He reencarnado en Carlisle, un hombre cuya historia tuvo un final absurdo, tenía una buena vida, una esposa leal, pero lo cambió cuando su antigua amor regreso pidiendo ayuda y al final, quedaron juntos, pese a que ella lo había traicionado antes. Pero yo, no pienso seguir esa historia, así que la cambiaré a mi favor...
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Capítulo 17.
La condesa Cazzaro se dirigió a otro sitio del jardín, donde se encontró con las mujeres con quienes siempre se reúne, con ellas se quejo de los desagradable que fue la princesa con ella, y que se comporto tal arrogante, por supuesto, estás mujeres si creyeron en sus palabras y aseguraban que la princesa actuaba así por tener un título mayor al suyo.
—sin sus padres no sería nadie, y con ese comportamiento deja mucho que desear.—
—no me sorprendería si el Duque Van Der Heijden la deja, ¿que hombre soporta a una jovencita que actúa como hombre?—
—es verdad, a saber que cosas hizo estando en la guerra, todas halagan sus logros, pero, ¿que hizo para tenerlos?—
—que barbaridad, si fuera la emperatriz estaría llorando de vergüenza y humillación.—
Esas mujeres mayores no dejaban de burlarse de Arya, pues a diferencia de las mas jóvenes, ellas no ven bien el comportamiento de Arya, ni creen que sea admirable su contribución en la guerra, pues eso es algo que los hombres hacen.
Al llegar la noche, las invitadas ya se empiezan a ir, sus carruajes van llegando, entre ellos, el carruaje del ducado Heijden, al detenerse, Carlisle baja de este, captando la atención de todas, Arya al verlo se acerca haciendo una reverencia y Carlisle no duda en tomarla de la mano besando el dorso de esta.
—querida, ya es tarde y creí que lo correcto sería venir por ti.— explica con una sonrisa.
—¡oh!, no sabe lo feliz que me hace que usted viniera por mí.—
"Que lindos, el duque si parece adorar a la princesa."
"Ojalá mi esposo viniera por mí."
"La princesa es tan afortunada."
La condesa nota que todas estaban amontonadas en la salida, escuchando los cuchilleos de que el Duque Heijden había venido a recoger a su esposa. La condesa se abre camino, teniendo curiosidad también por ver a ese hombre que tanto halagan, ya que puede escuchar a las jóvenes decir lo atractivo que es, otras que su altura lo hace atractivo, y que tiene porte de elegancia que lo hace ver como todo un caballero. Finalmente la Duquesa logra llegar donde pueda ver, entonces su mirada se fija en el hombre que esta de pie junto a la princesa y que le sujeta la mano.
—ese hombre...— murmura.
—es el Duque Heijden, ¿no es un joven apuesto?, quien fuera joven otra vez.— comenta la mujer a su lado.—
—no...eso no es el duque...es solo un plebeyo...la princesa esta engañando al duque.— murmura nuevamente.
—¿pero que dice condesa?, nunca lo conoció, ¿verdad?, se ve joven, pero, es que fue a la guerra desde los catorce años y al volver, tomo el título de Duque cuando su padre falleció...el pobre hombre soportó su enfermedad solo para poder ver a su hijo volver de la guerra.— expresa con tristeza.
—im...posible...—balbucea.
Carlisle voltea hacía la multitud y logra ver a la condesa, esta se sobresalta al verlo mejor, ese era sin duda Carl, el exesposo de su hija, el hombre que solo es un plebeyo, es imposible que sea el Duque, no puede creer que sea cierto. Carlisle regresa su mirada a la princesa y la ayuda a subir al carruaje, para después subir con ella. La condesa se aleja de la pequeña multitud al ver que su carruaje a llegado por ella y estando dentro se muestra preocupada, ¿en verdad Carl es el duque?, eso es imposible, si fuera el Duque le habría dado a su hija el título de duquesa, tal vez solo se parecen o Carl es el hijo bastardo del antiguo duque.
—eso es...se parecen porque Carl es un bastardo...eso pasa en familias de alto estatus...seguramente el duque embarazo a una doncella o una pueblerina...— se dice así misma.
Porque si Carl y el Duque fueran el mismo, Rania sería la Duquesa y no habría tenido que vivir como campesina por un tiempo. Tan pronto llego a la mansión, llamo a uno de los hombres de confianza del Conde, para ordenarle que busque a Carl, quiere saber a donde ha ido y que averigüe quienes son sus padres.
—también tráeme información de la familia Van Der Heijden...quiero saber si el antiguo Duque tuvo un hijo bastardo.— ordena.
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En el carruaje, Carlisle sabe que la condesa Cazzaro ya lo vio, por lo que, ahora mismo debe de estarse preguntando el porque no hizo de Rania la duquesa o, quien sabe que otras dudas tendrá, pero en fin, no importa, Rania esta fuera del camino, así que, aunque la condesa reclame, no puede hacer nada.
