Lauren Rossi, creía tener la relación perfecta con su amado novio, Paul, hasta que lo descubre en la cama su mejor amiga. Cegada por el dolor, Lauren decide ir a un bar a ahogar sus penas en alcohol; lo que ella no sabía que en ese bar se encontraría con el mismísimo diablo, llamado Alexei Kutnezcov.
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Capítulo 5
Su plan de controlar mí vida, no me agradaba para nada.
¿Quién se cree que es? Simplemente tuvimos sexo una noche y, sí, aparentemente estamos casados. ¡Pero eso no le da derecho a tomar las decisiones por mí!
Soy una mujer adulta perfectamente capaz de decidir las cosas por mí cuenta.
Mientras iba caminando por el pasillo del campus, insultando a Alexei en mí mente, una voz me trajo de regreso a la realidad.
Una voz que conocía perfectamente bien, era Paul, mí maldito novio infiel.
—Lauren... –Su voz, aunque apenas fue un murmullo, fue más que suficiente para hacerme detener, volteé y ahí estaba él, viéndose miserable y arrepentido–. No respondiste mis llamadas, ni mensajes... –Habló con tristeza y solté una burla–. ¿Oh? ¿Por qué habrá sido, eh? –Comenté sarcástica–. Ah, claro, creo que fue porque te vi teniendo intimidad con Kate. –Le recordé y él agachó la cabeza como si de un cachorro regañado se tratase–.
—Te juro que no es lo que piensas. –Susurró y rodé los ojos–. No necesito pensar nada, porque lo vi con mis propios ojos, Paul. –Me crucé de brazos, mientras lo observaba con desdén–. Cinco años, estuvimos juntos cinco años y tuviste el descaro de acostarte con mí supuesta mejor amiga el día de nuestro aniversario. –Él apartó su mirada de mí, sintiéndose avergonzado–. Me mentiste diciendo que tenías que trabajar, e incluso tuviste el tupé de hacerle una cena romántica a ella, a tu puta amante. –Escupí con desprecio–.
—La cena era para ti... –Murmuró–. Pero ella llegó de la nada, estaba drogada y se me insinuó. –Trató de explicarse, pero sólo se hundió aún más–. Sólo fue una vez, nena, te lo juro.
—¿Oh? ¿Así que ella se e insinuó en un estado de inconsciencia? Porque mientras te montaba, yo la vi muy cuerda. –Declaré sarcástica–.
Él mordió su labio inferior con frustración, finalmente aceptando lo que hizo.
—Está bien, sí, ambos sabíamos lo que hacíamos y no estábamos bajo el efecto de ninguna sustancia. –Aquélla revelación, aunque ya lo sabía, me dolió escucharlo–. Pero sólo fue una vez... –Volvió a repetir– Soy un hombre, Lauren, y Kate es tan hermosa que yo no me pude resistir. –Trató de acercarse a mí, intentando tocar mí rostro–. Pero te amo, a ti y sólo a ti.
Lo perdí al escuchar aquéllas palabras, una vez más, volví a patearle las pelotas.
Él cayó al suelo, llorando de dolor, las personas a nuestro al rededor reían; mientras que otros grababan la escena.
—¿Amor? Un infiel como tú nunca podrá saber lo que es el amor. Nunca vuelvas a acercarte a mí, Paul Green, se acabó. –Sin decir nada más, me alejé del lugar, caminando hacia mí salón de clases–.
Llegué al lugar y tomé mí asiento habitual, mis amigas me recibieron con una mirada empática e incómoda.
—¿Qué pasa? –Indagué, no estaba de humor para tonterías y si ellas eran mentirosas tambien, las enviaría al infierno–.
—Supimos, ya sabés... –Comenzó Lisa, rascando su cabello–. Supimos que Paul y Kate te traicionaron. –Jenna completó la oración que Lisa no pudo terminar–
Fruncí el ceño.
—¿Cómo pueden saberlo? No sé los conté, ¿O es que ustedes ya sabían que esa puta me estaba traicionando? –Indagué, furiosa y ambas negaron–.
—Anoche, en el foro de la universidad, una cuenta anónima subió un vídeo sexual. Las personas del vídeo eran Paul y Kate, acostándose juntos. Nadie sabe quien subió el video, pero todos saben que ellos te traicionaron. –Me informó Jenna–.
