En el oscuro entramado de la mafia neoyorquina, surge un imperio liderado por Kali, un hombre de enigmático pasado y carácter implacable. En "Sombras de Poder", adéntrate en un universo donde los negocios legítimos y las operaciones ilícitas se entrelazan, y el protagonista, Kali, es el hilo conductor de esta narrativa repleta de intriga, romance y misterio.
En el bullicioso corazón de Nueva York, Kali, un magnate empresarial y mafioso de renombre, teje su red de influencia. La trama se despliega cuando Abril y Hernesto, hermanos huérfanos, cruzan su destino con el de Kali. La deuda impagada de Hernesto desata una serie de eventos que llevan a la cautivadora Abril a un mundo de sombras y secretos.
La historia se teje con giros inesperados y dilemas morales cuando Kali se ve obligado a reclamar la deuda pendiente tras la muerte de Hernesto. Entre el poder, la lealtad y la seducción, Kali y Abril se ven envueltos en una danza peligrosa, donde el pasado y el presente se entrelazan de maneras inimaginables.
En las calles de Nueva York y detrás de las puertas cerradas de clubes nocturnos, Kali se revela como un hombre de extremos: un líder respetado en el mundo empresarial y un amante apasionado en la intimidad. Sus negocios ilícitos chocan con la moralidad mientras navega entre la adicción al poder y la búsqueda del amor verdadero.
Las sombras del pasado resurgen cuando Kali se enfrenta a decisiones que desafían su propio código de honor. La travesía de Abril desde la pérdida y la vulnerabilidad hasta la fuerza y la determinación, y su conexión con Kali, dan forma a un relato complejo que explora los límites de la moralidad y la redención
Sombras de Poder te sumerge en un mundo de intrigas, donde el protagonista, Kali, lucha con su dualidad: un líder respetado en el bajo mundo y un hombre en busca de redención. Las decisiones de los personajes impactan el destino de todos, en un juego de poder donde la lealtad, el amor y la traición dan
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Capitulo 19
Contenido explícito para mayores de 18
Abril regresa a casa después de presenciar a su esposo, Kali, teniendo relaciones con su secretaria en la oficina. Incapaz de contener su furia, enfrenta a Kali en casa.]
Abril: (con voz temblorosa de ira) "¿Cómo pudiste hacerme esto, Kali? ¿Cómo pudiste traicionarme de esta manera?"
Kali: (con indiferencia) "Oh, ¿te refieres a lo de la oficina? Lo siento, cariño. Simplemente no pude resistirme a la tentación."
[Abril siente que su paciencia se agota rápidamente ante la actitud despectiva de Kali.]
Abril: (con sarcasmo) "¡Oh, claro! Porque todos sabemos lo irresistible que es la secretaria con la que te acostaste, ¿verdad?"
Kali: (con una sonrisa burlona) "Bueno, pensé en ti mientras lo hacía. ¿Eso no cuenta para algo?"
[La respuesta de Kali solo intensifica la ira de Abril, quien no puede contenerse más.]
Abril: (con furia) "¡Me traicionaste, perro! ¡Y no me vengas con tus excusas baratas! No hay justificación para lo que hiciste."
[Abril se acerca a Kali y le da una fuerte cachetada en la cara, sorprendiéndolo con su fuerza y determinación.]
Kali: (sintiendo el impacto) "¡Ouch! ¿Qué demonios te pasa, Abril?"
Abril: (con voz temblorosa pero decidida) "¿Qué me pasa? ¡Me traicionaste, Kali! Y no pienso quedarme aquí y ser humillada por ti."
[Abril se da la vuelta y se dirige hacia la puerta, dejando a Kali atónito ante su firmeza.]
Kali: (con sarcasmo) "¡Ah, qué valiente de tu parte! ¡Huir en lugar de enfrentar la realidad!"
Abril: (volviendo la mirada con determinación) "Prefiero huir de ti que quedarme y soportar más de tus mentiras y traiciones. Y no vuelvas a buscarme, porque esto se acabó."
[Con esas palabras, Abril sale de la casa, dejando a Kali con el peso de su traición y su falta de respeto hacia su matrimonio.]
