Él Simplemente Él.

◇◇NARRADOR OMNISCIENTE.◇◇

Luego del encuentro con Gabriel, que impidió una desgracia, Alina fué a un lugar donde había algo de sombra pero que también le llegaban los rayos de sol a través de las hojas de la palmera ubicó sus cosas de arte y decidió que haría los dibujos que ella misma pintaría luego en las paredes de la habitación de las niñas, tenía tantas ideas, que quiso dibujar todas y cada una de ellas. La señora que cocinaba le trajo los aperitivos, no dejaba de pensar en lo feliz que se sentía, en lo mucho que su vida cambió y en lo que cambiaría dentro de tres meses más.-

Su mente fue aún más allá, se imaginó con sus pequeñas allí mismo donde estaba sentada, ella dibujando, mientras ellas la acompañaban, sonrió, tal vez todas sus desgracias y todo lo que sufrió por fin y gracias a ellas acabarían, para siempre.-

En el interior de la casa en el piso de arriba frente al ventanal de la oficina que también allí era prohibida para ella dos hombres la observaban cada uno con un pensamiento diferente. Primero, estaba el que era su esposo, pero también su verdugo, el cual ahora la veía diferente, es que ahora, todo era diferente. Y luego, el otro hombre, que al verla y tenerla en sus brazos sintió un extraño deseo por ella, lo cual no era nada bueno pues esa mujer estaba prohibida para él pues era la mujer de su primo aunque la idea en sí le daba igual.-

Su curiosidad le llevó a preguntar.-

\=ya cumplieron un año de casados no?...

~pues sí, pero no lo hemos celebrado, no hemos podido, ella hasta ayer había estado en coma por una intoxicación en la sangre...

Gael respondió la pregunta sin dar más detalles. Y Gabriel no insistió pero preguntó.-

\=y ahora? harás algo?...

~no, no lo creo, en realidad estamos juntos pero no tenemos nada...

\=cómo es eso acaso no está embarazada de ti?...

~sí, por supuesto pero, tuvimos una historia y ella lo ha decidido así al despertar del coma...

Era cierto pero nunca contaría la verdad y menos a otro hombre, el cual no sabía disimular que su mujer le llamaba la atención. Gabriel al oír lo que le dijo su primo, pensó que no le estaba diciendo la verdad y lo conocía lo suficiente como para saber que la había engañado. No lo podía negar él mismo lo había visto en más de una ocasión con otras cuando coincidían es sus viajes.-

Gael sabía que a Gabriel no le importaba que Alina sea su esposa, pues era un hombre sin intenciones de llegar a comprometerse, conocía bien sus líos de una noche, sabía de sus relaciones casuales la cuales incluso mantenía con mujeres casadas. Que si está preocupado, no puede negar qué un poco sí, pero en realidad, sabe bien que Alina no es de esa clase de mujeres, aunque él la confinó a ser solo suya, ella no sería capaz de estar con otro hombre aunque lo odiara, además estaba embarazada.-

Así que no tenía que preocuparse demasiado, debería estar atento al tiempo que podrían llegar a pasar juntos, pues su primo pasaría seis meses con ellos, pero nada más.-

Alina se incomodó de llevar ya un buen rato en la misma posición así que cambió y en el momento que lo hizo vió que ambos hombres la estaban observándo, lo cual la incomodó de dos formas diferentes, la mirada del que aún era su esposo por que le resultaba invasiva ya no opresiva pero que la mirara así no le agradaba, y la de Gabriel, la alteraba, ese hombre tenía algo que desde el minuto uno la había atrapado decidió darles la espalda, el sol ya había bajado, el viento empezó a soplar más fuerte y a lo lejos se oían los primeros indicios de que sin dudas se desataría una tormenta.-

Lamentó que fuese así por que había estado muy a gusto ese rato allí, aún así tomó sus cosas y regresó al interior yendo directo a su cuarto de arte, en el momento en que los primos salían de la oficina, apresuró el paso y por más que la habían visto ella se encerró en el lugar, acomodó sus cosas colgando ya los primeros bocetos los cuales algunos pintaría directo en la pared y otros los haría cuadros para decoración de la que le diría a Gael quería que fuese un salón de juegos para las niñas.-

Ya casi estaba acabando cuando la señora que cocinaba la vino a buscar últimamente solía comer en su cuarto evitando a Gael, pero hoy tenían visitas, no estaba segura de que Gabriel supiera que ella vivía bajo el mismo techo que su marido pero ya no compartían -el lazo- de esposos. Así que se cambió y bajo a cenar con ellos.-

Ambos hombres estaban a la mesa ya compartiendo una copa de vino, ella se ubicó en el lugar libre evitando sus miradas, pero Gabriel le habló.-

\=entonces qué has estado dibujando durante toda la tarde?...

