El Sabor Amargo De Tu Miel

Mario Petrel Carpíos...

El sonido de mi teléfono me hace despertar, ayer me levanté muchas veces, fui a revisar la habitación de Camila y ella dormía plácidamente.

Hay algo dentro de mí que me avisa de un extraño suceso no lo sé, jamás he sido supersticioso, pero es como si una sensación diferente, algo así como un desespero fugaz que siento por momentos y me hace sentir preocupado. Y lo primero que aparece en mi mente es ... Es ella Camila, no quiero pensar ni tener razón en que la hice quedar conmigo porque la quiero a mi lado y me sentiría fatal si algo malo le pueda pasar, por ni egoísmo, ella no tiene culpa alguna del embrollo que tiene mi familia por el campo de flores.

Me siento sobre el filo de la cama, y algunas imágenes me muestran una pintura en la que los que estamos en aquel lienzo somos Camila y yo, sentados en el campo de flores, como el día de ayer...

Un vago recuerdo de un sueño, se viene a mi, en el veo como Camila y yo estamos desnudos sobre una sábana de seda, disfrutamos el momento y es único, beso su piel, es tan suave, su aroma y yo la voy hacer mía. Hasta que suena mi teléfono y despierto húmedo.

Bajo para preparar café, la mañana está perfecta la lluvia de anoche dejo el cielo limpio y los árboles frondosos, coloco las tostadas y saco el jamón, mi teléfono suena otra vez y es Luca.

Contesto y lo que menciona Luca me deja perplejo. Me avisa que la nona, si la nona otra vez fue a la casa de mi madre y entro como si ella fuese la dueña y que aún permanece en la casa.

Vaya, al carajo todo lo que está pasando, llamaré a mi abogado y lo citaré, para hablar y que me aclare los ountos fijos que vienen sucediendo y que ponga distancia sobre mis propiedades, ya basta de que la nona se tome atribuciones que no le corresponden.

Doy un golpe a la mesa y descargo un poco de la rabia que me está invadiendo, voy al salón de ejercicios y golpeo fuertemente el saco de boxeo, estoy cansado de que siga insistiendo con el tema de querer adquirir las propiedades de mi madre, le avisaré a mi padre para decirle que esto se está tornando más complicado de lo que pensé.

... Y que me va a decir, que no soy suficientemente adulto para resolver los problemas, pero que hago, me voy y la enfrento con lo que me dijo Teresa, pero si es una mentira de ella así como las demás cosas.

Vaya que de un momento a otro las cosas se han complicado, salgo a mi habitación y enciendo la música, a volumen promedio, parece que Camila aún está dormida.

Luego bajaré para seguir con el desayuno.

Camila...

Despierto con mucha calma, el lugar y poco ruido de ciudad se siente aquí y marca una gran diferencia, me aseo y viendo la ropa que me trajo, me doy cuenta del gusto que tiene Mario, bueno voy saliendo, prepararé el desayuno y una melodía suave proviene de su habitación y aquí voy yo con mi imprudencia que me empuja a entrar sin pedir permiso, ni tan siquiera tocar, ya que la puerta está entreabierta.

... ¡Porque! Por qué cuando nací, Dios no me baño con más precaución y menos curiosidad... Entro y los colores neutros de su habitación son llamativos... El sonido de la música me empuja a seguir el sonido, el cual me lleva hacia el baño y hay...

¡Hay madre luminosa!

Y yo con mis ojos pecadores que me voy asombrando con los músculos, con sus bíceps, sus piernas y su... Su masculinidad...

Entro en razón y me giro sin mirar, me golpeo con la mesita y dejo caer la jarra con agua, vaya mi torpeza, lo que me lleva por ir detrás del chisme y según yo curiosidad por querer seguir la música, y vaya con la melodiosa anatomía que he visto.

Cuando estoy a punto de recoger los vidrios, la voz de Mario me deja los pelos de punta...

Mario... Escucho un sonido y me pongo en alerta, y si entraron a la casa, salgo de la dicha a toda prisa y lo que veo es a...

Camila

Camila está recogiendo unos vidrios, se voltea a verme y me doy cuenta de que estoy desnudo, ella se trata de cubrir los ojos, pero ya vi demás... Me sonrojo y agarro la sábana para cubrirme, pero que más me podía faltar, trato de avanzar y de que me hago un nudo en los pies y caigo al piso, Camila me viene ayudar y yo al pararme y lograr cubrirme quedo enfrente de ella y sus ojos se unen con los míos.

Este momento es mágico, me dejo llevar por sus ojos bellos, me acerco y ella hace lo mismo, nos acercamos más y más, tocó sus labios y nos unimos en un dulce beso, ese beso que tanto me gusta, mis manos van acariciando su cintura hasta llegar a su pecho y su respiración se agita, se separa de mí, está sonrojada.

(Camila) Perdón yo... Yo no debería estar aquí...

(Mario) No te disculpes. Yo soy el que lo siente.

(Camila) Yo me metí a tu habitación sin pedir permiso.

(Mario) Sabes que yo no ... No me arrepiento de lo que paso.

(Camila) Yo... Yo no debería estar aquí...

(Mario) Perdón si te soy sincero, pero me gustas y me gustas mucho, desde que te conocí en tu casa, me gustaste muchísimo.

(Camila) Mario yo... No puedo decirte mentiras porque me inspiras mucha confianza. Mario, el sentimiento que yo tengo hacia ti es muy bello, me gustas, pero no quiero pensar en que estoy viviendo en un sueño, Mario dejemos que todo siga su curso, una vez más me disculpo por lo que acaba de ocurrir. Por entrar sin tocar.

(Mario) Tomemos esto como un recuerdo divertido, no te disculpes, que a mi me gusto este impasse.