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Amor Bajo Contrato

Amor Bajo Contrato

Status: En proceso
Genre:Posesivo / Matrimonio arreglado / Hija rica en bancarrota / Juego del gato y el ratón
Popularitas:8.5k
Nilai: 5
nombre de autor: America Blancas

Violeta Meil siempre tuvo todo: belleza, dinero y una vida perfecta.
Hija de una de las familias más ricas del país M, jamás imaginó que su destino cambiaría tan rápido.

Recién graduada, consigue un puesto en la poderosa empresa de los Sen, una dinastía de magnates tecnológicos. Allí conoce a Damien Sen, el frío y arrogante heredero que parece disfrutar haciéndole la vida imposible.

Pero cuando la familia Meil enfrenta una crisis económica, su padre decide sellar un compromiso arreglado con Damien.
Ella no lo ama.
Él tiene a otra.
Y sin embargo… el destino no entiende de contratos.

Entre lujo, secretos y corazones rotos, Violeta descubrirá que el verdadero poder no está en el dinero, sino en saber quién controla el juego del amor.

NovelToon tiene autorización de America Blancas para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

El precio del apellido Sen

**Capítulo 19: **El precio del apellido Sen

(Desde la perspectiva de Violeta Meil)

El reloj marcaba las nueve de la noche, y la lluvia repiqueteaba con suavidad sobre los ventanales de la habitación.

El aire olía a perfume caro y arrepentimiento.

Violeta Meil estaba recostada sobre la cama, con el celular en la mano y la mirada perdida en el techo.

Su rubio cabello caía como un río desordenado sobre las sábanas blancas.

El silencio de su habitación era interrumpido solo por el golpeteo nervioso de las uñas de Olivia, que caminaba de un lado a otro.

—Lo siento, Vi —repitió por quinta vez, con una expresión llena de culpa—. ¡Te juro que no sabía que los medios estaban afuera! Pensé que era un bar discreto, solo para nosotras…

Violeta giró la cabeza y la observó.

Olivia llevaba una sudadera vieja y el maquillaje corrido; claramente había llorado.

Pero Violeta no tenía fuerzas para enojarse.

—Oli, ya… tranquila —dijo con una voz suave, aunque sus ojos delataban el cansancio—. No es tu culpa. Los medios harían un escándalo hasta si me vieran respirando demasiado fuerte.

Olivia se sentó a su lado, suspirando.

—Sí, pero Damien… ¿viste los titulares? Lo pintan como el pobre príncipe traicionado. No quiero ni imaginar lo que va a pensar.

Violeta rió sin humor.

—¿Pensar? Ese hombre no piensa, juzga.

Olivia bajó la cabeza, pero antes de poder responder, el celular de Violeta vibró sobre la cama.

Ambas bajaron la mirada.

En la pantalla, un número desconocido.

Violeta frunció el ceño.

—¿Quién…? —murmuró mientras desbloqueaba.

El mensaje era corto, seco, autoritario:

**Mensaje: **“Te veo en una hora. Restaurante Étoile, salón privado. No llegues tarde.”

El corazón de Violeta dio un salto.

No hacía falta adivinar quién era.

—¿Quién es? —preguntó Olivia.

Violeta tragó saliva.

—Damien.

—¿Cómo sabes que es él?

—Porque nadie más me daría una orden con tan pocas palabras —respondió con ironía.

Olivia cruzó los brazos, furiosa.

—¿Y qué va a pasar ahora? ¿Te va a gritar por los titulares? ¡Ni siquiera hicimos nada malo!

—Lo sé —Violeta suspiró—, pero tengo que ir.

Olivia la miró como si hubiese perdido la razón.

—¿Qué? ¡No! Yo voy contigo. Le explicaré que fue idea mía, que tú no hiciste nada.

Violeta negó con la cabeza, levantándose de la cama.

—No, Oli. Déjalo así. No vale la pena.

—Pero, Violeta…

—Te agradezco, de verdad —dijo mientras abría el clóset y sacaba un vestido negro sencillo—, pero esto es algo que debo enfrentar sola.

El tono de su voz era tranquilo, pero sus manos temblaban.

Mientras se vestía frente al espejo, vio su reflejo: una chica con los ojos apagados y la sonrisa rota, que alguna vez soñó con un amor de cuento… y ahora iba a casarse con un hombre que ni siquiera la soportaba.

Se pasó los dedos por el cabello, intentando darle forma, pero terminó dejándolo suelto, lacio, cayendo desordenado sobre sus hombros.

Un poco de rubor, un toque de labial nude y un perfume suave.

Nada más.

—¿Así vas a ir? —preguntó Olivia.

—No pienso arreglarme para alguien que me odia —respondió con una sonrisa amarga.

Tomó su bolso y el celular.

—No te preocupes. Solo hablaré con él y volveré.

—Ten cuidado, Vi —susurró Olivia con los ojos vidriosos.

—Siempre. —Y salió, cerrando la puerta con un clic que sonó demasiado definitivo.

El restaurante Étoile era el más exclusivo de la ciudad.

