Sé Mi Emperatriz, Comandante.

La madre de Sira le insistía en ir al palacio, que tenía que acercarse a Tatiana para poder descubrir sus debilidades o alterar los documentos que ella revisaba para que el emperador vea sus fallas, pero Sira le asegura a su madre, que Tatiana no es tonta y que le dejo en claro que no se acercara a ella, pero la mujer sentía que no podía rendirse, su hija, es la que debería ser emperatriz y por eso la ha educado para ello. Sira para que su madre la dejará en paz, decidió hacer un viaje al palacio, además aprovechará para ver a ese caballero, tal vez cuando vea que es igual a todos, puede de una vez dejar de pensar en él.

Al llegar al palacio, baja siendo acompañada por sus doncellas, mientras camina por los pasillos, se dirige hacia el palacio luna, por supuesto, al llegar a zona, ve a los guardias de Tatiana ir y venir, hasta que ve a aquel chico de ojos amarillos, quien al verla hace una reverencia saludando.

— buen día lady, ¿la comandante Evergarden la esta esperando?— pregunta.

— no, pero puedes decirle que Sira Stone esta aquí, soy la hija del primer ministro.— responde levantando la mirada con orgullo.

— de acuerdo, le haré saber. Con su permiso.— Arthur solo se da la vuelta y se dirige dentro.

Sira solo se cruza de brazos, aquel chico no parecía haber reaccionado cuando le dijo quien era ella. Después de unos minutos, Arthur sale, disculpándose porque Tatiana no puede recibirla, ya que en este momento ella va de salida y si, la ve venir usando ya su uniforme militar, mientras es acompañada por varios caballeros. Tatiana solo pasa sin saludar y le ordena a Arthur no permitir el paso de nadie y que quedaba a cargo mientras ella esta fuera. Sira solo se siente ofendida porque Tatiana nisiquiera la saludo.

— lo siento lady Stone, pero temo que debo pedirle que se retire.— habla de manera cortes.

— por supuesto.— frunce los labios.— que falta de respeto de la futura emperatriz.— se queja.

Sira camina de regreso, aunque por el momento debe pensar a donde ir, su madre seguramente la estará molestando si regresa pronto. Pero mientras camina, se pierde en sus pensamientos, aquel hombre nisiquiera reaccionó al saber quien era ella, normalmente suelen cubrirla de halagos cuando saben quien es su padre. No es que le moleste, por el contrario, su reacción es mejor que la de otros nobles. Pronto, Sira detiene sus pasos cuando se cruza con un hombre algo mayor y de aspecto flacucho y su mirada lasciva se posa en ella.

— lady Stone, que gusto verla, esta más hermosa. Sabe, he estado pensando en pedirle a su padre su permiso para un compromiso, ya que no podrá ser emperatriz.—

Sira frunce los labios ante aquel odioso comentario.

— conde Rotmon, creo que olvida que yo solo busco un hombre de mayor estatus.— responde altanera y con una sonrisa de burla.

El hombre, al escuchar que es menospreciado por su estatus, sostiene del brazo a la chica y la jala para tenerla cerca.

— no te creas tanto, conseguiré el permiso de tu padre y veremos si sigues con esa actitud.— habla molesto.

Dicho esto, la jala aprovechando que nadie veía y aunque las doncellas intentan ayudar a la joven, los guardias de este hombre las detienen.

— una vez que te haga mía, estarás sucia y solo yo te aceptaré.— se relame los labios.

— suéltame, bastardo, eres un asqueroso.— se queja.

El conde la empuja dentro de una habitación y la golpea en el rostro, causando que caiga, así que la chica apoya las manos sobre el piso dejando ver que sus uñas crecían y sus ojos comenzaban a brillar, pero, repentinamente ve al conde caer, bañado en sangre, así que ella se arrastra hacía atrás sintiendo que alguien la levanta sujetadola por los brazos.

—¿se encuentra bien lady?— pregunta.

Sira levanta la vista viendo que se trataba de Arthur y otros hombres entran para arrastrar al conde fuera, las doncellas se Sira entran casi al punto de las lágrimas preguntando si estaba bien.

— g-gracias...Sir...— responde Sira.

— Arthur, mi lady. Esta herida.— mira a las doncellas.— deben llevarla a que la revisen, los golpes en la cara pueden ser dañinos.—

— no, solo es un pequeño golpe.— cubre su mejilla.

Rápidamente llegan otras personas y el primer ministro ve a su hija con la mejilla roja, así que se acerca para reclamarle a Arthur pero se detiene al ver al conde en el piso y sangrando.

— señor, ese hombre quiso violar a la señorita, sus doncellas avisaron que fue arrastrada hasta la habitación por ese degenerado.— señala Arthur al conde.

