dana ya lo tuteaba\, su mirada se fijó en aquel collar de perlas\, por supuesto que lo conocía\, le pertenecía a su madre\, mejor dicho\, a Anastasia y que ella lo estuviera usando era un insulto.

- Ay que perra- Soltó con molestia\, se acercó a pasos amenazantes a ella- Entrégame ese collar- Le extendió la mano controlando sus ganas de querer arrebatarlo.

- ¿Qué?  Por favor Alana\, es de mi madre\, ella me lo prestó – Dijo con una sonrisa nerviosa\, aferrándose al agarre de Maximiliano\, quien solo observaba atento.

- Mira sabemos que no es así\, ahora entrégalo por las buenas\, no ando de buen humor- comentó mirando de reojo a Maximiliano.

- Alana\, tenemos visitas\, compórtate- Le dijo con su hipócrita sonrisa\, Alana suspiró y paso la mano por su cuello.

- Que quede claro que trate de hacerlo por las buenas- La miró amenazante\, Dana trató de mantener su sonrisa\, ella no se atrevería a quitárselo por la fuerza\, no enfrente de ese hombre ¿O sí?

Alana no la dejo ni siquiera reaccionar, jalo del cabello a aquella mujer y la tiro al suelo boca abajo, ella se subió sobre ella y descubrió su cuello no quería dañar el collar de su madre, pero Dana comenzó a gritar y hacer fuerzas para quitársela de encima.

- ¡Cierra la boca\, perra! - Grito Alana mientras le daba un par de jalones por el ahora desordenado moño.

- ¡Alana! ¿Qué haces? – Llegó Maritza\, desesperada\, jalo a Alana del cabello y la tiro al suelo\, Dana aprovechó la situación para ahora subirse sobre la peli azul y darle un par de golpes.

- Wao\, pelea de perras- Dijo divertido Axel al llegar\, miró a Maximiliano quien lo fulmino con la mirada\, al principio le había agradado la forma en la que Alana jalo a Dana\, pero ahora\, extrañamente no le gustaba que ella fuera la agredida.

- Váyanse a la mierda- Jadeo Alana expulsando el vapor de su cuerpo\, tomo el brazo de Dana quien comenzó a gritar al sentir quemarse.

Alana nuevamente tuvo el control de aquella pelea, le dio una fuerte bofetada a Dana quien chilló con fuerza y cayó al suelo, ella se puso de pie y miró a Maritza, quien trató de golpearla, pero Alana la detuvo con la mano y con la otra le dio otra bofetada tirándola al suelo, se acercó a Dana y la jaló del cabello  y comenzó a quitarle el collar, después la soltó y miró a Maritza quien se mantenía en el suelo con su mano en su roja mejilla.

- Muy bien\, disfruten su estúpida cena- Las miró jadeante y luego miro a Maximiliano\, ese hombre sonreía y la miraba de pies a cabeza- Pero antes- Se acercó a él- ¿Fue usted quien levanto la denuncia contra Sebastián? – Preguntó\, la sonrisa de Maximiliano se desvaneció.

- No sé de qué habla- Respondió\, Axel estaba al lado de Maximiliano y observaba a Alana de pies a cabeza\, era hermosa\, aunque ahora tuviera un golpe y un par de arañazos en su rostro\, tenía un buen cuerpo y tentador incluso para él.

- Ese perro se pudrirá en la cárcel- Soltó Dana poniéndose de pie.

- ¿Quieres te queme tu estúpido rostro? – Miró amenazante a Dana mientras el fuego azul rodeaba su puño\, Maritza abrazó a su hija y la alejó. – Y usted\, era el único que sabía lo que me paso esa noche – Miro de nuevo a Maximiliano y luego a Axel\, él se había quedado en esa fiesta y no supo que paso.

- Basta ya\, Alana\, estas inquietando a nuestro invitado\, ¿No has tenido suficiente con lo que nos has hecho? – Preguntó Maritza amenazante.

- De no haberle dado una joya de mi hermana\, nada hubiera sucedido- Respondió dirigiéndole la mirada\, Maritza miró con molestia a esa chica\, les había arruinado la noche. – Ahora\, usted\, responda- Dijo mirando de nuevo a Maximiliano.

- ¡Suficiente! - Habló con autoridad Maritza\, mientras llegaba un grupo de hombres que había contratado para la seguridad de ella y su hija. – Largo\, no estás invitada – Continuó mirando a la chica- Llévenla a su recamará y enciérrenla- Ordeno a sus hombres\, Alana comenzó a reír con amargura.

Maximiliano observó a Alana su rostro estaba herido, pero también notaba desesperación en ella, miró de reojo a Axel quien, con solo notar esa mirada de él, sabía lo que tenía que hacer, no dejar que esos hombres tocaran a Alana Rosental.

- Que fastidio- Suspiró dirigiéndose a la puerta y saliendo dejando a todos sorprendidos\, incluyendo a Maximiliano\, pensó que esa chica se defendería y seguiría haciendo un escándalo.

- Esa perra…- Soltó Dana tratando de arreglarse\, le dolía su mejilla\, sabía que le dejaría un gran moretón.