Luces cálidas, piano suave de fondo y el aroma de vino caro flotando en el aire.

El chofer abrió la puerta del auto y Violeta bajó, recibiendo la brisa fría de la noche.

Entró con pasos lentos, su mirada recorriendo el lujoso lugar hasta detenerse en una mesa apartada, donde Damien Sen ya la esperaba.

Su presencia imponía.

Traje negro, corbata gris, postura perfecta.

Su rostro, aunque sereno, transmitía una tensión peligrosa, como un volcán a punto de estallar.

Cuando la vio, no sonrió.

Solo asintió, con ese gesto de superioridad que tanto la irritaba.

—Siéntate. —Su voz fue firme, autoritaria.

Violeta apretó los labios y obedeció.

El silencio se volvió incómodo.

Podía sentir su mirada fría sobre ella, evaluándola, juzgándola.

—¿Me vas a decir por qué me citaste aquí o quieres que adivine? —preguntó, intentando mantener la calma.

Damien no respondió de inmediato.

Deslizó su celular sobre la mesa.

En la pantalla, el titular de las noticias brillaba con ironía.

“La futura señora Sen celebra su despedida en un bar de strippers.”

—¿Te suena familiar? —preguntó con sarcasmo.

Violeta abrió la boca para explicar, pero él levantó una mano, cortándola en seco.

—No quiero excusas. —Su voz sonó gélida—. Solo quiero dejarte claro algo, Violeta Meil.

Ella frunció el ceño, sintiendo cómo la rabia le subía al pecho.

—¿Y qué es lo que quieres dejar claro?

Damien la miró fijamente, con una sonrisa que no alcanzó sus ojos.

—Que, aunque nuestro matrimonio tenga fecha de caducidad, me serás fiel hasta el último día.

Violeta lo observó incrédula.

—¿Fiel? —repitió con un hilo de voz—. ¿A un matrimonio falso?

—Sí —respondió con frialdad—. Porque aunque no te ame, llevarás mi apellido. Y mientras lo lleves, te comportarás como una esposa ejemplar.

Violeta soltó una risa sarcástica.

—¿Y qué se supone que eso significa?

Damien se inclinó hacia ella, con los ojos entrecerrados.

—Significa que estoy cansado de tus escándalos. Aún no nos casamos y ya me haces quedar como un idiota ante la prensa.

Ella apretó las manos sobre la mesa.

—Yo no te pedí este matrimonio, Damien. Ni siquiera quería verte.

—Perfecto —dijo él, impasible—. Así es más fácil. Porque no necesito una esposa cariñosa, solo una que no me avergüence.

El tono de su voz era tan cruel que por un momento Violeta sintió un nudo en la garganta.

Pero no iba a darle ese gusto.

—¿Y qué esperas de mí, entonces? —preguntó con sarcasmo—. ¿Que me quede encerrada en casa fingiendo ser la esposa perfecta mientras tú sigues con tu vida?

Damien asintió sin dudar.

—Exactamente. Serás una ama de casa ejemplar. Nada de trabajo, nada de fiestas, nada de escándalos.

Violeta lo miró con incredulidad.

—¿Qué? ¿Ama de casa? No pienso quedarme encerrada como una muñeca. Yo quiero trabajar.

—No mientras estés casada conmigo —replicó él con firmeza—. No quiero verte ni cerca de una oficina.

Violeta sintió una punzada de furia en el pecho.

—Eres un hipócrita. No me quieres, pero tampoco me dejas vivir.

Damien la observó con esa calma aterradora que lo caracterizaba.

—Yo no soy tu sueño romántico, Violeta. Soy tu realidad. Y esta realidad tiene reglas.

Ella lo fulminó con la mirada, conteniendo las lágrimas.

—¿Y qué pasa con tus reglas, Damien? ¿Tú sí puedes hacer lo que quieras?

—Yo no tengo que dar explicaciones —respondió con un tono bajo, casi venenoso—. Y ni pienses que después de este escándalo voy a tocarte.

El corazón de Violeta se estremeció, pero su orgullo fue más fuerte.

Él no lo sabía, pero ella seguía siendo virgen, y la idea de que un hombre como Damien insinuara que no era digna de ser tocada le dolió más de lo que quiso admitir.

—No te preocupes —dijo con una sonrisa amarga—. No necesito que me toques.

Damien arqueó una ceja.

—Bien. Así no tendremos problemas.

Se recostó en la silla, exhalando lentamente.

—En dos días es la boda. Quiero que dejes de llamar la atención y te comportes como una Sen.

—¿Una Sen? —repitió ella con burla—. No creo que pueda aprender a ser tan frío y arrogante en tan poco tiempo.

Él sonrió con suficiencia.

—Lo aprenderás. O te aseguro que la familia Meil quedará en quiebra antes de que termine el año.

Violeta lo miró fijamente.

Por dentro ardía, pero por fuera solo sonrió con ironía.

—Entonces no te preocupes, “esposo”. Seré la esposa perfecta.

Damien se levantó, ajustando su saco.