[Después de la bofetada de Abril a Kali, ambos se encuentran en un tenso silencio, pero luego se desata una conversación sarcástica que finalmente da paso a la intimidad entre ellos.]
Abril: (con voz temblorosa) "Espero que eso te haya ayudado a recordar que no puedes tratarme así, Kali."
Kali: (masajeando su mejilla adolorida) "Oh, no hay necesidad de agradecer, cariño. Nunca olvidaré ese recordatorio."
[A pesar de la tensión, una risa nerviosa escapa de los labios de ambos, rompiendo el hielo entre ellos.]
Abril: (con sarcasmo) "Bueno, supongo que no soy la única que puede dar una bofetada con estilo, ¿verdad?"
Kali: (con una sonrisa irónica) "Oh, por supuesto. Siempre he admirado tu técnica de bofetada. Tan elegante, tan... directa al grano."
[La risa se convierte en complicidad, y Abril se acerca a Kali, su ira disminuyendo mientras se sumergen en la complicidad compartida.]
Abril: (con tono más suave) "Sabes, Kali, a pesar de todo esto, no puedo negar que me atraes de una manera que nadie más lo hace."
Kali: (con una mirada intensa) "Y tú, Abril, eres la única que despierta mi pasión de esta manera. A veces, la tensión entre nosotros es... excitante."
[El deseo comienza a arder entre ellos, y se acercan más, sus labios rozándose con una urgencia creciente.]
Abril: (susurrando) "Entonces, ¿qué dices? ¿Nos dejamos llevar por esta pasión que arde entre nosotros?"
Kali: (con un susurro sensual) "Por supuesto, mi amor. No hay nada que desee más que perderme contigo en este momento."
[Se entregan al deseo que los consume, sus cuerpos enredados en un baile de pasión y entrega. El amor y la intensidad los envuelven mientras se pierden el uno en el otro, compartiendo un momento de intimidad que va más allá de las palabras. Después de alcanzar el clímax del placer, se acurrucan juntos, envueltos en el calor de su amor, y se entregan al sueño reparador que los espera, juntos en su complicidad compartida y su profundo vínculo emocional.]
Abril recordando lo de ayer
Abril lo miró, intentando recuperar el aliento. kali se había sentado en la
cama y sus ojos le estaban recorriendo el cuerpo entero mientras una mano le recorría la pierna hasta la rodilla.
—Antes que nada —murmuró—, tenemos que hacer algo con tu ropa. Abril resopló sorprendida mientras kali se levantaba y la hacía ponerse de pie. Le temblaban las piernas y era incapaz de mantener el equilibrio, pero kali la
sostuvo, arremangándole la falda con las dos manos. Le susurró al oído: —Es más difícil desnudarte si estás tumbada en la cama. Con una mano le cubrió la nalga y empezó a masajearla con movimientos circulares. —La cuestión es —dijo él, divertido—, ¿te saco el vestido por arriba o por abajo? Abril rezó para que no esperara que se lo dijera ella, porque era incapaz de articular palabra.—O —dijo Kali, lentamente, metiendo un dedo debajo del corsé—, ¿las dos cosas? Y entonces, antes que ella pudiera reaccionar, le dejó caer la parte del vestido de
modo que quedó atrapada en la cintura. Si no fuera por la fina camisola de seda, estaría totalmente desnuda.
—Vaya, vaya. Esto sí que es una sorpresa —dijo kali, acariciándole un pecho por encima de la seda—. No es que sea una mala sorpresa, por supuesto. La seda nunca es tan suave como la piel, pero tiene sus ventajas. Abril contuvo la respiración mientras observaba cómo kali movía la camisola de lado a lado, provocando que la fricción le endureciera los pezones. —No tenía ni idea —suspiró Abril, acalorada, kali empezó a acariciarle el otro pezón.
