Del Caos A Las Estrellas.

Caos y Pasión 22

Capitulo 22. Dónde está Carlo.

Elsa ISASA

Las cosas cambiaron bastante en la empresa Brasco. El asistente de Carlo, Luis, se presentó en la casa de Virgilio Brasco en busca de Roberto, el primo del jefe.

Vino acompañado por la secretaria Martina.

Traían el memo del jefe que dejaba a Roberto a cargo de la presidencia por tres días.

– ¿Tres días? - Virgilio estaba asombrado -¿ cual es el motivo?- preguntó.

– Un viaje imprevisto del señor Carlo por tres días. Y dice que su primo, es la persona indicada para cubrirlo. ¡Con nuestro asesoramiento claro!--

– ¿Viaje imprevisto? Lo llamaré. ¿Cómo no ha consultado conmigo?- dijo Virgilio.

– ¿Y Roberto? ¡Por Dios! Mi sobrino solo ha entrado en la empresa para retirar cheques o préstamos. ¿Qué sabe de carros y de negocios?

– Despertaré a Roberto. Aún duerme - dijo Manuela. Hoy tenía programado ir a el Spa con la Señora Eugenia.Tendre que acompañarla yo.

El movimiento de la casa de los Brasco se hizo incesante por unos momentos.

– Oh. ¡Mi primo es un genio!Les juro tíos que no se desilusionaran. Mi paso por la empresa será glorioso. - Robert estaba feliz. Por fin alguien confiaba en él. Claro que no sabía nada de negocios pero aunque más no fuera, transformaría esa empresa aburrida con nuevos diseños para los espacios y nuevos uniformes para el personal.

– Virgilio. No dejes a Robertito solo. Debes estar presente.¡ Nuestro sobrino no es de fiar en los negocios!

– Lo sé muy bien. No pienso dejarlo solo. Recuerdo que tenía 18 años cuando hizo un acuerdo con un mafioso árabe. Para solucionar el problema Carlo y yo tuvimos que viajar por el desierto en camellos. - dijo Virgilio– llama a tu hijo. Quiero saber dónde ha tenido que viajar con tanta premura.

– ¿Crees que no lo he llamado?. No contesta el teléfono. El celular parece estar apagado o en zona sin cobertura. Esto es el acabose. Lo único que te pido es que no dejes a Roberto decorar el escritorio. - respondió Eugenia recordando los cuadros de las paredes de su sobrino.

El viaje imprevisto de Carlo Brasco parecía Top secret. Nadie en la empresa daba cuenta de su destino.

La agenda de Carlo detallaba las últimas reuniones que había tenido pero de ellas no se sacaba nada importante. Martina no había reservado vuelos a ningún lugar y parecía más callada que de costumbre.

La nueva agenda presentada por Luis al Señor Robert, llevó a Virgilio y su sobrino de reuniones en reuniones. Acuerdos y compras se matizaron con pedidos de flores para los escritorios, regalos de vouchers para peluquerías de renombre a las empleadas femeninas. Detalles de Robert que no causaron mayor preocupación en Virgilio. Su sobrino parecía dispuesto a aprender del negocio con buen ánimo.

Estaba impecable. De traje y sonrisa perfecta, participaba en los encuentros tomando nota con una secretaria a su lado.

A la noche cuando regresaron a la casa fueron atosigados por preguntas de Eugenia y Manuela.

La principal : ¿dónde estaba Carlo? No podían responder. Era una incógnita.

Virgilio estaba cansado. La lucha por los negocios era para él un pasado brillante al que tuvo que volver por la ausencia de su heredero. Pasaba sus días en el jardín o practicando golf. Pero esa nueva vida tranquila se vio interrumpida por la ausencia de Carlo.

– ¿Y cómo le fue a Robert?

– Muy bien. Aunque no creas se ha comportado atento y con intervenciones inteligentes en los acuerdos. A veces bostezaba. Pero es normal. Ese muchacho nunca trabajó. - respondió Virgilio.

– O sea que Carlo ha hecho un gran trabajo. Interesar a Robert en la empresa fue una buena idea.

– Aparte de sus recomendaciones sobre la presentación del personal y las flores en los escritorios su condición personal, no fue un impedimento. Creo que será de ayuda en el futuro para Carlo cuando regrese. -

– ¿Regrese de dónde? Está es la incógnita. ¿Crees que tendrá que ver con su interés por la doctora Velotti?

– ¡Tres días con una misma mujer! Acaso no conoces a tu hijo Eugenia. Ojalá las cosas fueran diferentes.Por un momento pensé que realmente estaba interesado en esa chica. -

– Así es. La doctora Velotti me informó que el día que Carlo llegó tarde había salido con ella. Y mira que le advertí. Pero lamentablemente las cosas ya habían pasado y ella parecía resignada. “Conozco muy bien a los mujeriegos, no sé preocupe”, me dijo. - respondió Eugenia -¿No viste en su agenda ninguna indicación de viaje programado ?-

– Nada. Luis y Martina parecen agentes secretos. No largan ninguna información. ¿Y si llamas a la doctora Velotti? Quizás ella tenga una pista. –

– Esa chica era ideal para nuestro Carlo. Sería, trabajadora, bonita. Pero ella misma me comunicó que la relación entre ellos era circunstancial. - respondió Eugenia-. La llamaré.

– Y yo veré a quién dirigirme para enviar un aporte de la empresa a ese hospital.

El director, doctor Peña, recibió la noticia con asombro. Era la primera empresa que se importaba en hacer una donación importante.

– Es magnífico. Incluso tengo envidia. Justo cuando me jubilo tendrá el hospital los aparatos médicos de última generación.

– ¿Se jubila? Oh. Que pena.¿Y quién cree usted que sería el Galeno más indicado para el cargo?

– Ese tema está fuera de nuestro alcance Señor Brasco. Son decisiones gubernamentales. ¡Ojalá pudiéramos traer un especialista de renombre como el cirujano Dartes de Bruske! Pero es como intentar bajar una estrella.. - dijo resignado.

– Me ocuparé del caso. - dijo Virgilio -tengo conexiones políticas y…

Pero la charla de golpe se interrumpió con el grito de su mujer.

– Virgilio!¡ Hablé con la doctora Mariusa !¡ Mar Velotti pidió tres días de licencia !- dijo emocionada.

– Y?- Contestó Virgilio.

– Tres días Mar. Tres días Carlo. ¿Pueden acaso haber viajado juntos? – los ojos de Eugenia brillaban esperanzados.

Quizás, solo quizás, su hijo está vez, realmente se había enamorado de verdad.