- Lamentamos mucho lo que presenció\, señor Kingsley- Dijo Maritza mirando a ese hombre\, quien no apartaba la mirada de aquella puerta.

- Maximiliano\, ¿Podrías esperar un momento?  Me arreglo y podemos\, no sé\, ¿Salir a dar una vuelta? – Propuso Dana\, Maximiliano le dirigió la mirada\, su maquillaje estaba escurrido y su cabello desordenado\, el vestido algo roto que apenas cubría sus pechos.

- ¿Quién mierda te dio permiso de tutearme? – Preguntó molesto\, suspiró\, había aceptado aquella cena para conocerla\, sí\, pero ya con lo que vio estaba totalmente seguro que ella no sería nunca el reemplazo de Alana Rosental\, no estaba para nada a su altura\, ni siquiera necesitaba llevarla a la cama.

- ¿Señor Kingsley? – Maritza lo miró con sorpresa – Por favor\, discúlpela\, es solo que ella quiere conocerlo mejor- Dijo con una leve sonrisa tratando de arreglar el error de su hija.

- Deje de ofrecer a su hija como una puta – Respondió con sequedad y luego miro a Dana de pies a cabeza- Ni siquiera para coger debe servir- Continuo y luego salió de aquella mansión en compañía de Axel\, quien solo se encogió de hombros al ver como quedaron aquellas dos mujeres por las palabras de Maximiliano.

Maximiliano observó a Alana cerca de su auto, podía sentir aquel vapor saliendo de ella, se hacía intenso en cada segundo, la chica caminaba de un lado a otro tratando de controlarse, camino hasta llegar a ella, Axel también quiso hacerlo, pero sintió tanto calor que prefirió apartarse, muy a su pesar, pues tenía deseos de presentarse con aquella chica, aunque lamentablemente Maximiliano ya se la había prohibido.

- Señorita Rosental- Hablo con tranquilidad\, Alana se detuvo y lo miró\, puso los ojos en blancos de solo verlo. – Hablemos – Dijo y Alana frunció el ceño.

- No\, hoy no quiero follar\, no me joda – Soltó molesta\, Maximiliano sonrió.

- ¿De qué denuncia habla? – Pregunto\, ciertamente no sabía a lo que se refería\, todo el día estuvo ocupado que ni siquiera tuvo tiempo de observar las noticias del día.

- Sebastián fue detenido\, lo acusan del atentado que sufrí en esa fiesta clandestina- Respondió apretando los dientes\, Maximiliano frunció el ceño\, miró hacia Axel quien fumaba un cigarrillo cerca del coche\, Alana dirigió la mirada hacia ese hombre de igual manera.

- No fui yo- Respondió mirándola de nuevo – Pero\, ciertamente ese hombre que la drogó afirmo que fueron ordenes de Sebastián Holmes- Continúo\, Alana negó.

- No fue él\, esa basura miente\, Sebastián es inocente- Dijo molesta\, Maximiliano se enojó\, no le gustaba que ella creyera en la inocencia de ese hombre.

- ¿Segura? Entonces ¿Dónde estaba esa noche? ¿Por qué no la rescató? - pregunto con autoridad\, Alana comenzó a reír- ¿Qué pasa? – Se acercó a ella\, acortando los pasos que los separaban\, Alana levantó su mirada para encontrarse con aquellos ámbares\, la miraban con enojo- Si es culpable entonces debe pagar\, ¿No cree? – Hablo de nuevo con su potente voz.

- Es inocente\, lo sé\, Sebastián jamás haría algo contra mí o mi hermana- Dijo apretando sus puños.

- ¿Confía tanto en Sebastián Holmes? – Pregunto tensando su mandíbula\, sabía que la respuesta que esa mujer estaba por darle no sería para nada de su agrado\, aun así\, quería escucharla.

- Todo\, Sebastián es el hombre en quien más confío\, le confió mi vida entera- Respondió con determinación y sinceridad\, se mantuvieron callados por unos segundos\, sin apartar sus miradas\, Maximiliano estaba tan molesto\, sentía su sangre hervir de ira\, no le gustaba que ella confiara tanto en ese hombre.

- Vamos a mi departamento- Trató de tomarla de la mano\, pero ella lo rechazó.

- No quiero y no me va a obligar- Lo apartó y subió a su coche\, después arranco a gran velocidad\, dejando a Maximiliano más molesto de lo que ya estaba.

- Esa chica es una fiera- Se acercó Axel.

- Quiero que investigues el caso de Sebastián Holmes\, sobre todo\, quien hizo la denuncia contra él- Ordeno\, Axel asintió. - ¿Qué hiciste con ese hombre? – Preguntó refiriéndose a Barred.

- Lo libere\, me encargare de buscarlo de nuevo – Respondió\, Maximiliano asintió\, dirigió su mirada a la mansión\, solo asistió por dos motivos y ya los había cumplido\, aunque no vio de la forma que quería a Alana\, aun así\, se divirtió por el escándalo que hizo esa mujer\, Axel tenía razón era una fiera\, pero cuando tenía sexo con ella a pesar de ser ardiente\, tenía un lado sumiso y eso le gustaba ¿Era así con los demás hombres con los que ha estado?