La princesa Elena Volt, curiosa, poderosa y espontánea tiene ganas de recorrer el mundo...
El mundo mágico también incluye las novelas
1) Cambiaré tu historia
2) Una nueva vida para Lilith
3) La identidad secreta del duque
4) Revancha de época
5) Una asistente de otra vida
6) Ariadne una reencarnada diferente
7) Ahora soy una maga sanadora
8) La duquesa odia los clichés
9) Freya, renacida para luchar
10) Volver a vivir
11) Reviví para salvarte
12) Mi Héroe Malvado
13) Hazel elige ser feliz
14) Negocios con el destino
15) Las memorias de Arely
16) La Legión de las sombras y el Reesplandor del Chi
17) Quiero el divorcio
** Todas novelas independientes **
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Archiducado
Durante la cena, Berenice pidió hablar a solas con sus tíos… asi que la familia Volt aprovechó de recorrer el archiducado…
Beatriz: Creo que sé de que se trata esta reunión… al parecer tendremos que comprar una casa en la isla de oro
Felipe: compraremos todo lo que quieras querida
Berenice: eh… bueno… yo quería contarles que… mañana anunciaremos el compromiso con el príncipe Leandro
Felipe: ¿no estas presionada? ¿cierto?
Berenice: no tío
Bernard: sabes que confío en tu juicio y que te apoyaremos en lo que decidas.
Beatriz: aun recuerdo que te negabas a las bodas y a los compromisos
Bernard: es cierto, ni siquiera quisiste ir a la boda de Bianca, porque… según tú… no te querías entusiasmar…
Berenice: bueno… si jajaja
Beatriz: sabes que las cosas cambiarán… a veces no es fácil, ser parte de una familia imperial
Felipe: ¡querida! ¿Por qué dices eso?
Beatriz: awwww amor te amo… de verdad, lo sabes… es solo que… a veces la presión y el protocolo, es un poco cansador
Felipe: mmmm
Berenice: bueno… solo es un compromiso… quizás lo terminemos y…
Felipe: claro… no debes sentirte presionada, y si los Volt te están obligando, nunca olvides que tú tío es un General Lennox…
Beatriz: ¿te dije que te amaba Felipe Lennox?
Felipe: hoy no… solo dijiste lo dificil y terrible que es vivir en una familia imperial.
Bernard: bueno… yo también espero… mas adelante, poder informarles de mi compromiso
Beatriz: todo saldrá bien hermano, eres un buen hombre
Felipe: yo también lo creo
Bernard: ¿de verdad?
Felipe: si, si el emperador te quisiera ver muerto… muerto de preocupación, eso digo querida… no pienses otra cosa, muerto de preocupación por estar con su hija, ya lo estarías… eso…
Mas tarde, la emperatriz Emma invito a Bernard a beber el té…
Bernard: muchas gracias por la invitación majestad
Emperatriz Emma: por favor, tome asiento… cuénteme de usted joven Rhys
Bernard le contó toda su vida a la emperatriz Emma, desde su enfermedad cuando era niño, hasta como se había enamorado de Elena.
Emperatriz Emma: Agradezco mucho su honestidad… aun asi, es importante que sepa que no estoy en contra de que corteje a Elena, sin embargo… creo que lo mejor es que tengan un largo noviazgo para que puedan conocerse mejor…
Bernard: por supuesto majestad…
Después de que Bernard, se retirará, la emperatriz se quedo pensando en la historia del joven…
[Cuando lo conocí, debo admitir que lo miré con cierta distancia. Soy emperatriz, y antes fui una princesa, que conoció muy bien la vida de los nobles, durante toda mi vida, he estado rodeada de hombres y mujeres que llevan títulos, coronas, cargos y privilegios. No es un noble, ni tiene apellido ilustre… no es que eso me interese, recuerdo que en algun momento de mi vida, elegí ser una persona sencilla como él, pero él posee algo mucho más difícil de encontrar en estos tiempos: principios firmes y un corazón limpio... algo que el apellido, ni el titulo asegura… Su manera de tratar a mi hija, con respeto y ternura, muestran una vez mas, que las riquezas no se miden en tesoros ni en títulos, sino en la capacidad de amar y de ser justo. He observado su responsabilidad en cada gesto, su respeto en cada palabra, su humildad incluso en medio de este entorno en el que muchos buscarían aparentar grandeza. Hoy, como emperatriz y, más aún, como madre, siento paz. Mi hija Elena eligió bien. Quizá él no tenga el respaldo de una casa importante, pero su alma tiene un brillo que ninguna joya podría igualar…el verdadero valor de una persona está en lo que hace y en lo que es, no en lo que aparenta… aunque ese pobre muchacho no tendrá el camino fácil, mi esposo no mirará su dinero, ni le importaran sus orígenes, pero sé que no encuentra a nadie digno de ninguna de mis dos hijas… eso lo supe, desde que ellas nacieron…]
Emperador Vitorio: ¿Cómo te fue con ese Rhys?