—¿Ni idea de qué? —De que eras tan malvado. kali sonrió, lenta y ampliamente. Sus labios se acercaron a sus oídos y susurraron: —Eras la hermana de mi mejor amigo. Totalmente prohibida. ¿Qué querías que hiciera?
abril se estremeció de deseo. La respiración de kali le acariciaba el oído, pero la sensación le recorría todo el cuerpo. —No podía hacer nada —continuó él, apartando un tirante de la camisola—. Excepto imaginarte. —¿Pensabas en mí? —suspiró abril emocionándose con la idea—. ¿Te imaginaste esto? Le apretó con más fuerza la mano contra la cadera. —Cada noche. Cada momento antes de dormirme, hasta que me ardía la piel y mi
cuerpo me pedía que lo liberara. abril sintió que le desfallecían las piernas, pero kali la sujetó con fuerza.
—Y cuando estaba dormido —se acercó al cuello, y abril no supo si la estaba acariciando o besando—, entonces sí que lo pasaba mal. Abril soltó un gemido, incoherente y lleno de deseo. El segundo tirante cayó mientras los labios de kali se acercaron al hueco entre los pechos. —Pero esta noche... —susurró, apartando la seda hasta descubrir un pecho, y luego el otro—. Esta noche todos mis sueños se harán realidad.abril apenas tuvo tiempo de resoplar antes de que la boca de kali encontró su pecho y empezó a lamerle el pezón endurecido.
Esto es lo que quería hacer en el jardín de la fiesta —dijo—. ¿Lo sabías? Ella agitó con fuerza la cabeza, apoyándose en sus hombros. Se balanceaba de lado a lado, y apenas podía mantener la cabeza erguida. Espasmos de puro deseo le recorrían el cuerpo haciéndole perder la respiración, el equilibrio y hasta el juicio.
—Claro que no lo sabías —dijo él—. Eres tan inocente. Con sus hábiles dedos. Kali le sacó el resto de la ropa hasta que abril quedó desnuda en sus brazos. Con suavidad, porque sabía que debía estar tan nerviosa como
excitada, la dejó en la cama. Cuando empezó a desnudarse, sus movimientos fueron más torpes. Tenía la piel
ardiendo y el cuerpo agitado de deseo. Ella estaba en la cama, una tentación como no había visto otra. Su piel brillaba sonrosada a la luz de las velas y el pelo, que hacía mucho que había perdido la forma, le caía alrededor de la cara. Los mismos dedos que la habían desnudado con tanta presteza, ahora parecían atontados a la hora de desabotonar sus propios botones. Cuando se disponía a quitarse los pantalones, vio que abril se estaba tapando
con las sábanas. —No —dijo kali , con una voz irreconocible. Los ojos de abril encontraron los suyos y él dijo:
—Yo seré tu manta. Se quitó toda la ropa y, sin darle tiempo a decir nada, se tendió en la cama, cubriéndola con su cuerpo. Oyó que ella resoplaba por la sorpresa, pero luego su cuerpo se relajó. —Shh. —La meció, acariciándole el cuello mientras, con una mano, hacía movimientos circulares sobre el muslo—. Confía en mí. —Confío en ti —dijo ella, temblorosa—. Es que...La mano de kali subió hasta la cadera.—¿Es que qué? kali se imaginó la mueca de abril mientras decía: —Es que me gustaría no ser tan ignorante en este momento. kali empezó a reírse. —Para —exclamó ella, golpeándolo en el hombro. —No me río de ti —insistió kali —Te estás riendo —dijo ella—, y no me digas que te ríes conmigo porque esa excusa no funciona. —Me reía —dijo él, suavemente, apoyándose en los codos para mirarla a la cara—, porque estaba pensando en lo mucho que me alegro de que seas tan ignorante.
—Se acercó a ella y le dio un tierno beso—. Es un honor ser el único hombre que te ha tocado así. Los ojos de abril brillaron con tanta pureza que kali se rindió a sus pies. —¿De verdad? —susurró ella. —Sí—respondió él, sorprendido de lo grave que sonaba su voz—.Aunque honor es sólo la mitad de lo que siento. Ella no dijo nada, pero sus ojos eran terriblemente curiosos.—Mataré al próximo hombre que se atreva a mirarte de reojo —dijo él.
