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Un Asunto De Estado Y Estilo

Un Asunto De Estado Y Estilo

Status: En proceso
Genre:Romance / Comedia / Amor prohibido / Cambio de Imagen / Polos opuestos enfrentados
Popularitas:6.1k
Nilai: 5
nombre de autor: @ngel@zul

Alejandro es un político cuya carrera va en ascenso, candidato a gobernador. Guapo, sexi, y también bastante recto y malhumorado.
Charlotte, la joven asistente de un afamado estilista, es auténtica, hermosa y sin pelos en la lengua.
Sus caminos se cruzaran por casualidad, y a partir de ese momento nada volverá a ser igual en sus vidas.

NovelToon tiene autorización de @ngel@zul para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

La sutileza de un ataque

Capítulo 21: La sutileza de un ataque

​El sol se había rendido completamente ante el horizonte, dejando tras de sí un cielo púrpura oscuro, estrellado y profundo. El aire de la posada, cargado ahora con el olor a cena y salitre, se sentía espeso, y Charlie agradeció la frescura del mármol en el lobby mientras esperaba el ascensor. Había dejado a Marco en la entrada con una sonrisa rápida y la promesa de verlo en la cena, aún sintiendo la agradable pesadez de sus piernas por la caminata.

​Se había puesto un vestido de seda informal, color azul noche, que se movía con gracia con cada uno de sus gestos. El cabello, aún húmedo le caía en ondas desordenadas y rojizas sobre sus hombros, dándole un aire salvaje que contrastaba con su habitual imagen. Estaba, para simplificarlo, más relajada y desarmada de lo habitual.

​El ascensor se abrió y, para su sorpresa (o quizá, dada la ley de Murphy, su inevitabilidad), no estaba vacío. Alejandro ocupaba el centro de la cabina. Vestía unos pantalones oscuros y una camisa de lino abierta en el cuello, una elección casual para él, pero que aún irradiaba una autoridad inaccesible. Llevaba en la mano una copa de un líquido ambarino.

​Charlotte entró, manteniendo una distancia prudente, pero el espacio del ascensor la obligó a estar a apenas un metro de él. El silencio se prolongó, solo roto por el suave zumbido del motor.

​—Parece que la misión de “supervivencia al sol” ha sido un éxito, señorita Rossi —dijo Alejandro, su voz tan pulcra como siempre, pero con un matiz afilado que ella no tardó en captar. La copa de licor no se movió al hablar, un ejercicio de autocontrol que a ella le resultaba extrañamente hipnótico.

​Charlotte se encogió de hombros, mirándolo con un brillo divertido en sus ojos verdes.

​—La planificación de crisis funciona en todos los niveles, señor. Incluyendo la gestión de la exposición solar. Aunque debo decir que su equipo de seguridad podría invertir en sombrillas de mejor calidad.

​—No me refiero al protector solar —replicó él, cortándola de manera sutil pero firme—. Me refiero a la desconexión. La vi a usted y a Marco. Parecía que lograron despejar la mente. O al menos, Marco lo logró.

​El sarcasmo era un filo de doble hoja en la boca de Alejandro, un arma que usaba para ocultar sus verdaderos sentimientos. El "la vi" era una declaración de propiedad, una forma de recordarle que estaba bajo su constante vigilancia, incluso en un día libre.

​Internamente, Alejandro estaba luchando. Verla en el ascensor, con ese vestido sencillo, y el cabello suelto, lo golpeó con una fuerza que no esperaba. Era la primera vez que la veía vestida de esa manera, y aunque no era nada extravagante la imagen lo dejó desorientado. Sus ojos se demoraron en las clavículas expuestas, en la forma en que la luz suave del ascensor hacía brillar el tono cherry de su cabello. Sentía una punzada de molestia al recordar que esa imagen, esa versión desarmada y hermosa, había sido compartida por Marco durante horas. Quería criticar la falta de profesionalismo del paseo, pero solo pudo encontrar un comentario ácido.

​Charlotte, sin embargo, se mantuvo imperturbable. Ella tomó su comentario como un reproche indirecto sobre el uso de su tiempo libre, el típico estrés de jefe exigente.

