MATRIMONIO FRACASADO.

Fuí a bañar a mi hija y evité a Tyler en el restó del día. El regresó a las cinco de la tarde. Me trajo un ramo de flores. Mis favoritas. Ja. Apuesto a que su secretaria se lo dijo.

— Para la mujer más hermosa de está casa. — Me dió un beso y las puso en mis manos. Adriana nos veía con una sonrisa.

— Papi no me has saludado. — Vino y se metió en medio de los dos. — Ustedes son los mejores padres del mundo.

Sonreí. Al menos algo hacemos bien.

...Tyler....

Llegué a la casa feliz, pensé que hoy me daría la oportunidad de estar con ella.

Cenamos y Zuri arropó a la bebé. Yo la esperé en la habitación. Ella entró un rato después.

— Al fin solos. — La abracé por detrás. Ella puso sus manos sobre las mías y las quitó dé su cintura.

— Adriana ya está dormida. Es mejor que te vayas a tu habitación.

— Pensé que dormiríamos juntos.

— No quiero dormir contigo.

— ¿Porqué.? ¿Es por lo que estuvo a punto de pasar en la mañana.?

— Nada iba a pasar en la mañana.

— Claro que sí. Tú y yo estuvimos a punto de hacer...

— Yo no iba hacer nada contigo.

— No seas cobarde y admitelo. Tú y yo estábamos a punto de...

— Fue un momento de debilidad. He estado mucho tiempo sin sexo. Eso es todo.

— Yo creó que no lo es. Yo creo que todavía sientes algo por mi.

— Si. Se llama desprecio.

— En la mañana no parecía que me despreciabas tanto.

— ¿Sabes que.? Lárgate con una de tus amantes. No tengo humor para soportarte. — Se metió a la cama. Yo entré seguido de ella. — ¿Qué carajos estás...?

— Adriana vendrá en la mañana. Te guste o no dormiré aquí.

— Ojalá duermas muy mal.

Otro día fracasado. Ya debería estar acostumbrado.

Al día siguiente ni siquiera pude dormir con ella. Me cerró la puerta aprovechando que mi hija se había dormido temprano.

...Días después....

...Zuri....

Fui a recoger a mi hija y la maestra me dijo que había estado sangrando de la nariz. La llevé al doctor y le hizo estudios.

Me los entregaría mañana así que volvimos a casa. Tyler preguntó que tenía nuestra hija. No supe responder.

Al día siguiente me acompañó a recoger los resultados.

El doctor nos observa con cierta preocupación.

— ¿Qué tiene mi hija.? — Preguntó Tyler.

El doctor respondió que era cáncer en la sangre.

— ¿Cáncer.? Pero si es una niña. — Está claro que yo de medicina no se mucho pero ésto en verdad me estaba matando de preocupación.

El doctor nos explicó cómo se expandía esa enfermedad. Y también dijo que Adri necesitaría un transplante de médula ósea. Me tranquilice un poco al saber que nosotros podíamos ser compatibles con ella.

Nos hicimos estudios ese mismo día. Los resultados llegaron un poco más tarde. Ninguno de los dos fuimos compatibles.

Teníamos que encontrar a alguien más. Le dije a mi padre. Era el único familiar que yo tenía. El tampoco fue compatible.

— ¿Y ahora que.? — Pregunté preocupada.

— ¿Adriana tiene hermanos.?

— De mi parte no. De el no se.

— ¿Qué estás insinuando.? — Tyler se molestó.

— Sí tienes algún hijo por ahí es un buen momento para saberlo.

— Adriana es mi única hija.

— No me enojare si dices que hay otro.

— Ya te dije que no. — Se enojó más.

— No es momento de una discusión. — Dijo el doctor. — Si quieren que su hija viva deben encontrar a una persona que sea compatible. Les advierto que es algo difícil, lo mejor sería que tuvieran otro hijo.

— ¿Qué.?

Osea, yo evitando a toda costa caer en las garras de este hombre y ahora pasa esto. En mi vida pasada seguro fue una mujer horrible. No hay otra explicación para estás cosas me pasen.

Después de escuchar eso ninguno de los dos dijo nada. En el camino tampoco hablamos. Fue hasta llegar a la casa que decidí acabar con el silencio.

— ¿Enserio no tienes un hijo por ahí.? — Tyler me miró con disgustó.

— Ya te dije que no.

— Maldita sea. ¿Tan infertil eres.?

El suspiró indignado.

— ¿Cuándo quieras te demuestro lo fértil que soy.?

— ¿Y porqué carajos no has embarazado a otra mujer.?

— Será porque aparté de ti no hay nadie.

— ¿Pretendes que creá eso.? No soy tan ingenua.

— Creé lo que quieras créer. — Caminó un poco.

— Tyler.

— ¿Ahora qué.?

— ¿Qué vamos hacer.?

— Tener otro hijo. ¿Qué más.?

— Pero yo...

— Tampoco me agrada tener un hijo sólo para usarlo. Pero es necesario.

— ¿Tendrás un hijo con otra.?

— Nunca dije eso.

— ¿Entonces.?

— Te esperó en mi habitación. Es tú decisión si vines o no.