¿Que pasaría si un día despiertas en tu novela favorita?¿Y no solo eso sino que despiertas siendo la villana?
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Capítulo 24
Los días, las semanas y los meses pasaban rápido ya habían pasado 6 meses desde que había ingresaron al instituto la cosa estaba más o menos así:
Elizabeth y Erick cada vez estaban más unidos, había veces que se escapaban en los horarios de clases para poder tener sus encuentros románticos.
Después de su primera vez, ya no pudieron ocultar el deseo que se tenían el uno al otro. Siempre que podían se escapaban de todo el mundo para poder consumirse en las llamas de pasión y deseo, que cada vez les eran más difíciles de ocultar del ojo público, ya que muchos alumnos del instituto los habían visto entrar y salir de la habitación de Erick o de la de Elizabeth. Pero al ser este el principe heredero, muy pocos de atrevían a comentar lo visto. Además, de que Elizabeth era su prometida y que está también pertenecía a una familia muy poderosa que muy pocos se atrevían a insultar. Asi que los pocos que conocían el secreto de Elizabeth y Erick mantenían la boca cerrada.
Por otro lado, Erick había habládo con su padre sobre su relación con Elizabeth y por supuesto que ocultó el hecho de que ellos ya dormían juntos. Pero aun así les había contado que estaba enamorado de ella y que al principio no lo quiso ver, pero cuando Elizabeth decidió terminar el con el compromiso el se dió cuenta que esa niña que lo perseguía hasta el cansancio, había logrado robarle el corazón y que ahora como si fuera que el karma estuviese haciendo de las suyas, era él quién la estaba persiguiendo ahora.
Los emperadores se pusieron felices con esta noticia, pues ellos siempre quisieron verlos juntos, además que no veían a nadie más con la capacidad para ocupar el puesto de futura Emperatriz.
Por otro lado, quién no estaba nada feliz era el Duque, pues el y se había hecho a la idea de que su hija no se casaría y se haría cargo del Ducado como siempre soño, pero con ayuda de la duquesa este cada vez le costaba menos hacerse de la idea nuevamente.
Elizabeth cómo había prometido viajaba todos los fines de semana a visitar a sus hermanos. Cuando se enteraron de la noticia que Elizabeth estaba en una relación con el príncipe y que ahora sí se comprometerían, las opiniones de los hermanos estaba dividida, las niñas estaban felices porque su hermana mayor se casaría con un príncipe muy guapo y los hermanos estaban enojados con el príncipe por que se la llevaría de su lado.
Se lamentaban el hecho de haber dejado que su hermana fuera al instituto y se prometieron no dejar que lo mismo pasará con las otras dos .
La duquesa por su parte, estaba feliz por su hija, además había recibido una carta de Beth contándole que tipo de relación estaban llevando ambos en el instituto y que nececitava de su apoyo para conseguir con regularidad las hierbas anticonceptivas .
Lizbeth no tomó muy a mal ésto puesto que ella y Stefan en su época de juventud fueron igual, no podía regañarla por algo que ella tampoco pudo controlar en sus años de instituto. Como dice el dicho de tal palo, tal astilla, asi que, solo se dedicó a conseguir las hierbas y enviarlas con un mensajero dirigido a Beth y un mensaje agradeciéndole a la muchacha por estar cuidando bien de su hija.
Por otro lado, se encontraba Ross quién últimamente se sentía extraña cuando estaba cerca del príncipe Abel.
No sabía bien que era, pero sentía un hormigueo en el estómago cuando estaban juntos , y un dolor en el pecho que sentía no poder respirar cada vez que Abel habla con otra señorita y este le sonreía.
Ross a pesar de soñar con la idea de enamorarse y vivir una historia de amor épica, nunca había experimentado en carne propia que era el amor. Siempre vivió a través de novelas románticas e historias ficticias el romance, pero ahora que ella estaba empezando a vivir su historia de amor no lograba reconocer los síntomas de éste. Se sentía enferma , ella quien temía pisar nuevamente un hospital iba regularmente a la enfermería para que así les pudieran diagnosticar su "enfermedad"
Por otro lado, el príncipe Abel se sentía frustrado, no había logrado avanzar más allá de una amistad con Ross. Ella no entendía sus tácticas de conquistas, la invitaba a salir a pasear por el pueblo, le compraba chocolates, compartía con ella desayunos, almuerzo, meriendas y cenas, pero nada lograba hacer entrar en razón a Ross que el quería algo más allá de una simple amistad.
Cada vez la encontraba más atractiva no solo física sino personalmente, ante sus ojos ella era perfecta así despistada y todo, Ross, había logrado robar su corazón.
Abel también se había hecho amigó del príncipe Sebastián y de Erick, habían logrado dejar su absurda rivalidad gracias a que Elizabeth y Ross se habían hecho grandes amigas y por ende pasaban mucho tiempo juntas y como Erick y Abel siempre estaban alrededor de estás chicas, naturalmente se hicieron amigos y luego se sumó Sebastián.
Estaban los tres hombres sentados después de haber practicado con la espada, gracias a qué Sebastián los obligaba a entrenar aunque sea una hora al día, hasta que de pronto Abel habló.
— Emm... Erick ¿Como conquistaste a la señorita Elizabeth? .
— ¿A que viene esa pregunta? No lo sé se solo pasó.
— Sí cuenta, ¿será que el príncipe de Rubí está enamorado?
Abel se sorprendió por lo atinado de su comentario y al ver el silencio del príncipe Sebastián continúo.
—¿Atiné, verdad?
— Si, estoy enamorado de la señorita Ross, pero ella parece no querer nada conmigo.
Erick—¿Se lo preguntaste?
— No, pero yo demuestro mi interés hacía ella en todo momento. Le regaló chocolates, la invito a salir, damos paseos por los jardines del instituto todas las tardes, comemos juntos y ella parece no querer algo más allá de una amistad.
Sebastián — Puede que piense que lo haces por qué eres su amigo.
Erick— Con Elizabeth fue casi parecido ella no me creía cuando le decía que me había enamorado de ella.
— ¿Y como la convenciste ?
— Me declaré las veces fue necesario y con cada declaración le robé unos cuantos besos.— Comentó Erick sonriendo.
Sebastián — Obviando el tema de los besos, yo creo que Erick tiene razón, tienes que declararte ante ella con palabras.
Abel siguió escuchando los consejos de sus amigos y se decidió en ir a buscar a Ross y declararse ante ella...