​—Es cierto —admitió con una sonrisa sarcástica, enfrentando su mirada—. El paseo fue muy productivo, de hecho. Marco me estaba consultando sobre el enfoque visual para la próxima semana. Él sugiere una campaña de "hombre de pueblo", mientras yo abogo por la de "líder visionario y accesible". Tuvimos un debate fascinante sobre la profundidad de campo en la costa. ¿Sabe lo difícil que es encontrar un bokeh profesional sin un trípode adecuado?

​Ella le había respondido con una jerga tan densa y profesional que negaba completamente cualquier insinuación de que el paseo hubiera sido personal o romántico. Ella lo había llevado de vuelta al trabajo, a su zona de confort, obligándolo a retroceder.

​—Muy diligente —espetó Alejandro, incapaz de ocultar su frustración, pero sin poder atacar la verdadera naturaleza de su molestia—. Me alegra que su día de descanso se haya convertido en una sesión de trabajo no remunerada. Asegúrese de que Marco comprenda que el 'hombre de pueblo' es una trampa visual. Ya tenemos el problema de parecer demasiado distantes para añadirle un fondo desenfocado a su rostro. La imagen es literal.

​—Entendido, ¿sabe algo? —dijo Charlie, su tono perfectamente ligero y profesional. Se inclinó un poco hacia adelante con un aire de conspiración divertida, como si compartieran una broma sobre Marco—. Marco es un artista sensible, ya sabe. A veces hay que dejar que el artista se desahogue antes de recordarle quién paga las facturas.

​Alejandro la miró con intensidad. Su mente trabajaba a mil por hora. No podía entender por qué esa conversación trivial lo estaba poniendo tan tenso. Ella era divertida, lo suficientemente inteligente para leer entre líneas su molestia, y lo suficientemente astuta para esquivarla con su propia arma: la profesionalidad impenetrable.

​De pronto comenzó a ver detalles: La pequeña línea de sal seca que aún tenía en el tobillo, el ligero rubor que el sol había dejado en la parte alta de sus mejillas, el brillo de sus labios que ella mordía ligeramente después de su última respuesta. Estos no eran los detalles que un jefe debe notar en su consultora. Estos eran los detalles de un hombre que está comenzando a ver a una mujer.

​El ascensor se detuvo en el piso de Alejandro. Él se mantuvo un momento frente a ella, bloqueando casi inconscientemente la salida.

​—Asegúrese de que el informe sobre los colores de la bandera para el próximo mitin esté en mi escritorio antes de la mañana —dijo, volviendo a su tono glacial, una necesidad de reafirmar su autoridad para cubrir la brecha emocional que ella había abierto—. No quiero sorpresas cromáticas.

​—Por supuesto, jefe —respondió Charlie, utilizando la palabra con un énfasis ligeramente burlesco que la hacía parecer una niña traviesa aceptando un castigo. Ella le ofreció una sonrisa brillante y completamente desprovista de la tensión que él estaba sintiendo.

​Alejandro asintió, rígido, y salió del ascensor. Se fue con la sensación de haber sido derrotado. Había querido hacerle un reproche personal o, al menos, un comentario que revelara su malestar por Marco, pero ella lo había desmantelado con una habilidad desarmante, haciéndolo parecer el jefe neurótico y celoso de su tiempo libre, lo cual era, para su disgusto, bastante preciso.

​Alejandro entró en su suite. Dejó la copa de licor sobre una mesa de cristal sin siquiera tocarla. Se acercó al balcón, aunque ahora la noche era un manto espeso que no revelaba más que el rugido constante del mar.

​«Marco está enamorado. Es transparente. Y ella… ella no se ha dado cuenta ¿o sí? », pensó, sintiendo una punzada de alivio y, al mismo tiempo, de profunda frustración. El alivio venía de la confirmación de que ella no le correspondía, pero la frustración surgía de la cruda realidad: ella lo trataba a él exactamente igual que a Marco, pero con una capa extra de sarcasmo reservada para el poder.

​Para Charlie, él era solo “el jefe”. Un ser que exigía informes, colores, y que lanzaba críticas veladas sobre la gestión de su tiempo. La idea de que ella pudiera verlo como un hombre, como alguien deseable, como algo más que la figura de autoridad que él proyectaba, era ridícula para él. Y sin embargo, la imagen de ella riendo con Marco, y ahora, la imagen vívida de su cabello rojizo húmedo bajo la luz del ascensor, se negaba a desaparecer.