Emperatriz Emma: muy bien, es un joven muy amable
Emperador Vitorio: quiere quedarse con una de mis niñas
Emperatriz Emma: sabias que este día llegaría…
Emperador Vitorio: aun Elena es pequeña, hasta hace un tiempo toda su atención era solo para mi
Emperatriz Emma: y lo seguirá siendo, siempre serás su amado padre, su héroe…
Emperador Vitorio: mmmm aun asi…
Emperatriz Emma: ese muchacho es una buena persona… lo sabes…
Emperador Vitorio: mmmm
Emperatriz Emma: te amo… iré a darme un baño, mañana por la mañana se anunciará el compromiso de Leandro
Emperador Vitorio: esta bien… por cierto, a los otros dos hijos no los dejaré salir de la isla… estos dos solo vinieron al continente a buscar pareja
Emperatriz Emma: Vitorio…
Emperador Vitorio: ¿Qué? es verdad…
[Desde que mis hijas nacieron, me juré que nada ni nadie las haría sufrir. Las he visto crecer, he sido testigo de cada paso que han dado, de cada lágrima y de cada sonrisa, y he cargado siempre con la idea de que soy yo quien debe protegerlas del mundo. Quizás por eso, ahora que la vida me pone frente a la posibilidad de verla con un hombre, soy aprensivo, incluso terco: sé que ningún hombre es digno de ella. No porque ella sea altiva o inalcanzable, sino porque la veo tan pura, tan valiosa, que me resulta imposible imaginar que alguien pueda corresponderle como se merece. Para mí, su risa es sagrada, su confianza un tesoro, y su felicidad un deber que siempre asumí como mío. ¿Cómo ceder ese lugar a otro? ¿Cómo aceptar que sus manos ya no buscarán solo las mías, sino también las de alguien más? Sé que es egoísmo… y me importa una mierda… Pero también sé que un padre nunca deja de temer que su hija entregue su corazón a quien no sepa cuidarlo. Los hombres pueden prometer mucho, pero yo, que he visto la vida sin adornos, sé lo fácil que se rompen las promesas y lo duro que es recomponer lo roto. Quizás el tiempo me enseñe a soltar, quizás este chiquillo me demuestre con hechos, no con palabras, que su amor es tan grande como el mío. Mientras tanto, sigo atrapado en esta idea: que ningún hombre, por bueno que sea, será jamás suficiente para estar al lado de ninguna de mis hijas]
En el salón, Leandro hablaba con Felipe y Bernard, mientras bebían una copa de vino…
Leandro: …por eso, quiero ir con ella a la isla
Bernard: entiendo…
Felipe: ¿llevártela del continente sin estar casados?
Leandro: el compromiso y la boda serán en la isla
Bernard: ¿ella está de acuerdo?
Leandro: asi es…
Felipe: enviaré una escolta
Leandro: ¿crees que no la puedo proteger?
Felipe: es para que la cuide de ti, asi mi esposa estará mas tranquila… no sabemos cuándo podrá ella verla de nuevo, tener los reportes de los guardias la tranquilizará…
Leandro: mmmm
Bernard: muchas gracias cuñado
Leandro: esta bien…
Bernard: aun asi… le diré lo mismo que le dije al duque Wilkinson… hace algun tiempo atrás… necesito que me haga una promesa, una promesa de hombre…
Leandro: ¿Qué promesa?
Bernard: prometa que si alguna vez, por el motivo que sea… el amor que profesa hacia mi sobrina Berenice termina. o si sucede alguna otra cosa, por favor, llévela de vuelta a Barnes, allí siempre será bien recibida…
Leandro: yo lo prometo…
Felipe: demás esta decirte que si eso pasa, patearé tu principesco trasero…
Leandro: lo sé…
Felipe: bien…