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BRONCE

BRONCE

Status: En proceso
Genre:Amor en la guerra / Posesivo / El Ascenso de la Reina / Dominación / Amor-odio / Enfermizo
Popularitas:52.2k
Nilai: 5
nombre de autor: thailyng nazaret bernal rangel

Décimo libro de saga colores.

Después de su tormentoso matrimonio, el Rey Adrian tendrá una nueva prometida, lo que no espera es que la mujer que se le fue impuesta tendrá una apariencia similar a su difunta esposa, un ser que después de la muerte lo sigue torturando.
¿Podrá el rey superar las heridas y lidiar con su prometida? Descúbrelo en la tan espera historia.

NovelToon tiene autorización de thailyng nazaret bernal rangel para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

22. Explorando algo desconocido

...ADRIAN:...

Volví a mi estudio después de terminar de dar indicaciones sobre los cambios que haría en el patio del castillo. Esperar la primavera era lo adecuado, con la nieve y el frío sería imposible trabajar, lo que me llevaba a imaginar la situación en Polemia, el misterio de la construcción de esas murallas era desconcertante, había muchas incongruencias.

Aunque Freya estuviese diciendo la verdad, ella pudiese ser solo una víctima de engaño del mismo Barbany.

Al llegar a mi estudio encontré una carta del reino de Hilaria, sabía que ese sobre correspondía a la respuesta de la carta que envié hacia tiempo, reclamando a mi padre por sus decisiones y conflictos.

Abrí el sobre, la sangre me hervía de solo imaginar sus palabras, al ver la letra muy elegante mi desagrado aumentó. Aquella caligrafía era arrogante y bastante autoritaria, como su persona.

"Me sorprende el descaro de tus reclamos, solo sé que tus razones se limitan a tu falta de masculinidad, a preferir a los hombres, lo siento hijo, pero no existe algo tan escandaloso e impuro como un casamiento de dos personas del mismo género, deberías estar agradecido de que pudiese tapar tu asqueroso gusto con una boda respetable, aceptaste, ahora debes honrar tus votos y no te atrevas a decir que yo no tengo potestad sobre tus acciones, recuerda siempre que gracias a mí y a la presencia de tu hermano en Floris se pudo dar un alto a la tiranía de la reina Vanessa, algo que no pudiste resolver por tu cuenta y que demuestra tu falta de carácter para ser rey, mi único propósito es enderezar lo que torciste"

Arrugué la carta y la tiré al suelo.

Era más de lo mismo, lo suponía.

Mi padre me culpaba por todo.

Me despeiné el cabello y caminé de un lado a otro.

¿Cómo era posible tal falta de respeto?

Respiré entre cortado.

Apreté los puños.

No debía sorprenderme, pero me daba tanto enojo que ni padre me siguiera tratando como un incompetente. Ignoró todo lo que dije sobre el raro casamiento y su extraño acuerdo con Barbany, con la excusa de que mis reclamos solo se limitaban al hecho de que mi esposa era mujer.

Quería tomar un barco para ir a confrontarlo, pero no iba a malgastar mi tiempo, tampoco pasaría por un viaje tedioso solo para escuchar el mismo cuento de siempre. No demostraría ser competente con eso, debía seguir aquí, en mi reino, gobernando como siempre e investigando más sobre lo que se traía entre manos mi padre.

Para así darle un buen merecido.

Recogí el papel arrugado y lo quemé en la chimenea.

Me marché del estudio, sin ánimos de trabajar.

Tenía un salón privado para entrenar, así que decidí aligerar mi furia entrenando un poco.

En el salón tenía ropa para entrenar, me cambié y empecé con un poco de estiramiento, mientras mis pensamientos iban y venían.

Golpeé el saco de arena, también tomé una espada y blandí al aire.

— Vaya, sabía que estabas aquí — Dijo Ania, entrando sin tocar.

— Ordené que no molestaran.

— A mí no me puedes ordenar eso — Gruñó, cruzando sus brazos — ¿Qué pasa?

Suspiré y me detuve, agitado y sudado.

— Llegó respuesta de padre.

— Oh, ya entiendo.

— Ignoró mis reclamos y me acusó de que me quejaba solo porque mi esposa es mujer — Resoplé — Ya no quiero hablar de él, estoy muy enojado.

— Es entendible el enojo, nuestro padre nos califica como seres incompetente, el único afortunado es Arturo — Dijo ella, caminando para tomar una espada de la armería — Eso no cambiará.