Para su sorpresa, abril se echó a reír. —Oh, kali —resopló—. Es maravilloso ser el objeto de Y, a lo mejor —murmuró ella, con unos ojos insoportablemente seductores—, tú también me las darás a mí. kali notó que separaba los muslos cuando volvió a dejarse caer sobre ella, su erección dura contra ella. —Ya lo hago —dijo, difuminando las palabras en su piel mientras le besaba el hueco del hombro—. Créeme, ya lo hago. Nunca había estado tan agradecido por el control de su cuerpo que tanto le había costado aprender. Todo su cuerpo pedía hundirse en ella y hacerla suya, pero él sabía que esta noche, era para abril, no para él. Era su primera vez. Él era su primer amante, su único amante, pensó con una ferocidad poco habitual en él, y era responsabilidad suya asegurarse de que abril sólo sintiera un placer exquisito. Sabía que lo deseaba. Tenía la respiración entrecortada y lo miraba con pasión. kali no podía soportar mirarla a la cara porque, cada vez que veía sus labios medio abiertos, crecía la necesidad de penetrarla y hacerla suya. Así que, en lugar de eso, la besó. La besó por todas partes e ignoró los fuertes latidos de su corazón cada vez que la oía resoplar o gemir de deseo. Y entonces, por fin, cuando ella se estremeció y se retorció debajo de él, y él supo que estaba loca por él, escurrió la mano entre sus piernas y la tocó. Lo único que salía de la boca de kali era el nombre de su mujer e, incluso eso, salía entre resoplidos. abril estaba más que preparada para él, más caliente y húmeda de lo que kali jamás hubiera imaginado. Sin embargo, para asegurarse, o sencillamente porque no podía resistir el perverso impulso de torturarse, metió un dedo dentro de su cuerpo, comprobando su calidez, acariciándola por dentro. —¡kali! —exclamó ella, retorciéndose bajo su cuerpo.
Ya tenía los músculos tensos y kali supo que ya estaba lista. Apartó la mano de golpe, ignorando las quejas de abril
Se sirvió de sus muslos para separar los de ella y, con un gemido, se colocó en posición para penetrarla. —P-Puede que te duela un poco —susurró, agitadamente—, pero te p-prometo que...—Hazlo —dijo, meneando la cabeza de lado a lado. Y así lo hizo. Con un poderoso movimiento, la penetró. Sintió cómo se abrían sus
músculos, pero ella no dio ninguna señal de dolor.—¿Estás bien? —dijo, tensando todos sus músculos para no moverse dentro de ella. abril asintió, soltando el aire despacio. —Es muy extraño —admitió. —Pero ¿no te duele?—preguntó él, casi avergonzado por la desesperación de sus palabras. Ella agitó la cabeza, con una pequeña y femenina sonrisa en la cara. —No me duele —dijo—. Pero antes... cuando has... con el dedo...Incluso a la luz de las velas. kali apreció que se había sonrojado. —¿Es esto lo que quieres? —dijo, retirándose hasta que sólo estaba dentro de ella a medias. —¡No! —gritó ella. —Entonces, a lo mejor es esto —dijo él, volviendo a penetrarla del todo. Ella resopló. —Sí. No. Las dos cosas.
kali empezó a moverse dentro de ella, con un ritmo deliberadamente lento. Con cada empujón, ella soltaba un gemido y él se volvía loco. Y entonces los gemidos se convirtieron en gritos y los resoplos en respiraciones entrecortadas, y kali supo que estaba cerca del éxtasis. Se movió más deprisa, rechinando los dientes mientras luchaba por mantener el control sobre su cuerpo mientras ella caía en una espiral de pasión. abril pronunció su nombre, luego lo gritó y, al final, toda ella se tensó debajo de él. Se agarró a sus hombros y levantó las caderas de la cama con una fuerza que kali casi no podía creer. Al final, con un último y poderoso empujón, ella alcanzó el
orgasmo y se dejó llevar por el poder de su propia liberación. En contra de su buen juicio, kali la penetró una última vez, hundiéndose en ella hasta el fondo y saboreando la dulzura de su cuerpo. Después, dándole un beso terriblemente apasionado, se apartó y se derramó en las sábanas, junto a ella