"UNA MADRE DESESPERADA, UN SALVADOR AMENAZANTE
¿Qué límites cruzarías por salvar a tu hijo?
Adelaida, una madre desesperada, hará cualquier cosa para proteger a su hijo, incluso si significa sacrificar su orgullo.
Pero cuando Kento, un misterioso y poderoso hombre, se convierte en su única esperanza, Adelaida se encuentra atrapada en una red de rencor y pasión.
Kento, su redentor y verdugo, no sabe que Adelaida es la clave para desentrañar su propio pasado.
¿Podrá Adelaida salvar a su hijo y descubrir la verdad detrás del enigmático Kento?
Descubre esta historia de amor, venganza y redención."
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ℂapítulo Doce
—¡Desiderio! —Kento grita, apenas llega a la habitación.
—Señor Kimura, ¿cómo le fue? ¿Qué le duele? ¿Cuándo le dan el alta? —Desiderio, muy solícito, le ayuda a acostarse.
—¡Cállate, que me estresas! —Kento, ni habiendo estado bajo los efectos de la anestesia, deja de ser un desquiciado. —Páseme el portátil, necesito leer con urgencia un correo que me acaban de enviar.
Desiderio le pasa el portátil a su jefe que de manera apresurada lo enciende y busca en la bandeja de entrada el dichoso correo.
Por fin va a saber los secretos de su misteriosa Adelaida. Muchos pensarán que es más fácil preguntarle a ella, pero Kento no confía en lo que cada persona diga de sí mismo. Por experiencia propia con Madeleine, sabe que la gente no es sincera cuando tiene que confesar quién es.
—Acá está, vamos a ver, pequeña “Eloísa”, si estoy en lo cierto —decía para sí mismo mientras descargaba el archivo adjunto.
La ruedita no se llenaba y Kento se impacientaba cada vez más. Hasta que por fin abrió, se puso las gafas y leyó párrafo por párrafo muy concentrado.
*Nombre completo: Adelaida DuPont.
*Edad: treinta años.
*Estado civil: Divorciada, (no se encuentra el registro de su exesposo).
*Sin mención de padre y madre.
*Creció en el orfanato de las hermanas capuchinas en París.
*Estudió artes escénicas con el profesor DelVecchio.
*Al salir del orfanato, a la edad de 18 años, trabajó en los teatros callejeros de “Les Hayes” con el papel protagónico de “Eloísa” en la adaptación para teatro de “Cartas de Abelardo y Eloísa”.
—Estaba en lo cierto, ella es la verdadera Eloísa —pensó Kento.
*Hizo un papel secundario en la película “¡Oh La La!”.
*Estudió literatura contemporánea en la universidad pública de París.
*Tiene un hijo de seis años de padre desconocido.
*Últimas residencias: en el “banlieues” Saint Louis y en la mansión Pinault de Versalles.
—Esto, si no lo sabía, vivió en la mansión del idiota del François. ¿Sería una de las empleadas domésticas?
*Ocupación: Ninguna conocida.
Datos aún en investigación:
*Nombre del exesposo.
*Nombre de sus padres y por qué la dejaron en el orfanato.
*Nombre del padre de su hijo.
*¿Qué labor desempeñaba en la mansión Pinault de Versalles?
Kento no podía creer que los investigadores con tantos recursos que hay hoy en día sean tan ineptos. ¿Cómo es posible que no tenga la investigación completa?
¿Acaso es Adelaida un enigma, no solo para él, sino para el mundo entero?
—¡Desiderio! —El pobre hombre que estaba a su lado pegó un brinco del grito que le dio su jefe.
—Dígame, señor —Kento le estira la mano, y Desiderio se la toma.
—¡Idiota, pásame el celular! —Desiderio, rápidamente le pasa el móvil.
Kento marca rápidamente al detective que en dos timbres le contesta la llamada.
—Inspector Clouseau a la orden.
—Habla con Kimura, ¿para cuándo el resto de la información?
—A más tardar en un mes. Ya que debo contratar los servicios de un hacker, pues parte de la información que falta fue borrada de la base de datos de la “Mairie” también por un hacker.
—Le doy quince días para que me dé esa información.
—Señor Kimura, es imposible. De pronto para esa fecha le tengo el dato de uno de los padres, pero entienda que alguien borró a propósito el resto de la información de esa mujer. Ella es un misterio.
—Eso es algo que también debe de averiguar. ¿Por qué y quién o quienes borraron esa información?
—Claro que sí, señor Kimura, pero entienda que, a pesar de estar trabajando en su caso, hay cosas que deben hacerse con un experto, y en ese caso es de parte de un hacker.
—No me importan sus excusas. Espero el informe completo en la fecha que le di.
Y Kento colgó la llamada, sin darle opción al detective de responderle.
—¿Con qué eres un misterio? Con razón, el inútil que consiguió Desiderio dijo eso —Kento pensó en voz alta.
—¿Me hablaba, señor Kimura? —Kento miró a Desiderio con ira, ¿cómo es posible que ese idiota interrumpiera sus pensamientos?
Y como salvado por la campana de la furia de su jefe, la puerta de la habitación fue tocada suavemente y corrió a abrirla antes de que Kento le tire el celular en la cabeza.
—Hola. ¿Puedo pasar? —Era Adelaida qué había ido a visitar a Kento. Más bien a comprobar si era cierto lo que había dicho su niño.
Después de que Francis le dijera eso, Adelaida quedó con la duda, y cuando su niño se durmió, se dirigió a la recepción y allí averiguo en que habitación estaba Kento y el porqué estaba hospitalizado.
—Claro que sí, entra. Desiderio, déjanos solos. —Adelaida entró a la habitación y un raudo Desiderio salió de la habitación tal como lo pidió su jefe —Ven, acércate.
Adelaida llegó al pie de la cama y con voz temblorosa le dijo: Gracias.
—¿Cómo te enteraste? ¿Francis te lo dijo? —Kento le preguntó, aunque sabía que por el niño se podía dar cuenta.
—Sí, él hizo un comentario y me puso a dudar. Por lo que averigüe en recepción y aquí estoy dándote las gracias con el corazón —se acercó más a él en la cama y lo abrazó.
Kento correspondió al abrazo, luego la tomo de la cara para fundirse en un beso apasionado. Solo la soltó cuando entró una de las enfermeras a ponerle la medicación y tomarle los signos vitales.
—Kento, más tarde vuelvo. Voy a ver si mi niño ya despertó —le avisó Adelaida mientras salía de la habitación y él se quedó mirando la puerta por donde salió su Eloísa.
Cuando Adelaida salió de la habitación de Kento, se dirigió a la cafetería del hospital para llevarle algo de comer a Josefina y para ella también. Cuando salió del lugar y al dirigirse a los ascensores, se encontró de frente con Madeleine, acompañada de su querida ex suegra. Seguramente estaba acompañando a su amada nuera a los controles prenatales.
—¡Ja!, ¿cómo es posible que me encuentre a la zorrita en un lugar tan prestigioso como este? —le decía a su nuera en voz alta —. Y hasta cambió de look para parecerse a ti, Madeleine. Debe ser que está cuidando a algún magnate enfermo y lo quiere sonsacar.
Pasaron por su lado, pero Madeleine la miraba sorprendida. Su parecido es innegable.
Al salir del hospital, pasaron por un puesto de revistas e inmediatamente Madeleine tomó una del estante.
«El Magnate del emporio KenKi Digital, se dejó ver de nuevo con su prometida… ¿Esta vez sí habrá boda?»
baya sorpresa que se llama al ve esa barriguita