EL TRATO DE NUESTROS PADRES

 — Elina, tengo algo que tratar contigo. — dabuc hablo con una voz neutra.

esa palabra, "tengo que tratar algo contigo" era algo que papá inusualmente utilizaba para comandar a su gente, cuando alguno de ellos cometia un error. mis manos que ya hacían sobre mi regazo apretadas en un puño para disminuir mi ansiedad. mi mente empezó a pensar muy rápido, ¿qué habré hecho mal?.¿ habré cometido algún error con las entregas?. m*erda, de qué se tratara de lo que padre quiere hablar conmigo. alce mi barbilla con seguridad. aún seguía inquieta con gesto impasible y una postura relajada.

— Elina, hija. — dabuc deja salir un suspiro en busca de tranquilidad— no sé cómo decirte esto.

— ¿qué es lo que quieres decir padre?. sea lo que sea simplemente diga lo. yo escucharé atenta.

— bien, de lo que quiero hablar contigo, es algo muy importante que cambiara la vida para todos nosotros. pero en especial la tuya.

observé a mi padre, él parecía estar preocupado por algo, algo que él no podía decirlo así nada más. y yo estoy incluida en eso, me hizo preocupar aún más. papá permaneció en silencio por unos segundos, hasta que por fin se dignó a hablar. palabras que me confundieron salieron de su boca. por un momento pensé que era una broma, pero en realidad sabía que papá nunca le gustaba bromear. él mencionó "matrimonio, a través de un contrato". me quedé sin palabras al escucharlo mencionar lo. resulta ser que los tipos de la caravana, que habían salido reciente en mi llegada. eran los que habían venido a pedir un contrato matrimonial. entre el futuro heredero de dicha mafia del estado S, con la hija sucesora del estado Z. no era la primera vez que alguien me pedia matrimonio, con el mismo echo de tratado de paz. Jayden, un hijo prodigio de una mafia poco conocida. había venido en busca de matrimonio, ah congraciarse con la mafia del Estado Z, esa era su meta. sin embargo el abuelo no aprobó este matrimonio por lo que se me prohibió hacer amistad con él. sinceramente nunca lo conocí formalmente . una vez lo miré pero fue hace mucho tiempo, yo apenas era una niña de tan solo 12 años. pero, al ser proveniente de mafias menores, los cuales no traían tanto beneficio a nuestra familia, yo no tenía permitido socializarme con gente de rangos menores. sin embargo los del estado "S", eran nuestros rivales más poderosos. sin embargo que vinieran hoy a pedir un tratado de matrimonio para fortalecer ambas mafias y establecer la paz, era algo inusual. difícil de creer. papá era muy considerado conmigo, era su princesa. las joya más preciada de su estado. el apodo de "la joya del Estado Z". me fue dado a la edad de 5 años, dónde se me otorgaron dos hermosas joyas de oro puro. impregnadas con diamantes. eso equivalía al Estado entero. la joya era el símbolo de nuestro estado. la primera era un cisne, que representaba elegancia, porte y poder. mientras que la otra era basada en la apariencia del fénix. que representaba la fortaleza, el renacimiento y Valentia.

pase un rato discutiendo con mi padre sobre el asunto del matrimonio. aunque era sospechoso que los del estado S, vinieran a pedir un tratado de paz, a través de un contrato matrimonial. ya que ellos eran nuestros enemigos jurados. pero viéndolo por el lado de los negocios, para nosotros era muy beneficioso congraciarnos con ellos. y esta era una oportunidad que no se podría desaprovechar, ya que las buenas oportunidades no suceden dos veces. aunque no conocía al heredero del estado S, había escuchado vagos rumores qué describían a un hombre cruel y despiado. pero cómo saber si eso era cierto, de mí también había muchos rumores que la mayoría eran falsos. por lo cual yo no podía juzgar a alguien, acepté casarme con el heredero del estado S. papá me mostró un documento donde relataban las condiciones, la única era que ambos nos casáramos. pero en ningún párrafo vi que dijera que estaría obligada a darle un hijo. y sí. leí las letras chiquitas, ini aún allí estaba esa condición. por lo cual yo solo cumpliría con casarme, independientemente después del matrimonio No sucedería nada más. pues yo me casaría con alguien sin amarlo por lo cual no estaré obligada a dormir en la misma cama, ni a darle un hijo a él.