Nick era el típico chico popular, arrogante y seguro de sí mismo, mientras que Rafaela era sencilla y sin pretensiones, un blanco fácil para sus burlas. Una fiesta inesperada crea una conexión improbable entre ellos, pero el orgullo y los temores de Nick hacen que la aleje.
Años después, incapaz de olvidarla, se da cuenta de que Rafaela fue la única capaz de cambiar su corazón. Ahora, Nick está dispuesto a hacer cualquier cosa para encontrarla de nuevo y demostrar que el tiempo no ha borrado lo que siente por ella.
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Capítulo 21
Nicolás llegó a su destino después de un vuelo largo y agotador. Mientras el chofer lo llevaba al hotel, intentaba organizar sus pensamientos. La ciudad pasaba como una mancha borrosa por la ventanilla del coche, y él apenas prestaba atención. Su mente estaba en Rafaela. Desde que se reencontraron, ella volvió a ser una presencia constante en sus pensamientos, como una melodía que no podía olvidar.
Tan pronto como entró en la habitación del hotel, tiró la maleta en un rincón y cogió el móvil. Al sentarse en el borde de la cama, tecleó algunas palabras, pero las borró antes de enviarlas. Quería sonar profesional, pero no podía evitar que un tono personal surgiera en cada intento. Después de unos minutos de indecisión, Nicolás finalmente llegó al mensaje final.
"Buenas tardes, Rafaela. Espero que te encuentres bien. Te escribo para avisarte que no estaré en la ciudad los próximos días. Olvidé que tenía un viaje de trabajo, y acabo de llegar a mi destino. Sé que el evento anual del Grupo Vasques Tech es importante, pero confío plenamente en ti para que te encargues de todo. Eres increíble y estoy seguro de que harás un gran trabajo. En cuanto vuelva, quiero verte. Tenemos que hablar. A principios de semana, te enviaré la lista final de invitados. Cuídate."
Después de enviar el mensaje, Nicolás dejó el móvil sobre la mesa y suspiró. Estaba ansioso y lleno de expectación por lo que estaba por venir.
Rafaela estaba trabajando en la revisión de algunos detalles del evento del Grupo Vasquez Tech, cuando sintió vibrar su móvil. Al leer el mensaje de Nicolás, una mezcla de emociones la invadió.
Sonrió al leer lo mucho que él confiaba en ella, pero no pudo evitar la incomodidad que sintió al darse cuenta de que no lo vería durante unos días. Desde que Nicolás reapareció en su vida, parecía tener el don de desordenar sus emociones de una forma que nadie más conseguía.
Miró el móvil durante unos instantes antes de responder. La idea de no verlo durante un tiempo le molestaba más de lo que estaba dispuesta a admitir, pero sabía que tenía que mantener la concentración en el trabajo y no dejarse llevar por los sentimientos.
"Hola, Nicolás. Gracias por la confianza. Haré todo lo posible para que todo salga perfecto. Buen viaje y éxito en tus compromisos. Nos vemos a tu vuelta."
Dejó el móvil a un lado, intentando concentrarse de nuevo en el trabajo. Pero los pensamientos seguían vagando, y se preguntaba por qué sentía tanto su ausencia. Suspiró profundamente, sabiendo que necesitaba organizar no sólo el evento, sino también sus propios sentimientos.
Los días que siguieron para Nicolás fueron intensos, pero también solitarios. La rutina de reuniones, negociaciones y eventos parecía no tener fin, pero, en todo momento, su mente volvía a Rafaela. La echaba de menos más de lo que imaginaba. Cada pausa entre compromisos la llenaba con mensajes que escribía y borraba, intentando encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que sentía.
Una noche, al volver al hotel después de un día agotador, Nicolás se tumbó en la cama, mirando al techo. Suspiró profundamente, sacando el móvil del bolsillo. La pantalla brillaba con la foto de Rafaela que le había hecho discretamente durante el almuerzo, cuando ella sonrió por algo que él había dicho. La sonrisa de ella era todo lo que quería ver en ese momento.
_¿Qué haces conmigo, Rafa?, preguntó Nicolás deslizando los dedos por la pantalla imaginando cómo sería volver a tocar su piel.
Nicolás sonrió. Ese viaje, por muy importante que fuera para cerrar un ciclo profesional, le parecía pequeño ante las ganas de volver a casa. Y mientras miraba la foto de ella que guardaba en su móvil, tomó una decisión: en cuanto volviera, no dejaría nada más entre ellos sin decir.
En casa, Rafaela también sentía la ausencia de Nicolás de forma más intensa de lo que le gustaba admitir. Aunque estaba ocupada con los preparativos del evento anual del Grupo Vasques Tech, siempre se acordaba de los momentos que habían pasado juntos. Los mensajes de Nicolás eran un alivio en medio de la nostalgia, pero también la dejaban aún más inquieta.
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En la víspera de la vuelta de Nicolás, Rafaela estaba sentada en su mesa revisando los últimos detalles del evento anual del Grupo Vasques Tech. El día estaba siendo agitado, y apenas había tenido tiempo para respirar entre los ajustes de última hora y los incesantes mensajes de los proveedores y empresas de servicios.
Y ese día, Rafaela recibió la lista final de invitados, y aunque sabía que la mayoría de las invitaciones ya habían sido enviadas, decidió echarle un vistazo para asegurarse de que todo estaba en orden.
A medida que los nombres pasaban ante sus ojos, hacía anotaciones mentales: importantes CEOs, inversores, socios comerciales y personalidades del sector tecnológico. Todo parecía normal hasta que, de repente, sus ojos se posaron en algo que la hizo detenerse.
_ Rafaela Monteiro…
Rafaela vio su nombre destacado en letras formales. Al principio, pensó que era un error. Al fin y al cabo, ella formaba parte del equipo organizador, no de los invitados, y se preguntaba por qué su nombre estaba en la lista, junto al de personas tan importantes para el Grupo.
Intentando ocultar el nerviosismo que empezaba a apoderarse de ella, Rafaela cogió el teléfono y llamó a Ava.
_Ava, mi nombre está en la lista de invitados del evento del Grupo Vasquez... ¿Seguro que no ha habido un error?
_ No hay ningún error. Parece que el señor Moretti, o mejor dicho, Nick, insistió en incluirte -dijo Ava sonriendo.
_ Pero... -Rafaela frunció el ceño. Estaba claro que Nicolás estaba detrás de esto-. Ava, esto es extraño. No debería estar ahí como invitada. Formo parte del equipo, no puedo dejarte sola...
_¿Y quién dice que no puedes ser ambas cosas? Relájate, amiga, yo estaré allí, ¡yo me encargo de todo! Así podrás disfrutar de la noche y ver adónde va esto. Mereces ser reconocida por todo lo que has hecho por este evento. Ah, y te ayudaré con el vestido, estarás guapísima -Ava estaba entusiasmada.
Rafaela dejó escapar un profundo suspiro, concluyendo que Ava tenía razón. Aun así, no podía quitarse de encima la sensación de que había algo más detrás de la invitación de Nicolás.
Ava, 27 años