— Se seguirá metiendo en mis asuntos.

— Demostraste ser capaz, es su problema si no lo quiere ver — Dijo, colocándose frente a mí, elevando su espada — Adelante, sigue tomando la espada.

Me reí de repente y frunció el ceño.

— Lo siento, vino algo fuera de contexto a mi mente — Sacudí mi cabeza.

— Habla — Se sintió curiosa.

— Es algo que dijo Dorian sobre las espadas.

— Tienes una esposa, debes ser leal — Me advirtió, apuntando su espada.

— No es eso... No pienso en el duque... No de esa forma.

— ¿Y Levi? — Elevó una ceja.

— Es un traidor, no lo mencionaré hasta que regrese y demuestre su lealtad — Gruñí — Y sabes que no somos compatibles.

— ¿Leandro?

— Basta, Ania, ese no es el tema — Corté, incómodo — Dorian me dijo algo el día de la boda y es lo que me causó gracias.

— Ese loco ¿Qué rayos dijo?

— Algo sobre espadas y vainas — Me sonrojé — Que dejara mi atención en las espadas y me concentrara en la vaina — Hice un gesto y Ania se quedó pensativa, sin comprender, elevé la espada haciendo énfasis.

Soltó una carcajada al entender.

— Muy sutil de su parte, hay que admitir que el sentido es bastante creativo — Dijo, haciendo un movimiento con su espada — Buen consejo, lo estás aplicando.

— Aún no pasa nada.

— ¿Qué quieres saber? — Preguntó, sonriendo — Soy todo oídos... En este salón hay mucha privacidad.

Aclaré mi garganta.

— ¿Cómo es una señorita virtuosa?

— ¿En qué sentido? — Se desconcertó.

— Físicamente... Me refiero a... — Era vergonzoso.

— No son diferentes — Dijo, riendo — La experiencia es la única diferencia.

— Pensé que tenían una barrera.

— La hay... Depende del trato que se de, será grato o desagradable.

— ¿Cómo debo ser? — Apoyé la punta de la espada en el suelo.

— Solo sé atento — Sus mejillas también estaban rojas.

— Vanessa me obligaba a tocarla mientras me encadenaba, era desagradable.

— ¿Con Freya sientes desagrado? — Preguntó.

— Siento curiosidad y eso me gusta.

— Tan encantador — Bromeó — Vamos a entrenar juntos.

Ania elevó su espada y atacó, bloqueé.

...********************...

Me tensé, jadeando, otra vez Vanessa, me observaba desde lejos, detallando mi cuerpo sobre la cama.

— Querido, hoy no serás tocado por mí — Dijo, sonriendo con malicia — Mejor por ellas — Había una serpiente en sus manos, besó su cabeza.

Bajé mi mirada, la frialdad me recorría el cuerpo.

Varias serpientes me recorrían el cuerpo, con sus lenguas siseando cerca de mi cuello.

Las alimañas treparon por toda mi piel, arañas y alacranes.

Grité, sacudiéndome.

Las serpientes encajaron sus comillos en mi cuerpo.

Estaba temblando, jadeando, con sudor sobre el cuerpo.

Estaba en mi cama, de nuevo.

Allí estaba Vanessa, volviendo para atormentarme.

Estaba más cerca de la cama.

Observaba hacia mí, con camisón ancho y un candelabro, el cabello suelto y la piel blanca.

— Majestad...

Me incorporé, podía moverme y eso era nuevo.

Eso significaba que podía defenderme de esa infeliz.

Ella dejó el candelabro en la mesita.

— Majestad...

Me levanté de golpe y la tomé del cuello.

Sus ojos se llenaron de pánico.

La sostuve con firmeza, con ambas manos.

Acabaría con ella.

— Espere...

Empecé apretar mis dedos.

Jadeó, temblando y suplicando sin voz.

— Por favor — Su expresión se llenó de más temor.

— ¡Ya no eres tan despiadada, después de todo, eres mortal!

Las lágrimas cayeron por sus ojos mientras trataba de tirar de mis brazos.

— Majestad... — Su voz perdió fuerza — Soy... Freya...

Freya.

Parpadeé varias veces.

Ella no era Vanessa.

Era... Esto no era un sueño.

La solté rápidamente.

Cayó de rodillas, soltando tos y tomando aire.

Me llevé una mano a la cabeza y enterré mis dedos en mi cuero cabelludo.

