El Regreso De Sasha

—¿De quién es hijo el príncipe Archer?— preguntó Sasha

—Es de la antigua y difunta emperatriz, yo lo cambié cuando nació, entregué mi hijo a la antigua emperatriz y yo me quedé con el de ella, como lo había hecho antes— respondió la emperatriz, lo que dejaba algo confundida a Sasha

—Entonces, ¿el príncipe heredero es hijo suyo y no de la antigua emperatriz?— atando cabos, Sasha comenzó a hacer su teoría.

—Si, cuando nació también lo cambié por el hijo de la antigua emperatriz, pero su hijo no sobrevivió y murió, entonces aproveché la oportunidad de poner a mi hijo en el trono, hice lo mismo con mi segundo hijo, pero después de unos meses, el niño murió y yo tuve que quedarme a cuidar al hijo de esa maldita mujer— confesó, así sin más.

—¿El emperador sabe sobre esto?— intentando aclarar otra duda, Sasha, volvió a preguntar

—Se lo confesé ahora que está enfermo, pero ya no importa porque morirá pronto y mi hijo al fin será emperador— mostrando una sonrisa forzada, la emperatriz aclaró

—¿Qué cree que haría el emperador sabiendo la verdad?— cuestionó nuevamente la pequeña

—Le daría más derechos a ese bastardo y no lo puedo permitir, mi hijo debe ser el que gobierne, por eso le envenené el corazón contra su propio hijo y también hice que le hicieran cosas terribles desde pequeño— ya comenzando a reír a carcajadas, la emperatriz habló sin ningún tipo de culpa

Sasha estaba furiosa en ese momento, no podía creer lo que estaba escuchando, además de no poder hacer nada justo ahí, apretaba los puños para tratar de tranquilizarse, pues al reaccionar de esa manera la emperatriz, quería decir que la poción estaba perdiendo el efecto.

Pasando el efecto de la poción, la emperatriz volvió en si, aunque estaba algo confundida, pudo ocultarlo muy fácil.

—Disculpe majestad, ¿sería posible que viera a su majestad el emperador para darle mis mejores deseos?— nuevamente mostrando una sonrisa fingida, Sasha preguntó.

Estando aturdida un poco, la emperatriz aceptó, pues no podía recordar nada de lo que le había dicho a Sasha, además le dolía la cabeza, por eso prefirió irse a descansar y pidió a las doncellas que estaban lejos del lugar, ya que anteriormente las había alejado para estar a solas con la pequeña Sasha, que la acompañaran a su habitación y que a Sasha la llevara el secretario a ver al emperador.

Así lo hicieron, Sasha pudo entrar a los aposentos privados del emperador y como el secretario estaba supuestamente muy ocupado, la dejó sola en la habitación, con cuatro guardias cuidando la entrada.

—Majestad es un placer volver a verlo—dijo Sasha con una sonrisa maliciosa.

El emperador aunque no podía moverse ni hablar, sus ojos mostraron sorpresa por lo que dijo Sasha, aunque de nada le sirvió, pues por lo enfermo que estaba, no podía ver para nada el rostro de la pequeña niña.

—Majestad, mi familia pronto será parte de la suya y por eso quisimos venir a ayudarlo, aún es muy joven para que caiga enfermo y muera— Sasha dijo esto acercándose al emperador, quitándole el amuleto que antes había recibido, claro planeado todo por ella.

Cuando Sasha retiró el amuleto del cuello del emperador, éste normalizó su respiración y el tono pálido que tenía su piel, poco a poco fue tomando otro color.

Sasha, se quitó un collar que traía consigo y se lo puso al emperador.

—Con esto majestad, usted gozará de salud y mucha vitalidad, por favor siga viviendo—Sasha se alejó de la cama del emperador y se retiró, no podía permitir que el hombre se fuera recuperando y la viera, ella debía permanecer en el anonimato.

Cuando salió de aquella habitación, Sasha pidió a un guardia que la dirigiera a la habitación del príncipe Archer y así lo hicieron un par de guardias, al llegar, tocó la puerta y recibió el permiso para entrar.

—Alteza, he terminado de hablar con la…—Sasha había entrado, pero cuando vio al príncipe hincado en el suelo, con gran parte del cuerpo descubierto, no pudo seguir hablando.

De nuevo el príncipe había sido golpeado, está vez no era tan grave como la última, pero aún así se veían marcas en la espalda, piernas y brazos de Archer.

—Beba esto, alteza— con algunas lágrimas en los ojos y con la voz entrecortada, Sasha le dio un pequeño frasco al príncipe, eso le ayudaría a sanar las heridas y quitar el dolor.

La impotencia y el enojo que sentía Sasha eran descomunales, aunque se haya propuesto no dejar que Archer sufra más, ella todavía lo veía de esa manera, pero eso no se iba a quedar así, haría pagar a quienes lo habían dañado.

—Lamento que tenga que verme de esta manera, Lady Sasha— con voz baja, dijo el príncipe, queriendo evitar que Sasha se diera cuenta que había llorado, pero eso era imposible, ella ya lo sabía.

—Le dije que siempre estaría con usted, no debe lamentarse por nada, a menos que no me quiera cerca suyo— con voz seria, Sasha respondió

—Claro que la quiero a mi lado, todo el tiempo y a cada momento— sin pensar mucho, el príncipe respondió. Poco después se dio cuenta de lo que había dicho.

Aún en una situación así, los pequeños no podían dejar de demostrarse su apoyo y el cariño que ya cada uno sentía por el otro.

—Me quedaré hasta que se duerma y después me iré. Pondría una barrera para que lo proteja, pero no puedo utilizar ningún poder aquí— cabizbaja, dijo Sasha.

—Ya ha hecho mucho por mi Lady Sasha, por favor no se preocupe, además se que esto no se quedará así— con una tierna sonrisa, el príncipe le dijo Sasha, al parecer ya se iban conociendo muy bien.

Sasha también sonrió y esperó a que Archer se durmiera, cuando eso había pasado, salió de la habitación del príncipe y se dirigió a la suya. Entró y se recostó en la cama, debería de tomar una ducha, pero eso sería más tarde. Pidió que nadie la molestara y dijo que no necesitaba ayuda de nadie, que en su casa le habían enseñado a ser muy independiente, las sirvientas muy molestas, hicieron caso y decidieron no ayudarla en nada.

Sasha esperó hasta la madrugada y entonces inicio “la operación venganza por el príncipe”.