​—Estás perdiendo el enfoque, Alejandro —murmuró a la oscuridad del océano. Era una reprimenda severa.

​Había pasado tanto tiempo construyendo la muralla de su imagen pública y de su control emocional que no había dejado espacio para este hormigueo incómodo, esta necesidad de poseer su atención de una manera que no estuviera mediada por una estrategia electoral o un informe de gestión.

​«No estás preparado. No puedes admitir esto. Eres el candidato».

​Su plan se mantuvo inalterable: distancia. Seguiría observándola, detallándola, sí, pero no haría nada. Mantendría su sarcasmo como un escudo y su autoridad como una barrera. El juego entre ellos era una partida de ajedrez donde el premio era la campaña, y él no podía permitir que un desliz emocional se interpusiera. Aunque ahora, cada movimiento de Charlie en el tablero, ya fuera con un short de lino o una respuesta ingeniosa, le hacía desear tirar las piezas por la borda y cambiar las reglas del juego.

​La cena de esa noche sería larga. Tendría que verla interactuar con Marco de nuevo, bajo las luces, y actuar como si lo único que le importara fuera el menú y la estrategia del día siguiente.

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Suleima Dominguez Guzman
gracias Angeluz un súper capítulo
Mine Romero
Excelente novela 👏👏, me encanta, por favor nos puedes regalar más capítulos, muchas gracias
Marshaan Sanchez: por favor ya una pequeña tregua y que muestre un pequeño avance de acercamiento entre ellos un 💋 por muero de ganas leer un capítulo entero de pasiot😜🥰🤭
total 1 replies
Suleima Dominguez Guzman
gracias angeluz por cada capítulo cada día es más interesante me encanta tu novela
Suleima Dominguez Guzman
excelente novela súper recomendada
Suleima Dominguez Guzman
gracias angeluz por cada capítulo excelente novela me encanta lo engancha de una te felicito
Suleima Dominguez Guzman
felicitaciones autora muy linda tu novela me encanta cada capítulo es única
Suleima Dominguez Guzman
gracias autora por cada capítulo excelente novela
Mine Romero
Muchas gracias por actualizar y regalarnos tú enorme talento 👏👏😊😊
Marshaan Sanchez
está novela para mí me tiene de emoción en emoción y deseando que la imaginación de la escrictora haga su magia por favor ya no más me tiene de muerte lenta
Carmen Palencia
más capitulos por favor que está novela está súper emocionante
Nairobis Cardozo Portillo
🤭🤭🤭🤭
Nairobis Cardozo Portillo
Celos celos 😍😍
Nairobis Cardozo Portillo
❤️❤️❤️
Carmen Palencia
gracias por actualizar me encanta esta novela
Marshaan Sanchez
sin duda está novela tiene todo los elementos que le dan al lector todo los matices para vivir como propia cada momento que viven los personajes y anhelos de cuando ellos tenga un roce que encienda lo que se espera magia polémica me tiene cautiva en tu novela mi querida escritora 🥰
Sorany Quintero Bernal
🥰 No lo quiere aceptar pero ya se enamoró de ella pero puede más su orgullo y la arrogancia que aceptar que le gusta ella que está enamorado hasta los huesos me gusta mucho esta novela cada capítulo que leo me meto más en ella
Mine Romero
Muchas gracias por actualizar. excelente novela me encanta, por favor nos puedes regalar más capítulos 😊😊👏👏
Nairobis Cardozo Portillo
Alejandro Charlie te gusta admitelo 😍❤️😍
Nairobis Cardozo Portillo
❤️❤️😍😍❤️
Mine Romero
Excelente novela me encanta muchas gracias por actualizar 👏👏por favor nos puedes regalar más capítulos
Marshaan Sanchez: de cuerdo y mucho mas👏para ella en cada capítulo no deja ver y leer el talento que tiene son novelas que no quiere dejar de leer y espera un gran final jajajaja a hasta con hijos 😜🤭😂
total 1 replies
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