Olvidé por completo que iría a su habitación, el entrenamiento de la tarde me dejó agotado, las obligaciones después de eso más.

Decidí descansar un poco después de la cena, pero me quedé dormido. Planeaba ir después del descanso.

Y ahora, en mi propio delirio iba a hacerle daño a Freya.

Me agaché y la tomé de los brazos.

— Freya, lo lamento ¿Estás bien?

Era una pregunta estúpida, yo era un estúpido.

Ella estaba temblando, recuperando su respiración, sus ojos tenían lágrimas.

La senté en la cama mientras intentaba calmarse.

Me senté a su lado.

— No quise hacerte daño.

Por eso no podía dormir con Freya a mi lado, no me perdonaría si ella perdía la vida por mi culpa.

Ella se tocó el cuello y tomé su muñeca con cuidado.

— Déjeme ver... Por favor...

Bajó la mano mientras temblaba.

Su cuello estaba un poco rojo, por fortuna no había marcas.

Me levanté, busqué un bálsamo para músculos adoloridos en la vitrina.

Eso podía servir de algo.

Vertí un poco en mis manos y volví.

— Déjame ayudarte.

Se estremeció cuando tracé mis manos por mi cuello. Tenía miedo de mí.

Suspiré — Freya.

Ella seguía con lágrimas en los ojos cuando alejé mis manos de su delicado cuello.

— Lo siento... No debí entrar a su habitación — Se intentó alejar y tomé su mano, seguía temblando.

— No... No estaba en mis cabales... Freya, no hice esto a conciencia — Dije, preocupado al ver su temor — Yo no soy un hombre agresivo.

— No volveré a entrar... — Intentó levantarse, derramando lágrimas.

— No... Por favor... — La abracé contra mi pecho — Yo no la lastimaría por esa razón.

— ¿Por qué me quería asesinar?

— No quería hacerlo — La presioné contra mi pecho — Hay algo mal conmigo.

Me observó — ¿Cómo la ves qué nos vimos por primera vez? — Su garganta se agitó.

— Así es... Pensé que eras ella.

— ¿Y hace un momento también lo pensó? — Derramó más lágrimas.

— Así es. Creía que seguía en la pesadilla.

Me iba a odiar, tal vez no me permitiría tocarla de nuevo.

— ¿Qué le hizo esa mujer?

Me sorprendí ante su pregunta.

— Es mejor no hablar de eso.

No llevaba camisa y ella estaba pegada a mí, sé que no era momento de pensar en eso, estuve a punto de hacerle daño, de quitarle la vida y todo por mi mente rota.

Elevó una mano y tocó mi mejilla.

— No quiero hacerte daño — Susurré.

— Entiendo.

Me atreví a inclinar mi rostro y la besé.

Correspondió con torpeza y ternura, tomando mis labios y rozando con cuidado.

Debería ser yo quien la tratara con delicadeza, en cambio ella parecía ser cuidadosa.

Se apartó un poco, jadeando.

Su mano se posó en mi pecho.

Tomé su muñeca.

— Lo siento — Dije y se desconcertó — Yo...

— Entiendo — Suspiró.

Mi miembro estaba endurecido, por fortuna tuve la decencia de dejarme los calzones, pero aún así se notaba.

Freya alejó su mano y me observó.

— Solo vine a ver que ocurría, solo nos separa una pared y escuché quejidos. Sé que no debo ser tan imprudente la próxima vez.

Se levantó y caminó hacia la puerta.

Me levanté y la alcancé.

Abracé su cuerpo, pegándome a su retaguardia.

Rodeé su abdomen con ambos brazos.

— Quédate un poco más — Susurré contra su oído.

— Es tarde... Mi presencia le hace daño.

— ¡No!

Mordí su oreja y se estremeció.

Una de mis manos subió.

Arrastrándose por encima del camisón, llegó en medio de sus pechos, podía sentir que no llevaba corset ni otra prenda debajo de la ropa de cama.

Aspiré el aroma de su cuello.

Rocé con cuidado por encima de sus senos, notando el abultamiento en ambos, se sentía suave y acolchonado.

Después de un momento me hallé con algo duro y pequeño en el centro de ambos frutos.

Elevé mi otra mano para poder tocar más.

Toqué los pezones y se arqueó.

Tomé ambos frutos y los exprimí con cuidado, masajeando.

La tensión entre mis piernas aumentó, los latidos de mi espada lo hacían una molestia dolorosa.