El primer ministro ve a su hija y esta, al notar la mirada severa del hombre, sabe que seguramente la culpara por ser una "coqueta" y es probable que para callar el escándalo, querrá obligarla a casarse con ese horrible hombre. Sira se aferra al brazo de Arthur y este nota que ella esta asustada y claro que se imagina porque, no es tonto como para no ver la mirada de enojo del primer ministro. Pero cuando el padre de Sira estaba por decir algo.

— si esta vivo llévenlo a prisión y denle algunos azotes. No permitiré esta clase de abusos en mi palacio.— habla Farkas.

— majestad, no se tome las molestias. Mi hija también pudo tener la culpa, yo solucionaré esto con el conde para evitar un escándalo.— menciona sonriente.

—¿solucionarlo?, ¿casando a su hija con un depravado?, vaya amor de padre el suyo, ministro.— se burla Farkas.

— entienda majestad, esto se sabrá y nadie querrá casarse con ella, la verá como una...—

—¿como una que?, ¿como puede insinuar algo tan sucio de su hija?— interviene Arthur. — ¿acaso no escucho? Ese cerdo intento abusar de ella.

Sira estaba en silencio y con la miraba preocupada, pero cuando escucha a Arthur levanta la cabeza.

— ¿como se atreve un sucio guardia hablarme así? Es mi hija y yo se que es mejor para ella.— grita.

— seré solo un guardia, pero al menos pienso más que usted y puedo ver la verdad.— responde Arthur.

— majestad, permitame castigar a este insignificante humano que se ha atrevido a faltarme al respeto.— pide el primer ministro.

— si quieres el permiso, pídeselo a la futura emperatriz, es su caballero.— sonríe con burla Farkas.— pero no me hago responsable si ella te corta el p*ne al saber que defiendes a un violador.—

El silencio se hace presente ante las palabras del emperador, mientras que el primer ministro se sentía humillado en ese momento.

— suficiente espectáculo. Sir Arthur, lleve a la señorita a un lugar seguro, primer ministro, lo quiero ver mañana a primera hora en mi oficina y en cuanto al conde, castrenlo y déjenlo en la celda más sucia y alejada de todas.— ordena Farkas.

— p-pero majestad...— trata de hablar el primer ministro.

Farkas lo mira con enojo, mientras que Arthur le pide a las doncellas de Sira traerla con él para llevarla a un sitió seguro, mientras que el primer ministro le grita a su hija para que regrese. En la zona de invitados, le dan una habitación a Sira y Arthur pide a las doncellas no se separen de ella y que la ayuden a bañarse, ya que ella aun permanece asustada y querrá limpiarse debido a que ese hombre la toco, aunque el conde no logró su objetivo, sigue siendo traumatico para joven. Arthur le dice a las doncellas dejará guardias vigilando, en caso de que el padre de ka chica quiera llevársela a la fuerza. Arthur estaba por irse, pero Sira le sostiene del brazo pero mirando al suelo.

— gracias, sir Arthur...aunque quizás con esto...mi padre...— la chica comienza a sollozar.

— la comandante y el emperador no dejarán que su padre le haga daño. Quédese tranquila.— le acaricia la cabeza.

Sira asiente y suelta el brazo del chico. Arthur se retira y las doncellas llevan a Sira a la habitación para ayudarla a bañarse y que pueda descansar.

.

.

.

Al día siguiente, el primer ministro recibe un puñetazo en la cara de parte de Tatiana, causando que se rompa la nariz y caiga al piso, pero rápidamente se queja, insinuando que ella no tiene el derecho a tratarlo así y él sabe lo que es mejor para su hija.

— lo mejor para su hija es alejarse de usted. Un padre protege a su hijas, no las entrega a un violador.— responde Tatiana.

— usted no sabe, seguramente ella lo provo...— y esta vez recibe una patada entre las piernas.

— ella no busco nada, pero usted si busco esto.— presiona más su bota contra la entrepierna del hombre.

El primer ministro grita desesperado. Pero cuando Tatiana se aleja, le dice al hombre que ella tomará a Sira bajo su custodia y jamás volverá a casa con un padre como él. Además, investigara todo sobre él, porque si estaba dispuesto a entregar a su hija a un abusador, quien sabe que otras cosas ilegales habrá hecho.

— lleven al primer ministro bajo custodia mientras se investiga sobre sus negocios.— ordena Farkas.

— no puede hacerme esto majestad, es injusto, la corte no lo permitirá.— amenaza.

— lo que la corte quiera me tiene sin cuidado. Ya llévenlo, no soporto su presencia.— agrega Farkas.

Los guardias arrastran al primer ministro fuera de la oficina, su esposa al ver esto, corre en busca de Sira, su padre esta en problemas y ella debe ayudarlo.

●●●