—¿por qué oculto su identidad a esa mujer con quien se caso antes?— pregunta Arya.
—porqué quería que ella me amara por ser yo, y no por mi título...sabía que sus padres eran ambiciosos, así que digamos que me estaba previniendo.— responde con calma.
—que lastima, ella perdió un buen hombre, pero, yo salí ganando.— sonríe. Y si no se separaban, ya estaba pensando en otro plan, uno en el que cierta mujer acabaría bajo tierra.
—siempre me halagas querida, me haces sentir como una joya rara.—
—su alteza es un diamante único en existencia.— apoya su cabeza en el hombro del duque.
El carruaje sigue avanzando hacía el ducado, pero, una parte del camino cruza muy cerca del bosque, así que los caballeros deben de estar atentos a cualquier animal salvaje, pero, repentinamente el carruaje se detiene abruptamente, causando que Arya casi caiga del asiento, pero Carlisle la sostiene de la cintura. Arya se sostiene del brazo del Duque, y ambos escuchan gruñidos venir de fuera.
—alteza, nos atacan, son lobos oscuros...— informa Paul quien se asoma en la ventana.
—¿que?, pero en ese bosque no hay esa clase de bestias.— responde Arya.
Ella se queda en silencio después de decir esto, mientras que Carlisle le pide quedarse dentro del carruaje, y él saldrá a pelear. Antes que Arya reaccione de nuevo, Carlisle ya ha bajado del carruaje, estaban rodeados de lobos oscuros, bestias salvajes que suelen habitar en los bosques tras las montañas debido a que prefieren los lugares donde hay más oscuridad. Carlisle puede ver que era una manada entera de lobos atacando, y tan pronto notan su presencia, se dirigen hacía él, Carlisle ataca con sus energía eléctrica haciendo que retrocedan un poco, pero vuelven a atacar, mientras se escucha un aullido provenir del bosque.
Arya sale del carruaje viendo como todos pelean contra los lobos. La rubia saca una daga larga que llevaba en la pierna, atacando a un lobo que estaba posicionado tras Carlisle, lo cual sorprende a este, ya que no había notado su presencia.
—no deberías salir del carruaje.— le pide a Arya.
—ese lobo pudo haberlo herido alteza, hice bien en salir.— reclama.
Arya se agacha con el lobo que acaba de matar y con la daga le abre el pecho, tomando el corazón, lo cual llama la atención de Carlisle.
—¿que haces?— pregunta intrigado.
—comida...— se lo ofrece.— es buen momento para usar la maldición como una ventaja.
Arya le acerca el corazón, lo suficiente para que Carlisle sienta el olor a sangre, lo cual le hace sentir hambre, mientras que siente algo arder en su interior y su corazón palpitar más fuerte. Carlisle muestra los dientes, con sus colmillos volviéndose más largos y gruesos y sus uñas se alargan en forma de garras. El Duque no resiste más y toma el corazón que lleva en la mano Arya y lo devora con rapidez, apenas y le dio un par de mordidas.
—buen chico...—Arya sonríe.—ahora ve...come todos los corazones que desees.
Carlisle apenas consciente escucha las palabras de Arya, pero, su cuerpo comienza a transformarse, siente sus huesos crugir al crecer y distorsionarse, Arya unos pasos hacía atrás mientras Carlisle completa su transformación, un enorme licantropo de pelaje negro y ojos naranjas.
Los lobos que atacaban a los caballeros, dirigen su mirada hacía donde esta Carlisle y van hacía él, los caballeros también estaban sorprendidos de ver a aquella bestia de pie ante la Duquesa, ellos también se apresuran para atacar.
—no lo toquen...es su señor...y no me hará daño...— ordena Arya.
El licantropo se inclina olfateando el cabello y el cuello de la chica, así que ella acaricia su hocico.
—lo se esposo, no me harás daño...y no dejaras que ellos lo hagan.— señala a los lobos que los rodean.
Carlisle voltea y se para en cuatro patas lanzando un feroz gruñido hacía los lobos. Arya por su parte le pide a los caballeros alejarse, y es Paul quien se acerca a ella.
—¿esta bien alteza?, ¿no la lastimo?— pregunta preocupado.
—mi esposo no me haría daño...confío en él...— responde Arya.
El licantropo inicia una pelea contra los lobos que se lanzan hacía él, algunos logran morderlo, pero se los quita de encima fácilmente hasta arrancarles el corazón y devorarlo, mientras que Arya observa fijamente con una leve sonrisa.
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El diseño del dibujo es diferente porque lo hice con otra IA, pues la que uso normalmente no me daba la escena que pedía, pero igualmente se ve hermosa ❤️