Elizabeth es una chica de 20 años con sueños y metas que desea cumplir. una mañana al despertar su padre le informa que es una mujer casada y debe irse a vivir con su esposo. Elizabeth no puede creerlo, y así comienza una historia de amor.
¿Puede al final la vida ser justa con ella?
¿Podrá ser realmente feliz?
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Al terminar la misa, Natalia; junto a los abuelos maternos de Elizabeth, esperaron a que la chica saliera.
Emma les contó todo lo que había sucedido. La razón, por la cual, José ni Diana se presentaron en la misa.
Furiosa, por la actitud de Elizabeth, por no ayudar a su padre ahora que tanto lo necesitaba, convenció a Anna de hablar con su nieta, y hacerla entender que su deber como hija es ayudar a su padre.
Elizabeth no quería quedarse ni un solo momento más ahí. Sencillamente, la presencia de Emma la molesta mucho. Si se quedaba un solo minutos más, haría un escándalo.
________ Querida, te vas sin despedirte de nosotros. ______ Dijo Natalia.
_______ Quisiera quedarme por más tiempo, pero no me agrada tanta hipocresía de algunas personas. Es mejor que me vaya, y tome un poco de aire fresco. ______ Contestó Elizabeth, sin quitarle la mirada a Emma, que estaba junto a Natalia y Rafael. "Sus suegros"
_______ Llevamos 12 años sin verte. No sabes lo mucho que te hemos extrañado. Deberías darte la oportunidad de convivir más con nuestras familias.
Amargamente, Elizabeth sonrió. El ambiente ahí se hizo demasiado tenso, era un verdadero martirio, para ella hablar con personas como lo eran sus abuelos.
Ya que no podían convencer a Elizabeth. Natalia se dirigió a Mario. Si el hombre era inteligente como lo pensaban, haría todo por quedar bien con ellos.
_______ Señor Wlop, nos presta un momento a muestra nieta. Queremos hablar con ella a solas, la extrañamos demasiado, y queremos demostrarle nuestro Cariño.
Mario sintió el cuerpo de su esposa ponerse tenso. Era claro que Elizabeth estaba mal. Sin pensarlo, Mario contestó.
_______ A mi esposa le duele la cabeza. Si desean hablar con ella hagan una cita.
Mario dio dos pasos al frente con Elizabeth. No obstante, el abuelo de la chica se interpuso en su camino. Era la única oportunidad que tenían para hablar con ella y convencerla de ayudar a su hijo José.
Ver que no tenían ninguna intención de darse por vencidos. Elizabeth cedió hablar con sus abuelos, y escuchar todo lo que tenía que decirle.
Colocó sus manos en el cuello de Mario, mirándolo a los ojos, dijo convencida.
_______ Vayan a la camioneta y esperame ahí. En un momento iré.
Mario bajo la mirada, viendo la determinación de la chica delante de él. Bajó un poco la cabeza y le dio un beso en los labios a su esposa.
Sin decir nada más, soltó sus manos de la cintura de la chica, y fue con la abuela a subir a la camioneta. De todas maneras estaría atento a cualquier cosa, no permitiría que le hicieran ningún daño.
Sonriente por la decisión de Elizabeth, Emma se alejó. Dejando que Natalia y Ana convencieron a la chica de ayudar a su esposo.
_______ Cariño, ven con nosotros. Necesitamos que hablemos de algunos asuntos familiares.
Las dos ancianas toman los brazos de la chica y la llevan a un pasillo solitario. Junto a los dos hombres, intentarán convencer a Elizabeth para que ayude a José.
Ahora que está casada con un hombre tan poderoso como lo es Mario. Para ella no sería nada difícil convencerlo para ayudar a su padre a recuperar la misma posición económica a la que estaba acostumbrado.
_______ Qué bella eres, Elizabeth. Eres idéntica a mi difunta hija Jimena. Si estuviera con vida, estaría orgullosa de ti. _____ Ana, le hace una tierna caricia en su mejilla.
La chica alejó suavemente la mano de la anciana. Dio medio paso hacia atrás, y contestó.
_______ Me lo han dicho tantas veces. Lástima que han desaparecido todo rastro de ella. ______ Respondió, dibujando una línea entre sus labios.
______ Cuando quieras puedes ir a la mansión de nosotros. Allí hay muchas fotos de mi hija. ______ Insistió Ana.
_______ Todo es muy conmovedor. Por poco derramó lágrimas.
______ Dudo mucho que solo me hayan traído para hablar del parecido que tengo con mi madre y de las fotos de ella.
Las dos ancianas cambiaron su expresión. Creyeron que sería más sencillo manejar a Elizabeth, pero la chica tenía el mismo carácter que su madre.
Así que las dos ancianas fueron directo a lo que les interesaba y era ayudar a José.
______ Las empresas de tu padre están pasando por un mal momento. Tu deber como hija es ayudarlo.
_______ ¿Mi deber como hija es ayudarlo? ¿Por qué? Yo que sepa no le debo nada a ese hombre. Creo que no lo puedo llamar ni padre, y a ustedes no les puedo llamar abuelos. Son títulos que no les quedan.
Natalia se tuvo que contener para no darle una bofetada a Elizabeth. No quería empeorar las cosas, prefería convencerla por las buenas.
_______ Entendemos que estés molesta por lo que tu padre te hizo. Pero, comprende, tu madre murió y él tuvo que hacer su vida con otra mujer.
Antes de que Natalia terminara de hablar dijo la chica.
_______ Fueron 8 años encerrada en cuatro paredes. De las cuales no podía escapar. A nadie le importó su dormía, comía, o si era golpeada y castigada por las monjas ahí. A nadie le intereso mi suerte por ocho malditos años.
______ José Wilson, solo depositan mensualmente una cantidad de dinero. Para que me tuvieran encerrada ahí. Cuando cumplí los 18, ya nada me podía mantener enjaulada. Salí y busque un trabajo, dos años, trabajo, para cubrir mis estudios... ¡¿Dónde estaban ustedes todos estos años?!
______ Ahora que me ven del brazo de un hombre poderoso, se acercan a mí, y me piden que ayude al hombre que nunca fue mi padre. Esto es la peor tontería que escuchado en toda mi vida.
Todos los se quedaron sin saber que decir. Elizabeth se dio la vuelta dejándolos a todos sorprendidos.
Se dirigió hasta la camioneta de su esposo, al subir, otro auto de color negro se estacionó a lado.
_______ Llegamos tarde, la misa en honor a tu madre se ha terminado. _____ Susurró César con tristeza.
_______ No, importa. Podemos mandar hacer una, y mil más. ______ Contestó Jimena, abrazando a su padre.
César volteó a ver por el espejo del auto. Mirando a una mujer idéntica a su amada Jimena. Su cuerpo tembló violentamente, no podía creerlo...
Ninguna mujer en el mundo podía parecerse tanto a otra. Cerró los ojos, creyendo que era solo una ilusión de su mente, al abrirlos, a su lado, ya no había nada.
Felicitaciones.