Eras Tú.

Bastian al ver al amor de su vida subir al Jet, su corazón se partió por completo, sabía que esto sería doloroso para ambos, pero era la mejor decisión que había tomado.

Subió a la camioneta y fueron de regreso, al entrar a casa estaba Nil junto a Gaspar, ellos al ver a Bastian de inmediato le hicieron señas.

— ¿qué sucede?, Gaspar habla que la paciencia no es mi amiga— Gaspar sonrió y asintió.

— me acaban de llamar, mi padre esta desesperado porque mis hombres le notificaron del que aún no encuentran la ubicación exacta y siguen reduciendo el radio probable.

— y, ¿en qué nos beneficia?— cuestionó Bastian frente a los dos hombres, Nil sonrió y le palmeo el hombro.

— hermano, claro que nos beneficia, porque así puedes iniciar tu juego, atraerlos cuando gustes y tenerlos a tu merced.

— iniciará mi juego, pero quiero que sepas que sus finales nunca son agradables— se dirigió a Gaspar para que sin tanta explicación entendiera qué su vida terminaría en manos de Bastian.

Gaspar lo vio por un momento, suspiro y termino asintiendo, sabía que meterse e intentar jugar al valiente traía sus consecuencias.

Bastian caminó hasta entrar a su despacho dejando atrás a Gaspar y a Nil, quito su saco y se sentó en su silla, poso sus manos sobre el escritorio, observó su anillo y solo lo contempló mientras sus dedos lo movían sin parar.

Se perdió en sus pensamientos, Nil entró al despacho y vio a su amigo pensativo, sabía que su estado era por Mabel, se acercó hasta tocar su hombro, Bastian reaccionó y al ver a su amigo le indicó que se sentará.

— hoy comenzaremos, pero no quiero que Gaspar sepa de nuestros movimientos, Nil mantenlo al margen— su amigo casi hermano asintió sin cuestionar, pues el había notado el cambio cuando Bastian le dijo en otras palabras que morirían.

— no te preocupes, que también nuestra gente está avisada y lo tienen en la mira, por si llega a intentar hacer algo le caeremos.

— perfecto— Bastian sacó su teléfono, textio y envió el mensaje, se levantó e hizo un par de llamadas bajo la mirada de Nil, caminó a la puerta y volteo a ver a su amigo— vámonos.

Los dos hombres salieron del despacho, caminaron hacia la salida donde estaba Gaspar fumando, al ver a Bastian le sonrió, pero este sin expresión alguna solo lo observó, paso, por un lado, y subió a su camioneta.

Al subir Nil de inmediato el motor rugió y salieron a toda velocidad, yendo tras ellos su gran ejército, los minutos avanzaron con rapidez, hasta que dos calles la camioneta se detuvo, el teléfono sonó y Bastian de inmediato contesto.

📲 Dime, B, ¿qué pasa?.

📲 Los hombres de Ivar aun están en el edificio.

📲 Eliminenlos, y solo deja uno, esté será el encargado de llevarle un recado.

📲 Si patrón.

B, colgó mientras que Bastian y Nil esperaban no tan pasientemente, los estruendos no se hacían notar y eso no le olía agradable, volteo a ver a Nil y este del compartimiento secreto sacó un par de armas junto a sus cargadores, ambos sintieron y bajaron.

Su chófer junto a otros hombres más iban cuidandoles las espaldas, caminaban con cautela mientras que apuntaban con firmeza, al llegar a la zona seguían los hombres de Ivar resguardando el lugar, algo que le pareció extraño a Bastian.

Él había dado la orden que los dieran de baja, y no se explicaba porque aun no ejecutaban la orden, les hizo señas a los demás para que se prepararan, al estar listos caminaron y a la vez abrieron fuego, dando de inmediato de baja a los contrarios.

Bastian seguía avanzando y junto a Nil y dos hombres más entraron al edificio, subieron un par de escaleras, llegaron al departamento de Mabel y de una patada lo abrieron.

Dispararon al ver algunos hombres en su interior, de inmediato los otros hombres inspeccionaron para tener la tranquilidad qué el departamento estaba limpio y así fue, Bastian recorrió el lugar donde por muchos años su esposa durmió bajo este techo.