—Y otra cosa —agregó, mirándola con dureza—. Cuando nos casemos, Olivia tiene prohibida la entrada a la mansión. No quiero a esa clase de influencia cerca de mi casa.

El corazón de Violeta se apretó.

Olivia era lo único que le quedaba, su única amiga real.

Pero no le dio el gusto de verlo.

—Perfecto —respondió con voz firme—. Total, ya no me quedará nada más que obedecer.

Damien asintió y se dio media vuelta.

Antes de irse, se detuvo un segundo y le dijo sin mirarla:

—Recuerda, Violeta. En este matrimonio tú llevas mi apellido… pero las reglas las pongo yo.

Y se marchó, dejando tras de sí el aroma de su perfume y un silencio insoportable.

Violeta se quedó sentada, con las manos temblorosas y el corazón hecho pedazos.

Las lágrimas querían salir, pero las contuvo.

No iba a llorar por él.

No por alguien que solo sabía destruir.

Se levantó despacio, pagó la cuenta y salió del restaurante con la cabeza en alto.

Los flashes de los reporteros la esperaban afuera, pero esta vez no bajó la mirada.

Porque aunque Damien Sen creyera que podía controlarla, ella sabía que ningún contrato, ni apellido, podría domar su espíritu para siempre.

Mientras subía al auto, miró por la ventana, dejando que las luces de la ciudad se reflejaran en sus ojos.

Sabía que lo peor estaba por venir.

Pero también sabía que un día, cuando todo esto terminara, ella sería libre otra vez.

Y ese pensamiento, aunque pequeño, fue suficiente para devolverle un poco del fuego que él había intentado apagar.

“Podrán obligarme a casarme, pero jamás podrán enseñarme a amar por obligación.”

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maylen urquiza
querida autora tu eres la única que tienes el poder de hacer que Damien cambie su forma de pensar por favor no lo dejes hacer algo de lo que después se pueda arrepentir y no tenga retorno ya sea que se quede con violeta o no solo tu sabes el final de la novela espero actualización
Maya
Estúpido el fue el único culpable a ahora se hace el cojudos si ese hombre le hace la vida imposible a su ex esposa no se merece as quedarse con ella al final
Maya
Estas sin ella por estúpido por confiar en esa zorra
maylen urquiza
hola querida escritora por favor no nos dejes así con estas ganas es que tú novela está tan buena que todos los días espero con ansias tu actualización por fis has que Damien se coma su hígado por berraco y que pruebe un poco de lo que le hizo a la pobre de violeta
Marisol Ayala Gonzalez
feo
Maya
Esta feito
Maya
Estúpido sigue dejando a esa zorra qué este cerca de él se supone que tiene cámaras en su despacho porque no revisa ese estúpido todo le cree a esa desgraciado es un pendejo
Maya
Estúpido por creer en esa mujer
Maya
Tan rápido lo perdono
Jessica Gonzalez
espero que no se quede con el
Jessica Gonzalez
asta ahora me gusta mucho está novela el ego de Damien es muy grande pero se encontrará con ella que no se dejará pasar a llevar
maria alejandra landaeta
excelente 😘
maylen urquiza
por favor querida escritora no me hagas sufrir más a nuestra querida violeta deja que ese mamón se de cuenta de la arpía que es esa mía pero que sea demasiado tarde y que ya violeta se le haya borrado ese amor y que le pongas a alguien que si la ame de verdad y que ese idiota de Damien se coma su hígado cuando se de cuenta que perdió a la mejor mujer que pudo tener a su lado gracias y espero su actualización 🥰🥰🥰
Maya: Lo típico de todas las historias esas zorras llegan y el estúpido se creen el cuento
total 1 replies
bela
por favor en lo mejor...espero que se valla que mande todo por un caño un asco de hombre.....espero que actualicé y que conozca la bruja que esta poniendo en su propia casa No aguanto esto ....que asco
maylen urquiza
uf querida escritora me tienes con los nervios de puntas y loca por ver cómo termina está belleza de novela que me tiene loca desde que la empecé a leer por favor actualiza rápido y que tan lindo como hasta ahora gracias 🥰🥰🥰🥰🥰🥰🥰
Gladys Torin
Que horror, me dejas en ascuas, no se vale
maylen urquiza
hola querida escritora me tienes loca con esta novela espero que nuestra querida violeta no sufra tanto y espero que el idiota de Damien se de cuenta de lo que está perdiendo por ser un tonto de lo peor y que cuando se de cuenta de no sea demasiado tarde para recuperar a nuestra querida violeta espero que siga así de linda y hermosa tu novela como hasta ahora la cual me gusta mucho 🥰🥰🥰🥰
maylen urquiza
querida autora me tienes enganchada con la novela por favor sigue actualizando así rápido 🥰🥰🥰🥰🥰🥰
maylen urquiza
hasta ahora excelente escritora espero y hagas que ese estúpido se arrepienta de haberla tratado como lo hizo y que cuando quiera regresar ella ya lo haya olvidado que se encuentre un hombre que la ame de verdad y la respete por lo que es y por favor no la embarazes de ese estúpido porque no se la merece ella merece algo mejor
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