Alexander Williams, es obligado a casarse con Valentina, la chica Curvy, para así el obtener el puesto de jefe en las constructora familiar.
Valentina no sabía quién era su prometido hasta el día de la boda, para ella fue el hombre más guapo, varonil, que ha visto en su vida, y fue amor a primera vista.
Para Alexander, fue lo peor del mundo, la miro con desprecio, incluso la tocó solamente en su noche de bodas, y eso porque estaba ebrio.
Valentina descubre la infidelidad de su esposo, y eso le causo un profundo dolor porque apesar de su indiferencia ella lo ama. Sabe que su esposo le pedirá el divorcio y aunque su corazón roto, está preparada para poner las cartas sobre la mesa, porque Alexander no se puede divorciar, al menos que ella lo quiera, fue algo estipulado en el contrato que el cabecilla les hizo firmar.
Valentina, le impone reglas a Alexander para así firmarle el divorcio ¿qué reglas serán?
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Es tu maldit@ culpa
—padre no te sulfures, por favor tu salud— suplico Alexander
—¡Promete que no te vas a casar con esa mujer!— aunque él cabecilla está respirando con difícultad, en su tono de voz se puede oír su disgusto
Alexander baja su mirada.
—promete que Valentina será tu única esposa, la única señora Williams de la quinta generación
—padre... Lo prometo— lo dijo entre dientes Alexander y el cabecilla suspira con cansancio
—estoy viejo, y la muerte ya me respira en el cuello— retoma aire el señor Williams —Valentina es la ideal, yo también fui obligado a casarme con tu madre, y aunque fui tan maldito con ella, la amo, y no puedo vivir sin esa mujer, porque cuando eres sabio tomas las mejores decisiones, y yo...— el señor Williams, respira profundo
—podremos hablar de ésto luego padre— aconseja Alexander, ya que el señor Williams no está con la capacidad de hacer fuerza para hablar
—escucha... La elegí para ti, porque estoy seguro que es la mujer ideal, cómo dijo mi estimado padre, "la elegí para ti, porque es de buen corazón" y mucha razón tenía, porque si tú madre no fuera de buen corazón, me hubiera dejado cuando le falle como esposo, y mira que me costó reconquistar su corazón, pero aquí estamos, es mi tesoro, las mujeres de la calle dan el placer Alexander, pero las de la casa, dan amor, cuidado, atención, amor incondicional, y buen placer si uno como hombre lo hace como debe ser, no seas tonto hijo, no pierdas a esa chica, mira lo hermosa que es, te puedo asegurar que esa mujer que es tu amante, solo es por interés
—padre, Lore es la mujer con la que me quería casar, solo que nos distanciamos un poco, pero...
—pero nada, tu esposa es Valentina Williams, no acepto otra mujer en esta familia, no manches el nombre de Valentina, ahora entiendo su comportamiento contigo, no creas que no me di cuenta el día que fuimos a almorzar a tu casa, es muy notable su disgusto y dolor, soy viejo, pero un viejo que tiene experiencia porque estás canas no son pintadas— el cabecilla vuelve a toser
—no te angusties padre, haré lo correcto, solo dame tiempo
—El tiempo es lo que no hay, es todo o nada
Alexander se mantiene en silencio meditando las palabras de su padre.
—vete Alexander— ordena el cabecilla
Alexander suspira y mira una vez más a su padre para luego salir, se siente culpable.
—¿Quién envió esas putas fotos?— se pregunta mentalmente Alexander
Al llegar a la sala de espera, puedo contemplar la angustia de su madre.
—¿Cómo está tu padre, hijo?— la señora Williams se acerca a Alexander
—esta bien, solo necesita descanso, puedes ir con él— le informo Alexander sin dejar de mirar a Valentina
La señora Williams se marcha dejándolos solos.
Alexander se acerca a pasos firmes hacia su esposa. —¿Contenta?— pregunto él con resentimiento
—¿De qué hablas?— Valentina lo mira con extrañeza
—¡Le enviaste fotos a mi padre donde estoy con Lore y proponiendo matrimonio!
—¡Estás loco!— frunce Valentina
—¡Es tu maldita culpa que mi padre este en esa camilla! Casi se muere ¿Eso es lo mucho que lo estimas?—
—¡Jamás haría algo así! ¡Cómo puedes pensar que fui yo!— Valentina siente ganas de llorar por la impotencia
—¡¡Por tu maldita venganza!! No toleras lo que ha pasado, ¡Casi matas a mi padre!
Valentina lo abofeteo fuertemente.
Alexander la agarro con fuerza del brazo, pero ella se suelta de tu agarre y luego lo empuja.
—¡Eres imbécil! ¡Cínico! Yo no tengo la sangre fría como tú, cómo para hacer algo que acabe con la vida del unico hombre que me quiere realmente, el único que me tendió la mano cuando más lo necesite, no soy tan cruel como para hacerle daño, todo esto que está pasando, son por tu putas malas decisiones, así que no tienes porque culpar a alguien cuando todo es tu maldita culpa.
Valentina está muy alterada, ella se marcha hacia la habitación del señor Williams, le duele, le duele mucho el corazón.
Al entrar con cautela a la habitación, retomando fuerzas, observa como el par de ancianos se abrazan, Valentina no lo pudo soportar, ella tuvo que salir de la habitación, se siente muy sensible, al menos el cabecilla está estable, prefiere venir luego.
Cuando llega nuevamente a la sala de espera, Alexander no está, lo cual agradece mentalmente, al salir de la clínica, Alexander está hablando con Lore.
Ella siente furor, pero no quiere discutir, se para en toda la orilla de la carretera y espera impaciente un taxi mientras se le salen las lágrimas.
—estoy segura que fuiste tú— se acerca Lore, pero Valentina la ignoro
—¡Basta Lore, vete a casa!
—no Alexander, estoy cansada de esta gorda, ella está manipulando a todos, incluso a ti con divorcio, ¿Por qué no lo aceptas? ¡Alexander me ama! Deja de atormentar su vida, él quiere estar conmigo, no molestes mas, firma el divorcio y vete de nuestras vidas
Valentina está furiosa y más porque el que es su esposo, no la defiende.
Valentina agarra del cabello a Lore y la atrae hacia ella —¡Mira maldita zorra! Si yo no le doy el divorcio a Alexander es mi puto problema! ¡Y estoy segura que fuiste tú la que enviaste esas fotos porque estás impaciente de que no firmó el divorcio y luego Alexander ya no se quiera divorciar de mi
—¡Suéltame estúpida!
—y dudo mucho que él no quiera estar conmigo, porque tan solo unos minutos, mientras teníamos sexo intenso, me dijo que le gustó, así que vete al mismísimo infierno— la empujó Valentina y camina hacia la carretera al ver el taxi
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hola lectoras, espero que hayan disfrutado estos tres capítulos, las quiero un montón, que Dios me las bendiga, sigan apoyando está historia, la cual si a la semana, tiene buenos votos y regalos, tendrá maratón, linda noche