Entro a la habitación y se acercó al espejo qué tenía en una esquina, quito la pequeña foto y sonrió, porque se dio cuenta de que eran ellos dos, más jóvenes, la guardo en su bolsillo y salió.

Estaban por salir cuando uno de los hombres que estaban en el suelo se había movido, Bastian se regresó y al verlo con los ojos abiertos, de inmediato lo desarmo, les hizo señas a sus hombres para que se lo llevaran.

Bajaron las escaleras y ya estaba la camioneta esperándolos, de inmediato subieron porque al fondo se escuchaba las sirenas de la policía.

Se fueron del lugar y mientras iban camino a la casa de Ivar, Bastian hizo algunas llamadas y Nil les daba la orden que buscarán a, B, pues el tenía cuentas pendientes con ellos.

Ataron y amordazaron a aquel hombre, y mientras su destino estaba cerca, Bastian escribía una nota dirigida a Ivar Cooper.

Puso el papel sobre el pecho del hombre, sacó un pequeño cuchillo y con fuerza lo enterró para que el mismo sostuviera la hoja.

Y a la antigua, pasaron a alta velocidad frente a la casa de Ivar, abrieron la puerta y dejaron caer al hombre, y antes de que los de seguridad reaccionaran la camioneta se había perdido entre las calles.

Ellos de inmediato levantaron el cuerpo y lo metieron, al notificarle el suceso a Ivar de inmediato salió de la casa y camino hacia donde tenían el cuerpo del hombre.

— ¿quién lo dejo? — todos negaron ante la pregunta de su jefe— todos son unos inútiles, diez hombres afuera, cuidando y no pudieron ni ver las placas o el modelo del auto.

Negó con fastidio, se puso en cuclillas y observó el papel, sacó el cuchillo y tomo la hoja, al levantarse solo se fue a la casa.

Entro a su despacho, se fue directo al minibar y se sirvió un vaso de licor, lo tomo de golpe, encendió su cigarrillo y se sentó.

Tomó la hoja y la leyó.

...〰️〰️〰️〰️〰️〰️...

...Nota...

...Te dije, que conmigo no se jugaba...

...Ahora las consecuencias te alcanzarán...

...Atte.: tu yerno....

...〰️〰️〰️〰️〰️〰️...

Al saber de quién se trataba el estrés aparecía, en eso su teléfono sonó, Ivar lo dejo pasar, pero él timbre insistente lo hizo orillar a contestar.

Abrió la llamada y solo se escuchaba ruido de fondo, hasta que se cortó la llamada, él de inmediato buscó en su teléfono en número de la llamada entrando, pero no aparecía nada, solo estaba el icono de llamada entrante, pero donde debería aparecer el número o la palabra privado, en su lugar el espacio estaba vacío.

De nuevo camino al minibar, tomo la botella y la bebió, esa llamada lo había inquietado y más porque sabía quien era.

Se sentó en su silla mientras el nerviosismo y el miedo le hacían compañía, pues era la primera vez que sentía miedo, aún lo podía creer, pero estaba pasando.

En eso su teléfono vibró, prendió la pantalla y tenía una notificación en la bandeja de entrada, desbloqueo y de inmediato entro a los mensajes, abrió el remitente y lo primero que vio fue dos fotos, una era el edificio donde vivía su hija y la otra era donde una parte de sus hombres estaba en ese lugar, pero esa foto los mostraba sin vida.

Apretó su teléfono y salió del despacho, subió las escaleras en busca de su familia, abrió la puerta de la habitación de Elia y Elba, quienes por la acción se asustaron.

— papi, ¿qué sucede?— preguntó con curiosidad Elba.

— hagan sus maletas, nos vamos.

— ¿pero a dónde?, necesito saber para qué ropa empacar.

Ivar al escuchar a su hija Elia, simplemente se molestó por qué ellas eran las únicas personas que no se daban cuenta de la situación que se avecinaba.

