LA ESPOSA DE LA BESTIA.

La mañana llego, Ciel abrió los ojos notando que Aleksander ya no se encontraba a su lado. Después de un baño y ponerse un vestido adecuado para el clima, bajo hacía el vestíbulo, donde los sirvientes iban y venían debido a sus deberes, pero al pasar y verla, saludaban dándole los buenos días con una reverencia, por supuesto Ciel correspondía el gesto, hasta que le pregunta a uno de ellos por Aleksander.

— su excelencia esta estrenando en el patio trasero.— responde una de las doncellas.— ¿gusta que la guíe?

— te lo agradezco.— responde Ciel.

La doncella, una mujer ya mayor, le habla de como todos estaban tan ocupados debido a la llegada del invierno, pues deben recolectar víveres y leña para estar preparados, afortunadamente las bodegas cuentan con cristales de mana que evitan que las frutas y verduras se echen a perder, también cuentan con un invernadero con plantas medicinales y de consumo. La cria de ganado y aves, también les ayuda para que no haya escasez de carne. Todo esto, gracias a que el duque que siempre esta al pendiente de su gente.

— nos alegra ver que se ha casado, y por lo escuche de su alteza el príncipe, usted es una buena persona que no juzga a su excelencia por su apariencia.— menciona la mujer con alegría.

— he aprendido a no juzgar a las personas por como se ven o visten. Prefiero conocerlas y después tener un juicio sobre ellas.— responde Ciel.

La doncella sonríe por las palabras de la joven, al parecer el duque se ha casado con una buena mujer. Al final de aquel pasillo, pasaron por un jardín muy bien cuidado y al pasar un pequeño muro de arbustos, llegaron al campo de entrenamiento, varios caballeros estaban practicando, otros ayudaban a mover las herramientas de entrenamiento y otros simplemente descansan.

— como puede ver, a esta hora hay mucho movimiento y normalmente las mujeres no vienen a este lugar.— explica la doncella.

— entiendo porque. Solo quiero hablar con el duque para saber cuales serán mis responsabilidades.— no quiere estar sin hacer nada todo el día, sería bastante aburrido.

La doncella llama a uno de los caballeros para preguntar por Aleksander, ya que su esposa lo busca, al chico al ver a Ciel sonríe y va en busca del duque. El chico no tarda en regresar y les pide seguirlo, van hacía la zona donde hay un edificio, ahí caminan por un pequeño pasillo y llegan ante una puerta, el chico toca, escuchando la voz de Aleksander dentro permitiendo el paso.

Ciel es quien entra sola, mientras la doncella espera fuera. Aleksander estaba concentrado en un par de documentos, hasta que al sentir el aroma dulce de su esposa, levanta la vista y le hace una seña para que pase a sentarse.

— se fue antes de que despertara.— toma asiento.— y no pude hablar con usted sobre mis deberes en este lugar.

— es verdad, lo lamento, normalmente lo que le corresponde a la duquesa lo hace el mayordomo, pero le pediré a él que traspase esas tareas a usted y que le enseñe.— responde tranquilo.

— bien. Respecto a la expedición, supongo que usted y sus tropas estarán fuera muy seguido...—

— así es, la expedición es para mantener segura la frontera, la guerra terminó, pero, aun hay rebeldes por ahí que causan problemas, y algunos nobles también.— explica Aleksander.

— entiendo, ¿el Ducado ha tenido algún problema debido a esto?, necesito saber por si debo prepararme para un posible ataque o algo parecido.— pregunta.

— un escuadrón se queda en el Ducado y ellos saben que hacer en caso de problemas, lo cual es poco probable que pase.— responde mientras le pasa un documento.

En este viene la información del escuadrón que se estará quedando y los puntos exactos donde se ubican para su guardia. Aleksander le dice que en caso de emergencia, los sirvientes ya saben que hacer para protegerse y las rutas de evacuación en caso de ser necesario, lo cual se le hará saber a Ciel por medio del mayordomo.

— por hoy, puede pedirle a la misma doncella que le trajo que le enseñe el castillo, mañana el mayordomo empezará a instruirla en sus deberes.—

— de acuerdo, entonces si eso es todo, me retiro.— se pone de pie haciendo una reverencia.