—Escuché rumores de que van a sancionar a Kate y Paul por subir un vídeo así, pero no es seguro que lo hayan hecho ellos. –Dijo Lisa–
Solté una burla amarga.
—Pues que los expulsen a ambos. –Comenté sin darle importancia–. No creo que sea posible, ya que Kate es hija de un empresario que siempre paga por las cosas que hace su hija. –Se quejó Jenna–.
Y hablando del diablo, vimos a Kate acercarse a nuestra mesa.
Es tan típica, un vestido blanco muy corto que deja a la vista su culo gordo. Con escote y tacones a juego. Mucho maquillaje para mí gusto.
Ahora que lo pienso, debí haberme dado cuenta de las señales. Ya que Paul siempre halagaba a Kate cuando estábamos juntos. Siempre decía cosas como:
«Oh, Kate es tan hermosa»
«Toda su ropa le queda perfecto»
«Kate huele delicioso»
«Kate es tan divertida»
Incluso cuándo yo me compraba la misma prenda que Kate, él nunca decía eso de mí.
No le daba importancia que que pensaba que era genial que mí novio y mí mejor amiga se llevaran bien, que estúpida fui.
Las tres la observamos con desagrado y ella se cruzó de brazos frente a mí.
—Tenemos que hablar. –Dijo, ordenándome que fuera con ella, rodé los ojos sin darle el gusto–. No me apetece. –Respondí sin más–.
Ella soltó una burla y se apoyó en mí mesa.
—Quiero que rompas con Paul, anoche lo viste, él no te ama. Ha estado coqueteando conmigo desde hace meses y anoche finalmente consumamos nuestro amor. –Comunicó, orgullosa de ser la otra–.
—Consumaron su aventura, porque eres una puta barata de una noche. –Se burló Jenna, ganándose una mirada de odio por parte de Kate–.
—No soy una puta. –Se defendió–. Soy la mujer que Paul ama, soy hermosa, tengo dinero, soy sexy y, lo más importante –Acarició su vientre–. Llevo en mí vientre el fruto de nuestro amor. –Sonrió, causando que mí interior se llene de angustia y odio, pero mantuve la calma–.
—Ajá, ¿Intimaste con Paul una vez y ya estás embarazada? Creo que alguien necesita una clase de educación sexual. –Me burlé y su rostro se puso rojo de rabia–. Y lo más gracioso de ésto, es que ella piensa que Paul sería tan idiota como para dejarla embarazada.
—Creo que es adorable, no sólo es estúpida, sino que cree que Paul va a quedarse con ella sólo porque tiene un supuesto bastardo en su vientre. –Se burló Jenna–.
—¿Deberíamos contarle que Paul vino a rogarte que vuelvas con él, hace apenas unos minutos, Lauren? –Intervino Lisa, con una sonrisa maliciosa–.
Kate nos observó con incredulidad y odio, antes de salir corriendo del lugar.
Las tres la vimos huir y soltamos una carcajada al ver dicha escena.
—En fin... –Ambas voltearon a verme–. Ya, dinos la verdad, ¿Cómo te sientes? –Dijo Lisa, con preocupación–.
Suspiré, mientras me apoyaba sobre un codo en la mesa frente a mí.
—¿Cómo debería sentirme? Ví a mí novio, con el cual compartí una relación de cinco largos años, siendome infiel con mí supuesta mejor amiga. –Comenté con amargura–.
Jenna frunció el ceño, dándome un golpe en la nuca.
—Te pasa por estúpida. –Remarcó–. Siempre te hemos dicho que esa zorra no era una amiga de verdad y tú no nos querías creer. –Se cruzó de brazos, molesta por lo terca que fuí en el pasado–.
Lo cuál era cierto, ellas siempre me decían que tuviera cuidado con Kate, ya que no actuaba realmente como una buena amiga.
No les quería creer, ya que conozco a Kate desde que éramos niñas y pensé que ellas sólo sentían celos.
Nunca me hubiera imaginado que aquélla a quien consideraba mí amiga, estaba acostándose con aquél a quien consideraba el amor de mí vida.
—Supongo que tienes razón. –Suspiré, cortando mis ojos, fue ahí cuando las escuché jadear, levanté la vista y ambas estaban observando el diamante en mí dedo anular–. Maldición... –Intenté ocultarlo, pero ya era tarde–. ¿Quién demonios te dió ese anillo, Lauren? –Indagaron al unísono–.