Y supo que estaba perdida, le hablaban de dibujo o arte y más aún siendo que lo hacía para sus princesas, sonrió y le contestó.-

×pues ya nos hemos enterado que serán niñas y he decidido empezar a dibujar lo que me encargaré yo misma de pintar en las paredes de su cuarto y los cuadros que pondré en su habitación de juegos...

Vió por el rabillo del ojo que Gale la miraba sonriendo, pero lo ignoró.-

\=interesante, espero pueda verlos, digo si quieres mostrárselos al futuro tío...

Se río, por lo que le dijo aunque no supo por qué al oír que se llamó tío se sintió molesta, aún así le agradó ver que se interesaba por algo que a ella le fascinaba como lo era dibujar, Gael nunca lo había hecho.-

×pues claro me encantaría, pero si te vas no será posible...

Entonces Gael se incluyó en la charla

~podrás hacerlo pues Gabriel vivirá seis meses con nosotros...

No sabía nada ni se lo hubiese imaginado.-

\=así es!, así que Alina no tienes excusas...

otra vez esos cosquilleos en su bajo vientre, que no sabía que significaban, asintió y para evitar el tener que seguir sintiéndose así se excusó que estaba agotada que el postre lo tomaría en la cama y se retiró.-

Tomó el postre, mientras veía en una tablet, que Gael le había dejado en el cuarto de arte junto a una nota en la que le decía que podía usarla para hacer las compras de todo lo que quisiera para las niñas, estaba eligiendo algunas cosas que luego al saber cual sería el cuarto decidiría si las compraba o no, pero no lo hizo por mucho, pues realmente el cansancio le llegó, así que lo dejó para el día siguiente.-

Se despertó y comprobó que lo hizo gracias al ruido de un trueno, la tormenta se había desatado y decidió ir a verla en la sala, la lluvia en primavera o verano era una de las cosas que más amaba y disfrutaba, así que tomó una colcha por si le daba frío y bajó. Con lo que no contaba era con encontrar al primo allí, parado frente al ventanal con una taza de algo humeante en la mano, ella lo pudo ver cuando la luz de un relámpago iluminó la sala por una fracción de segundo. Y él la notó gracias al ruido de sus pasos al ir bajando la escalera.-

Él no se giró, lo hizo con toda la intención de ver si ella por su cuenta se acercaba, y funcionó. Ella atraída como por un imán, fue directo hacia el al verlo pero sobre todo al sentir su cuerpo calentarse gracias al imagen de "su primo" sin remera, lo había sentido por la tarde cuando la tuvo entre sus brazos el cuerpo firme y músculoso, sus anchos brazos sus manos, pero ahora la imagen era realmente demasiado, cómo decirlo llamativa para ser ignorada, se acercó y él le habló.-

\=tampoco puedes dormir?...

×eh no, no, lo hacía solo que me ha despertado la tormenta y me gusta ver la lluvia sobretodo por la noche...

\=pues en mí caso, no me trae buenos recuerdos así que para no tener mal sueño, prefiero esperar despierto a que pase...

×entiendo, qué tomas?...

\=té de lavanda, es bueno para relajarse, te invito uno?...

×claro, por qué no...

Ese primer encuentro no sería el primero ni el último, se empezó a repetir religiosamente cada madrugada durante todo un mes, mes en el cual se hicieron cercanos, tanto que ella le contó que su matrimonio fue un arreglo que el lazo de cónyuges no existía o bueno ella le puso fin luego de despertar del coma, pues aunque no se lo había dicho a Gael, lo vio engañandola en una ocasión.-

Para Gabriel no fue ninguna sorpresa desde un principio esa había sido su sospecha él también llegó a contarle cosas que eran muy suyas y ambos sin evitarlo desarrollaron por el otro deseos que sabían no estaban bien, sin embargo allí estaban sabían que no era amor, sobre todo ella por que aunque hubiese sido no lo podría aceptar ni corresponder, o más bien no se lo permitirían, los dos lo tenían bien claro.-

Él que por más que la deseara no la podría querer más que de forma física y ella le dejó claro que no buscaba amor, durante el tiempo que llevaba casada no lo había recibido y sabía que nunca lo haría, pero también que no podría buscarlo en otro lado. Las noches siguieron pasando, las cosas estaban dichas, así que era cuestión de tiempo para que pase lo que ambos esperaban.-