Ciel da media vuelta para caminar hacía la puerta, pero justo cuando esta por abrirla, la mano del Duque presiona la puerta evitando que la abra, Ciel al voltear puede ver a Aleksander mirándola fijamente y este se había quitado la máscara, Ciel mantiene su mirada en alto.

— ¿que pasa?, ¿acaso su excelencia quiere que me quede más tiempo?— pregunta.

Aleksander solo sonríe ladino ante la pregunta de la joven, pero lejos de decir algo, solo usa la mano libre para sujetar el mentón de Ciel y se inclina para unir sus labios en un beso. Ciel entrecierra los ojos, ya se le hacía extraño que la haya detenido antes de salir. Cierra los ojos por completo correspondiendo el beso, Aleksander disfrutaba saborear esos suaves y deliciosos labios, desde que los probó, le han encantado.

Al sentir que el beso era correspondido, le colocó el seguro a la puerta y sujeto firmemente la cintura de Ciel, para levantar su pequeño cuerpo y llevarla hasta el sofá que había en un rincón de la oficina, ahí la recostó sobre este y se cómodo encima suyo sin romper el beso, Ciel no esperaba que el Duque hiciera algo así, pero tampoco le molestaba, después de todo ahora era su esposo y no tenía objeción alguna en consumar el matrimonio.

Pronto sintió la mano del duque colarse bajo la falda se su vestido, acariciando su pierna, Ciel se sobresalta, pero el beso la mantiene distraída, era más fogoso ahogando suspiros mientras sus lenguas presionaban entre si. Aleksander estaba gustoso, pues la chica no le era indiferente y eso le hacía saber que en la noche, podrá devorarla por completo, aunque quiere darle una pequeña muestra de lo que le espera. Deslizo su mano dentro de su ropa interior hasta presionar un par de ded*s sobre la intimidad de la joven, la cual rompe el beso al soltar un jadeo, Aleksander aprovecha esto para besar la piel de su cuello, mientras que sus ded*s seguían en lo suyo, frotando entre sus suaves pliegues, hasta tocar ese punto de placer que la hace arquear la espalda y jadear un poco más fuerte, aunque enseguida ella misma se cubre la boca con ambas manos sabiendo que tras la puerta la espera la doncella. Ciel sentía como los ded*s del Duque jugueteaban con ese pequeño punto que la estaba causando un cosquilleo por toda su parte baja, recorriendo su espalda y moviendo de forma inquieta las piernas. Aleksander observa fijamente las reacciones de su joven esposa, era todo un deleite la expresión de placer que tenía en su rostro.

Ciel cerro los ojos, disfrutando esa sensación que recorría su cuerpo, su respiración era agitada, mientras aún cubría su boca con ambas manos, ocultando sus jadeos. Sentía los ded*s ajenos frotar y presionar ese punto exacto y pronto, esos mismos entraron en su interior, moviéndose en leves estocadas hasta que el vaivén se hizo más rápido llevándola al clím*x. Aleksander sonrió al ver la expresión de la chica y su cuerpo temblando con la respiración agitada, la humedad en su mano era muestra de que ella había alcanzado el extasis. Cuando Ciel abrió los ojos, vio a Aleksander lamerse los ded*s que hasta hace unos segundos estaban dándole placer.

《Vaya descarado.》pensó rápidamente.

Y es que Aleksander mostró una sonrisa picarona cuando noto que Ciel lo miraba. Tras esto se aparta de la joven y ella logra pararse pero sentía un cosquilleo en su parte baja y sus piernas aun temblaban un poco. Aleksander se acerco a su oído.

— en la noche pienso continuar.— le susurro con una voz excitada.

Un escalofrío recorría la nuca de Ciel, pero miro al Duque y sonrió de forma coqueta.

— lo estaré esperando ansiosa, su excelencia.—

Dicho esto, ahora si se apresuro a salir de la oficina, mientras que Aleksander solo se relame los labios, emocionado por lo que le esperaba esta noche.

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