Keres Jabbar Elrryan tiene su primer banquete de cumpleaños como hijo menor del Emperador del Imperio Kardext. En el banquete, su padre y hermano mayor le dan dos obsequios que todo el mundo sabe, no es mas que para dejar en claro que Keres es su leal mascota.
Keres es consciente de ello y a pesar de eso acepta los dos obsequios: el título de "Conde" junto a sus deterioradas tierras y un sangriento matrimonio con la Princesa que rechazó a su hermano mayor hace algunos años, ordenando a Keres destruir todo el Reino de Elentia y capturar a la familia Real.
Claramente sabe que el matrimonio es una clase de castigo para ambos y estaba preparado para recibir el desprecio de su esposa.
Pero, ella repetir hasta el cansancio que "lo ama", está intrigado del por qué su esposa se comporta de esa manera cuando se supone debe odiarlo. Y queda más intrigado cuando todo el mundo le dice: "Tú esposa es un demonio, una villana".
«¿...? ¿...?» [Pero si mí esposa es increíblemente adorable]
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EL BAJO MUNDO
La ciudad seguía muy bulliciosa, con varios bebiendo una gran jarra de cerveza. Sobre todo en las lujosas casas de juegos.
[Creo que vine en un mal día]
Se quejó Keres para sus adentros.
Al final llegó a la entrada de un callejón oscuro lleno de tipos que fumaban una calada. Keres dejó a su caballo en la entrada y con su habitual cara estoica ingresó al callejón, ignorando las miradas de aquellos hombres que fumaban.
Al fondo, había una puerta roja, se notaba pintada con sangre. Tocó la puerta y pronto un elegante mayordomo abrió la entrada con una mirada de asesino.
«¿Quién?»
Preguntó, a lo que Keres sólo se quitó la capucha que traía y el mayordomo quitó su mirada hostil abriendo la puerta en su totalidad.
«Adelante, su majestad. Informaré al joven maestro de su llegada»
«Gracias, Ludel»
«Un placer»
Keres entró y el mayordomo Ludel tomó el liderazgo inmediatamente después de cerrar la puerta.
«Por aquí»
«Sí»
«Es una sorpresa verlo por aquí, y más cuando dijo que no quería volvernos a ver la cara»
«Mm»
«Ha crecido bastante, ya es todo un adulto. Mi joven maestro también ha crecido desde la última vez que nos vimos. Le aseguro que ya no es aquel delicado joven al que dejó escapar»
«¿Me odia?»
«Con toda su alma»
Keres esbozó una sonrisa ladina.
«Sí, ...eso es lo normal» [Entonces, ¿Por qué Oona no me odia también?]
«¿Sabe que tomó el liderazgo de la familia Azcata hace 7 años?»
«Eso leí en la carta que me envió»
«Oh, así que recibió la carta de invitación, ¿Y aún así no fue?»
«Creí innecesaria mi presencia, además, no es fácil... escapar de la vigilancia de mi hermano»
El mayordomo frunció el ceño con enojo. Llegaron a un espacio que parecía un salón de invitados.
«Informaré a mí señor, por favor espere aquí un momento»
Ludel se retiró y Keres se quedó solo en esa silenciosa habitación. Respiró hondo y no pudo evitar recordar la primera guerra que lideró bajo la orden de su hermano mayor Davor.
...«Destruye el Imperio de Cromia, ejecuta a toda la familia imperial sin excepción»...
...Esas fueron las órdenes absolutas de su hermano Davor. Y también, ofreció su recompensa....
...«Si lo haces bien, te daré el cadáver de tu madre. ~¿Aceptas?~»...
...En ese entonces sólo era un chico de 13 años, ¿Qué loco manda a un niño a liderar una guerra?. Ese lunático era su hermano mayor....
...Fue su primera guerra, su primera guerra ganada y el inicio de su condena como "perro imperial". Blandio la espada y con tan sólo esa edad, terminó bañado en la sangre de gente inocente....
...Su cuerpo todavía se estremecía al recordar el sabor de la sangre que había entrado a su boca y el olor a cenizas del fuego que se había expandido. Hizo una masacre, solo por un capricho de su hermano....
...Hizo una masacre sólo para recuperar el cadáver de su madre....
...Hizo una masacre y fue inevitable sentirse sucio y egoísta....
...Él mismo se sentía cómo un monstruo que sólo provocaba muerte, a pesar que sólo actuaba bajo las órdenes de su hermano mayor....
Para él, eso no era necesariamente una justificación. Simplemente, se volvió su verdad y cruel realidad.
«¡¡Keres!!»
El grito varonil hizo que Keres inclinara la cabeza ligeramente a la izquierda con los ojos cerrados.
Al abrir devuelta sus ojos celestes, observó a su izquierda una espada clavada en el fino sofá en dónde estaba sentado. Miró hacia adelante con un semblante estoico y en la entrada de la puerta notó al hombre que le arrojó aquella espada.
«Qué peculiar forma de recibir a tus invitados»
El hombre tenía una sonrisa alegre en toda la cara, su cabello rosa no influyó en el aire letal y fuerte que desprendía. Un hombre que tenía una vestimenta de luchador, similar a la de un mercenario, aunque, por supuesto que no era nada de eso.
«¿Hasta que te dignaste a mostrar tu maldita cara?»
Caminó hasta Keres y recuperó su espada de un tirón.
«Si te envían cartas, contesta maldito bastardo»
«Si te hace sentir mejor, no eres el único al que ignoro cuando me envían cartas»
«¡¡Eso no me hace sentir mejor!!»
