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«Una Amante Por Contrato»

«Una Amante Por Contrato»

Status: Terminada
Genre:Completas / Amor prohibido / Dominación / Traiciones y engaños / Romance entre patrón y sirvienta / Esclava / Sirvienta / Venderse para pagar una deuda / BDSM / Romance de oficina / La mimada del jefe / Mujer despreciada / Casada con el millonario
Popularitas:1.9M
Nilai: 4.6
nombre de autor: Ana de la Rosa

Un deseo por lo prohibido

Viviendo en un matrimonio lleno de maltratos y abusos, donde su esposo dilapidó la fortuna familia, llevándolos a una crisis muy grave, no tuvo de otra más que hacerse cargo de la familia hasta el extremo de pedírsele lo imposible.

Teniendo que buscar la manera de ayudar a su esposo, un contrato de sumisión puede ser su salvación. En el cual, a cambio de sus "servicios", donde debía de entregársele por completo, deberá hacer algo que su moral y ética le prohíben, todo para conseguir el dinero que tanto necesita...

¿Será que ese contrato es su perdición?

¿O le dará la libertad que tanto ha anhelado?

NovelToon tiene autorización de Ana de la Rosa para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capitulo 22

Muriel iba en la parte de atrás del vehículo, mirando por la ventanilla la hermosa mañana. Paisaje que desaparecía al entrar a la cabaña. Ella giró la cabeza y miró a Alfred. Él lucía relajado, ajeno a las circunstancias, conduciendo en silencio, con la mirada fija a la carrera.

— Alfred, a usted si le puedo hacer preguntas, ¿verdad?

— Señora, depende de cuáles sean esas preguntas. Si se trata de la vida personal del señor, no podré contestarle.

— ¿Por qué el señor me solicita tan pronto? Supuse que únicamente sería una, o dos veces al mes, no tres veces a la semana.

Alfred sonrió con frustración y se pasó una mano por la cabeza. Realmente, esa misma pregunta se hacía él. Por qué su jefe se mostraba tan interesado en ella. No tenía respuesta a su pregunta, y si la hubiese tenido tampoco le diría nada.

— No tengo esa información, ya que es algo privado de mi señor.

Muriel se dio por vencida, en el fondo sabía que Alfred no le iba a responder.

Llegaron a la cabaña, Alfred le abrió la puerta del auto para que ella bajara. Después procedieron a entrar a dicho lugar.

Muriel observó el espacio con detenimiento. Todo fue remodelando. El color marrón y dorado de la decoración, y la chimenea lista para ser encendida, daban un toque de un hogar de campo. Todas las ventanas estaban abiertas, y el viento movía las cortinas, de un lado a otro. Las aves se escuchan cantar y la brisa fría de la mañana, recorría el cuerpo de la joven.

Ella trató de ubicar a Yeikol, pero él no estaba presente.

— Señora, acompáñeme por aquí, por favor. — pidió Alfred, indicándole el camino.

Caminaron hacia la parte trasera de la cabaña. Había una terraza, techada de palma. En el centro había una mesa, organizada a la perfección, llena de deliciosos alimentos. En una de las sillas que rodeaban la mesa, se encontraba Yeikol, disfrutando de un vaso de jugo.

Muriel no salía de su asombro, todo estaba tan hermoso. “¡Wao! Quién se encargará de organizar, y del aseo de este lugar”, se preguntó.

Alfred le cedió el paso para que caminara adelante. Ella llegó hasta donde estaba Yeikol, y lo saludó, cabizbaja.— Buen día.

Él se tomó un sorbo de jugo, la miró detenidamente y la saludó.— Buen día, señora, Brown. — hizo énfasis en esa última palabra, a sabiendas de que ella le pidió a Alfred que no la llamara de esa manera.

— Señora, puede tomar asiento, y desayunar tranquila.— dijo Alfred.

— Muchas gracias, pero ya desayuné. ¡Gracias a Dios!

Yeikol la escaneó de arriba abajo. Si bien, ella parecía un ángel, pero con simples palabras molestaba al jefe. Otra mujer, en su lugar, repetía desayuno si era necesario, únicamente para estar cerca de él.

— Siéntese. Le recomiendo desayunar.— le ordenó el jefe.

Ella se acomodó en la silla frente a él, y se sirvió un vaso de agua. Tomó un poco del líquido, lo miró directamente a los ojos y se atrevió a preguntar. — ¿Eso es una orden, o una amenaza, señor?

Él sonrió levemente, luego cambio el semblante, mostrando un rostro frío e intimidante. Se levantó y caminó hacia ella rodeándola por detrás.— Depende de cómo usted lo quiera interpretar. La espero en media hora. — terminó de decir, y se retiró.

Alfred tomó asiento y empezó a disfrutar del delicioso desayuno.

— Señora, ¿estás segura de que no deseas probar nada?

— No, ya desayuné con mi amiga, Lola.

Él había investigado todo acerca de ella, y en ningún momento escuchó la palabra “Lola”. Eso le llamó la atención, ya que si tiene una amiga, puede tenerle confianza y hablar del contrato.

— ¿Quién es Lola?

Muriel sonrió al recordarla. — Una amiga que conocí hace poco.