Ella tembló en mis brazos, mientras tocaba.

— Majestad — Su voz era aguda — Mejor no...

Lamí su cuello.

— Pequeña mujer, quiero tocarte.

Su voz se atoró.

— No debería decir esas cosas.

— Es de noche y estamos solos — Le recordé, bajando una de mis manos por su abdomen — Somos esposos y aunque no fui a tu habitación debo cumplir con mi palabra.

Detuvo mi mano — Majestad, esto es peligroso.

— Tengo curiosidad.

— ¿Curiosidad? — Giró su cabeza a un lado para tratar de observarme.

— Prometo que seré suave y atento.

Soltó mi mano y su respiración se agitó.

Recogí el camisón y mi mano se aventuró dentro.

Toqué su vientre.

Me hallé con sus enaguas, sumergí mi mano por el borde.

No percibí sus rizos, eso me desconcertó.

Se sentía muy suave.

Se sobresaltó.

Bajé más.

Me llené de más ansias cuando percibí sus pliegues.

Tocar por voluntad propia era algo nuevo para mí.

Percibí una humedad.

Toqué el centro a una pequeña protuberancia en forma de botón.

Eso lo conocía.

Ella gimió en alto.

Supe que le gustó.

Así que me empeñé en tocar más con dos dedos, rozando con cuidado, suavemente, de forma circular.

Freya se arqueó, temblando y jadeando, gimiendo en mis brazos.

— ¿Cómo se siente? — Pregunté, con la voz tan gutural de la necesidad.

— Majestad... No deberíamos...

— Deja de luchar, esto te gusta.

Estaba más empapado, toqué con más empeño.

Le recorrieron extraños escalofríos, sus piernas estaban inquietas.

Besé su cuello mientras disfrutaba de esto.

Se sentía bien tocarla, sentir que su cuerpo era mío.

Freya, tan pequeña en mis brazos, tan débil.

Sus sonidos eran encantadores y no me detuve.

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Olga Ortiz
que se trae florence, es muy raro que este tan de mal humor siempre
JOGXANDY BELLO
debo imaginar que freya es hija de vanesa y no es hermana de florence.!! solo enviaron a la hermana para tener controlada a freya.!!
Orozco Beatriz
Apoteósico 🤭🥰
San Aguirre
Ternurita 🥰
Raquel Sanchez
Me parece que Freya es hija de la loca
Ana Parra
😠Sigo insistiendo que Florence es una mala influencia para la relación entre Adrian y Freya
Mel G.
No quería que viese supongo por el jardín del que ella había dado sus ideas!!
Nena
En vista de las circunstancias del matrimonio, ese comentario de seducir al Rey, está fuera de lugar, porque da a pensar que es parte de la conspiración. Así que está hermana de Freya es bastante imprudente y ciega por su padre
lu
jajaja cuando la gente no quiere ver la realidad tapa el sol con un dedo
Elilu 🇲🇽
si quieres puedes llevar tu el luto eh?! osea no nada más Freya es hija y la única para honra con la ridícula forma de vertir de negro.
Marcela Lopez
estupendo capitulos 🥰
Laura Aguado
❤️❤️❤️
Karime
No creo que el comentario desafortunado de florece de que freya "" "ha seducido al rey" "" "sea mal visto por adrian porque 🤔🤔 los dos fueron inexpertos los dos recién se están conociendo adrian tiene 40 años y freya 20 así que.
Quien seduce a quien 🤔🤔🤔
Alondra Gomez
el tan ilusionado por mostrarle todo 🥰
kisse rouse
tal vez no despierto🥵☺️
Limaesfra🍾🥂🌟
ansiosas siempre a la espera de un solo capitulo!!! Animo autora tienes a tus lectofans expectantes!!🤗
𝓔𝓶𝓪𝓷𝓭𝓮𝓻 🖤
Adrián necesita tiempo, y Freya a pesar de ser curiosa es entendida 🫦 me encanta que vaya su relación así 💯💯
Mariannys Benítez 🇻🇪
el rey se ha enamorado 🥰
San Aguirre: Siiiii 🥰🥰🥰
total 1 replies
Marcela Lopez
está emocionante 🥰
San Aguirre: x 2 🥰🥰🥰
total 1 replies
Ana Parra
🤴Adrian tienes que ponerle un parado a todos, como es eso que quieren hacer y deshacer con tu vida.
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