Esta es la historia de Cora Smith una joven desdichada que vive su vida como bailarina en Babel, ella quiere huir de allí y tener un nuevo comienzo. Pero su vida está por dar un giro dramático, cuando es raptada por Alejandro Balem el jefe de la Mafia, de este territorio. Él queda totalmente deslumbrado por Cora, desde la primera vez que la vio y la quiere solo para él. ¿Podrá Cora aceptar esta clase de vida? ¿podrá darle Alejandro lo que ella merece, algo como amor?
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Capítulo 3
Cora:
Me habia besado ese infeliz. Mis dedos aún estaban sobre mis labios, había sido mi primer beso y ese, hombre salvaje y ....sexi me lo había robado.
Sabia que estaba siendo inmadura, porque en el lugar en que vivía y por el trabajo que tenia, no se me permitía soñar. Pero una pequeña parte muy profunda en mi interior, aún aferraba ese sentimiento de que tal vez pudiera tener, un final de cuento de hadas...
---Cora--- grita Martina, me levanté de la cama. En la cual había caído tras mi beso con Alejandro.
Los gritos desesperados de Martina se iban acercando. Cualquiera pensaría que se preocupaba por mi, pero no era el caso ella solo se preocupaba por su mercancía, por su dinero.
Cuando vi a Martina en el umbral de la puerta, ella suspiró aliviada --- niña te oí gritar y pensé lo peor--- ella se acercó y empezó a inspeccionarme --- ¿alguien te toco?, ¿todavía eres pura? --- pregunta alarmada, creo que no sería bueno decirle que ese hombre me beso
---Estoy bien--- dije un poco molesta por su actitud.
----Bien, entonces porque has gritado, casi me matas de un susto--- dice tocándose su pecho dramáticamente
---Dos hombres entraron a mi habitación--- dije molesta con ella, después de todo era mi cuidadora. Continúe --- ¿como es eso posible? --- mi voz sonó insegura y nerviosa. El miedo de lo que ellos dos pudieron haberme hecho, o cualquiera, pesaba en mi. No podía esperar más tenía que escapar, no seria el juguete de ningún hombre, protegería a toda costa mi virtud, era lo más valioso que tenía y nadie me lo quitaría.
---¿Dos hombres?, madre mía, pero...--- dice y sus ojos se transforman en furia, ---esos idiotas me las pagaran--- dice Martina alejándose, no permitiría que tocaran a su favorita.
Antes de irse dice --- cierra con seguro la puerta y no abras a nadie, a no ser que sea yo--- dice sin más y cierra de golpe.
Suspire frustrada e hice como me dijo.
A la noche siguiente...
Me encontraba de nuevo en mi camerino, preparándome para mi show, esta vez iba vestida de Ángel. Aunque mi lencería era traslucida y no creía que los angeles lucieran así, pero lo que sea.
Salí con Martina de mi camerino ella iba adelante para escoltarme, observando todo el lugar como un halcón. Había más hombres custodiando los pasillos. Con lo que paso la noche anterior, Martina no quiso correr ningún riesgo.
Rodee mis ojos, me trataba como si fuera su joya más valiosa y eso me molestaba, no era una cosa ¡cielos!, era una persona de carne y hueso. Suspire frustrada no hallaba la hora de irme de este lugar.
Una vez en el escenario comencé a bailar como de constumbre, y fue cuando lo vi. Alejandro estaba sentado cerca del escenario, sus ojos azules eran dos canicas de hielo, estaba enojado. Miraba mi vestuario y a los hombres presentes con ira contenida.
Esto me hizo sonreír, quien se creía este para mirarme posesivamente. No era suya y no sería de nadie.
No sé porque lo hice pero esta vez no cerré mis ojos y me quedé viendo a Alejandro esta vez mis caderas dazaban al ritmo de la musica de "Earned It , de The Weeknd".
Me senté en una silla y comencé a balancearme en ella, haciéndo mi coreografía...no alejé mi mirada de él y es que me tenía presa de ella. Pero a la vez quería decirle que era intocable, jamás me tendría....
Alejandro:
Verla en ese diminuto atuendo, aunque sexi, me tenía enojado, porque todos los bastardos infelices veian lo que era mío. Estaba a punto de hacer algo imprudente cuando Cora, comenzó a bailar en esa silla tan seductoramente sin alejar su mirada de mi.
"Gatita mala" sonreí hacia ella, le gustaba jugar con fuego. El enojo fue disminuyendo, los ojos de Cora solo estaban en los míos y no sabía porque lo hacia, pero no me importaba.....ella hizo que me detuviera solo con su mirada, de no haberlo hecho este lugar seria un completo baño de sangre....
El alivio una vez más llego a mi, no se porque estaba preocupado, hoy mismo Cora estaría en mi mansión, ya tenía todo planeado. La sacaría de Babel.