— ¡solo hagan sus maletas rápido, en media hora nos vamos! — Ivar les grito y estas se asustaron al ver a su padre alterado, no volvieron a cuestionar y simplemente se levantaron e hicieron las maletas.

Caminó hacia su habitación donde estaba su esposa dormida, entró como un huracán, abrió de golpe el armario y comenzó a sacar por montones la ropa.

El ruido excesivo que hacía Ivar hizo despertar a Araide, quien al ver a su esposo sacar la ropa, se levantó y se acercó a él.

— Ivar, ¿qué sucede?, porque sacas nuestra ropa.

Ivar volteo a verla, la observó y continuó sacando las maletas, pero Araide al no tener respuesta se molestó y le arrebato una de las maletas.

—¡Ivar te hice una pregunta, contéstame!.

— simple, que nuestra paz se esfumó, ¡así que muévete!, en veinte minutos nos vamos.

Araide se sorprendió de inmediato hizo las maletas, se cambió con lo primero que encontró entre el gran montón de ropa que había en la cama.

Salieron de la habitación, bajaron los cuatro y salieron de casa, Ivar sabía que estaban huyendo, pero ellas simplemente no sabían que hacían solo seguían los pasos de su padre.

Se fueron a alta velocidad con dirección al aeropuerto, donde ya los espera Bastian junto a su gente, él sabía que Ivar era un cobarde, desplegó su gente y solo esperaron.

La camioneta estacionó frente a las puertas del aeropuerto, ellos bajaron y prácticamente corrieron por los pasillos, hasta llegar a la pista privada donde ya estaban los hombres de Bastian esperando la señal.

Los vieron abordar el Jet, Ivar junto a su familia tomaron sus respectivos asientos, abrocharon sus cinturones, hasta que sintieron el movimiento del Jet, iba por la pista cuando las camionetas se atravesaron e hicieron detener próximo despegue del Jet.

Ivar no sabía que estaba pasando, la azafata recibió la orden de abrir y bajar la escalerilla, Bastian subió con una enorme sonrisa, al entrar caminó hacia los asientos donde estaba un Ivar pálido por verlo.

— nos vemos de nuevo— se acercó a él mientras que sus hijas y su esposa estaban asustadas, pues atrás de Bastian había hombres apuntando hacia su dirección— hola familia, una disculpa por detener su vuelo, pero su esposo tiene algunos pendientes que revisar, ¿verdad Ivar?.

Él solo asentía, ya que su terror lo hacía paralizarse casi por completo, quito el cinturón y lo levanto del asiento aventándolo contra su esposa e hijas.

— ¡despídete, que ya nos vamos! — Bastian le grito, pero al ver que o hablaba lo jalo y se los estregó a sus hombres— ¡llévenselo!— los hombres acataron su orden bajándolo del Jet, — bueno, señoritas, buen viaje.

Bastian dio media vuelta e hizo señas a uno de sus hombres, bajo la escalerilla y se acercó a Ivar, quien estaba siendo obligado para qué observará hacia la dirección del Jet.

El hombre sacó su arma y apuntó hacia las tres mujeres quienes no paraban de gritar por ayuda, Ivar al ver la escena estaba desesperado y no paraba de moverse hasta que tres disparos consecutivos se escucharon.

— ¡nooo! — grito Ivar dejándose caer de rodillas al suelo, Bastian se indignó por lo que había hecho, así que se inclinó y le susurro al oído.

— esto es poco a lo que te mereces, esto se llama justicia por lo que le hiciste a mi esposa y no te hablo del estúpido contrato sino que la separaste de su madre— Ivar al escucharlo se sorprendió— creías qué nunca me enteraría de que tú tuviste que ver de la misteriosa enfermedad y muerte de la madre de Mabel.

Se incorporó, sacó su arma y le apuntó la cabeza, Ivar estaba sudando por lo que sucedía, Bastian le restregó el cañón hasta que apretó el gatillo escuchando el grito de Ivar.

Del cual provocó que todos se rieran incluyendo a Bastian quien hizo señas para que lo levantaran— matarte en este momento sería regalarte el pase directo, hoy inicia el juego, espero lo disfrutes porque créeme que yo si lo haré.