«Aunque si alguien te ignora, lo normal es abandonarlo, ¿Por qué siguen escribiéndome? Ustedes son raros»
«Mierda, eres imposible Keres»
Él se dejó caer en el sofá, junto a Keres.
«Supe que te casaste»
«Mm»
«¿Te obligaron?... Otra vez»
«...»
«Fue Davor, ¿Verdad?»
«...»
Ese hombre se enojó y agarró los hombros de Keres, agitandolos con rabia.
«¡¡Me dan ganas de ahorcarte, no sólo porque no dices una mierda!! ¡¡¿Por qué no sólo lo degollas y tomas tú el trono del Imperio de Kardext?!!»
«Leandro yo-»
«Hablo en serio, ¿Hasta cuándo vas a jugar a las escondidas con ese hombre de mierda?»
«Tú lenguaje ha sufrido un cambio drástico»
«¿Qué mierda esperabas? Ya no soy un príncipe por culpa de cierta persona sentada a mi lado. Ahora soy el líder de la familia Azcata y no el heredero de algo. Después de todo, ...mí Imperio ya no existe porque la destruiste»
«... Lo siento»
Leandro enfureció a un más y agarró el cuello de Keres para finalmente arrojarlo al suelo y presionarle la garganta mientras lo miraba directamente a los ojos.
«No te disculpes, no lo hagas cabrón. Te juro que te odiaré más si vuelves a disculparte y haré que todo el maldito "bajo mundo" busque tu cabeza, ¿Me oíste Keres?»
«...»
«Te pregunté si has oído, Keres»
«... Sí»
El agresor retiró sus manos que dejaron algunas marcas en el cuello de la víctima, se levantó y se alejó tomando un profundo respiro. Exhaló y dando la espalda a Keres preguntó:
«¿Qué quieres de mí? No creo que hayas venido de visita después de ignorar mis cartas por 10 años»
«Estoy buscando un producto peligroso»
«~Eh~, ¿Qué arma es más peligrosa que tú y tú espada?»
«Máscaras de piel»
«¿Máscaras de piel?»
Keres se levantó del suelo señalando su rostro.
«Lo poco que sé, es que es una máscara extremadamente delgada con ligeras definiciones faciales que se hacen notorias al momento que una persona lo usa. Con eso, puedes infiltrarte en casi cualquier parte»
Leandro agarró su mentón pensativo.
«Soy uno de los señores del bajo mundo y nunca había escuchado de ellos, ¿Quieres que lo investigue?»
«Sí, yo no encontré nada de ellos buscando en lugares ordinarios, si no está en el bajo mundo, no sé dónde más podría estar»
«¿Estás seguro de que eso existe? Hay múltiples artilugios rúnicos, y no he oído de algo parecido como una máscara de piel»
Keres agachó la mirada recordando el cuerpo asustado de su esposa, su cara llena de lágrimas que eran claramente dolorosas. Contestó a Leandro con una expresión culpable.
«Sí, estoy seguro que existe»
Los ojos de Leandro lo miraron fijamente un momento antes de contestar:
«Entonces, exijo algo a cambio por esto»
«¿Qué cosa?»
«Contesta mis cartas, no importa si me escribes tan sólo un maldito renglón, pero contesta hasta tu muerte»
El silencio estuvo presente y Keres no pudo evitar recordar a Erevan, con mala gana pensó.
[¿Por qué lo siento a "déjà vu"?]
«Y también debes venir a mi boda, acompañado de tu esposa»
Keres se sintió como una estatua de piedra que se partía en pedazos, mientras se preguntaba.
«¿De verdad tengo que hacerlo?»
«¡¡No te estoy pidiendo mucho!!, ¡¡Y no!!, ¡¡No estoy abierto a negociaciones!!»
«Haaa..., bien. Contestaré tus cartas y asistiré a tu boda»
Leandro sonrió de forma alegre y de alguna manera Keres fue contagiado por aquel entusiasmo, una imperceptible sonrisa se dibujó en sus labios para al final darle la espalda.
«Entonces me voy, no te preocupes conozco la salida. Espero tus cartas, Leandro»
«~¡Por supuesto!~»
Keres se fué a paso veloz y el mayordomo Ludel se acercó a su señor preguntando:
«¿Y sabe para que quiere el segundo príncipe saber sobre las máscaras de piel?»
«No tengo la menor idea»
¡¡BAM!!
«~¡¡Keres!!~»
El ruido de la puerta siendo abierta de par y par junto al gritó hicieron sobresaltar los hombros de Leandro. Él volteó atrás y vio a su hermana, vestida como una dama de alta aristocracia, y no pudo evitar comentar.
«¿Desde cuándo te vistes así?»
Pero su hermosa hermana lo ignoró y buscó en toda la habitación con una evidente emoción.
«¿Dónde está?, ¿Dónde está mi querido Keres?»
«Ya se fue»
«¡¿Qué?!»
Ella le agarró de la cuellera y lo jaloneo totalmente enojada.
«¡¡¿Por qué se fue tan rápido?!!, ¡¡¿Cómo pudiste permitir que se fuera?!!, ¡¡¿No pensaste en tu hermana?!!»
«Si no te hubieras cambiado, tal vez hubieras podido verlo»
«¡¡Tenía que cambiarme, no podía dejar que me viera con esa apariencia de matona!!, ¡¡Debiste retenerlo!! Mierda»
«Pero él ya está casado, hermana»
Su hermana arrugó su cara de manera macabra, apretando la ropa de su hermano con una evidente rabia.
«Pero no se casó porque él la hubiera elegido, sino porque Davor lo obligó. Además, es muy seguro que esa mujer lo odia con toda su alma, por esa boda sangrienta»
«... Tal vez, eso tiene sentido»