A la hora ordenada, Muriel entró a la habitación. Yeikol no estaba en esa área, pero no tenía que ser adivina para saber que estaba en el otro cuarto. Aunque ya no era religiosa, seguía creyendo en Dios. Sacudió las manos para relajarse, respiró profundo, y se persignó. Abrió la puerta, encontrándose con un hombre completamente desnudo. Sentado en el sillón erótico, mordiéndose el labio. Con la mirada fija en la entrada, obviamente esperándola a ella.

Muriel se ruborizó, un calor recorrió su cuerpo. No reaccionó, hasta que lo escuchó hablar.

— ¿Se va a quedar ahí parada?

— No, señor, ¿qué debo hacer?

La actitud de Muriel resultaba irritante para Yeikol. Ya habían estado juntos, y ella seguía mostrándose nerviosa, reacia, y temerosa ante él.

— Desnúdese.

Ella tenía puesto el uniforme del banco, obviamente, de unas tallas más grandes de lo que debería. Se quitó los tacones y empezó a quitar los botones de su camisa apresuradamente.

— Deténgase. — dijo Yeikol, con voz grave, y evidentemente insatisfecho. Se levantó del sillón, en pasos lentos caminó hacia ella. Se le colocó por detrás, restregándole su cuerpo. Meticulosamente, le puso las manos en el abdomen.

— ¿Por qué la prisa? Tenemos todo el día disponible. Ahora… Relájese.— le susurró al oído.

Muriel dejó escapar un gemido involuntario. Sintió una corriente en la espina dorsal. Cerró los ojos y se dejó llevar. Yeikol, con delicados tactos, le desprendió las prendas de vestir, dejándola en ropa interior. La condujo a la cama, la tendió ligeramente, y la observó fijamente.

— ¿Podría dejar de usar ese tipo de ropa interior, cuando vayas a estar conmigo?

— ¿Qué?

— Tal vez a su esposo le agrade… A mí no.

— Señor, trataré de que no vuelva a suceder. Le pido un favor. No vuelvas a mencionar a mi esposo.

Él, minuciosamente, la dejó completamente desnuda. Era extraño, pero cada vez que tenía la oportunidad de tenerla así, sentía ganas de hacerle el amor, y no de tratarla como una sumisa. Con sus dedos, empezó a recorrer su suave piel.

Muriel, avergonzada, nerviosa, y temeraria, no podía evitar sentir placer. Él sabía como usar sus manos.

Yeikol, agarró la mano de Muriel, lentamente la incitó a tocarse, pero ella impulsivamente jaló su mano.

— ¿Usted no se toca?

1
Gabriela Carina Leañez
Excelente
Candelaria Cantillo
De acuerdo con tú comentario Ana de la rosa el final no fue el correcto para una historia tan hermosa le faltó más le faltó La gran boda más momentos dé felicidad juntos pero mí querida Escritora 👏👏☺️👏👏👏👏👏👏👏☺️❤️☺️☺️ ❤️ eres excelente escribiendo que Dios te siga bendiciendo
Camilber
me disculpo por decir palabra en contra de Milena.
ella asume su derrota con madures.
Camilber
wao me deja sin palabras este capítulo leído
Camilber
el hijo de Muriel si el propio hijo de yeikol, el de Milena sabrá Dios de quien será
Camilber
ja para mi haber ese hombre Noah camina a escondidas de Muriel.v
Camilber
esta yeikol se va a enamorar de Muriel
Camilber
muriel va aprender después de tanta agonia que está viviendo en estos momentos, y no creo mucho que la esposa de richarson sea muy sumisa
Candelaria Cantillo
Está Súper emocionante con Milena no tiene problema ella le va a dar el divorcio y con el desgraciado del Noah no más con ofrecer le una buena cantidad de dinero enseguida acepta
Candelaria Cantillo
Jajajaja Muriel el solito se enteró que estás embarazada
Candelaria Cantillo
Yo té felicito por está hermosa historia 😊muy diferente a las que eh Leído y también quiero una mini historia con Milena ☺️❤️
Candelaria Cantillo
Ufff que se traerá está mujer debe estar que se la lleva el diablo por dentro pero espero por favor Escritora que a Muriel y a su bebé no les pase nada
Candelaria Cantillo
y la Milena que dejé tanto dramatismo porque si ella hubiera querido su bebé no lo hubiera puesto en riesgo
Candelaria Cantillo
No estoy dé acuerdo con Muriel de decir que el no va a saber nunca de su hijo
Magdalena Petrazzini
Felicitaciones escritora, es muy linda tu historia y fue un placer leerla, y te digo si me encantaría que Milenia encuentre el verdadero amor y pueda tener un hijo.
Te deseo muchos éxitos en tu próxima novela😘🌹❤️🫶🤗⭐⭐⭐⭐⭐👏👏👏👏👏👏👏👏
Magdalena Petrazzini
Excelente
Candelaria Cantillo
Ella no se cuido si le dolía el vientre de lógica tenía que acudir al médico pero prefirió irse a trabajar como si a ella le hiciera falta dinero siendo esposa de un millonario y ella también es adinerada
Adriana Caturelli
muy buena tú novela,felicitaciones así me gustan una
uy buena narración.
Candelaria Cantillo
Éste capítulo me dejó con una tristeza 😭😭😭😭😭😭😭😭😭 me siento mal a las 12 y 22 minutos a m todo por esta pareja de enamorados y también por mí querida Escritora
Candelaria Cantillo
Ollé pareciera que Milena anduviera persiguiendo a Muriel
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