Mi nombre es Rosalie Montana, fui comprometida con el hombre que creí sería mi gran amor, pero todo ha sido un gran error, después de la muerte de mi padre todo mi mundo se vino a bajo hasta el punto de tener que desaparecer.
ahora tres años más tardes he regresado para reclamar lo que por derecho me pertenece y hacer sufrir al asesino de mi padre.
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CAPITULO 21
AXEL
era del típico tipo que no dormía, al saber las responsabilidades que conllevaba dirigir una empresa, que en tus manos estaba el patrimonio de tu familia, no era algo para tomar a la ligera, mis horas de sueño consistían de 3 a 4 horas diarias. Siempre estaba buscando como innovar nuestra empresa, que diseños ofrecer a nuestros clientes. Pero está vez, había caído en un profundo y relajante sueño, tenía años que no sabía lo que era dormir de esta manera. Fue la voz de Andrés la que hizo que despertara.
-señor Villasmil-dijo en la habitación contigua
-Axel, estás aquí?- volvió a hablar un poco más fuerte, haciendo que Rousse se moviera un poco.
-señorita Lascuráin- dijo dirigiéndose está vez a Rousse.
-mmmm- respondió Rousse entre dormida.
-disculpe si la desperté- dijo Andrés, que por su tono de voz, sabía que estaba avergonzado.
Rousse se movió un poco más, y abrió los ojos, mirándome fijamente antes de soltar un grito.
-aaaah.
Sin pensarlo dos veces Andrés abrió la puerta de la habitación de Rousse, encontrándonos a ambos en la cama, Rousse sujetaba la sábana contra su pecho mientras tanto yo me cubría con la poca sábana que ella había dejado.
La cara de Andrés, era una mezcla de emociones, se podía notar, la rabia, los celos, la decepción. Sin decir nada, salió de ahí, como alma que lleva el diablo.
-Axel, pensé que estaba sola...no pensé que te quedarías conmigo toda la noche.
-y a dónde más debería estar si no es contigo?- le dije con dulzura, haciendo que se ruborizara.
-Que pena con Andrés, no debió de habernos visto así.
En eso estaba totalmente de acuerdo, Andrés tenía sentimientos por Rousse, y no era justo que haya visto esa escena. Si yo hubiese estado en el lugar de él, habría acabado con toda la habitación. Pero, por otro lado, me daba un poco de paz, así él se mantendría alejado de ella.
-es momento de regresar, Andrés me estaba buscando para informarme que nuestro avión estaba listo.-le dije a Rousse, mientras le daba un casto beso y salía de la cama.
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ROUSSE
No podía creer que esto era real, que yo había perdido la virginidad con ese Adonis, aún podía sentir sus manos recorriendo mi cuerpo.
Sentí que mi temperatura subía de nivel, así que salí corriendo a darme una ducha.
Luego de colocarme una falda tubo color café y una blusa blanca de botones, hacerme un moño alto, baje a tomar el desayuno para salir a nuestra ciudad. Hoy me sentía diferente, me sentía amada, quizás al llegar a casa, está burbuja se rompería, y volveríamos a como era todo antes.
-te ves muy bien- dijo Axel mientras se sentaba a mi lado y me robaba un trozo de manzana.
-no vas a desayunar?- le pregunté curiosa.
-desayune hace unos pocos minutos, mientras te ponías más hermosa.- dijo guiñándome un ojo.
No pude evitar sonrojarme.
-entonces por que me robas mi manzana?- hice puchero mientras él la mordía desafiante.
-porque quiero y puedo- su sonrisa era maliciosa, su tono de voz era seductor y desafiante a la vez.
Yo solo me limite a terminar de comerme mi desayuno para regresar a casa.
En todo el viaje de regreso Andrés evitó mirarnos a los ojos, él parecía apartado del mundo, sumido en sus propios pensamientos. Me sentía apenada, por el incidente de esta mañana, pero no sabía cómo podía ofrecerle una disculpa, al final era el quién había irrumpido en mi habitación.
Cuando estábamos por llegar Axel recibió una llamada, la cual hizo que se pusiera algo tenso, se disculpó por no poderme llevar a casa, y me envió en un taxi, ya que Andrés se había negado a escoltarme de vuelta.
-por favor avísame Cuando llegues.
-está bien, lo haré, nos vemos mañana en la oficina.-le dije mientras me mordía el labio.
-no hagas eso Rousse- de quejo.
-hacer que?- dije mordiendo mi labio nuevamente, pero con sensualidad está vez.
-si lo sigues haciendo, te meteré en el auto y te haré el amor aquí mismo.- dijo sin vergüenza alguna.
Yo me coloque roja, sentía que toda la sangre había subido a mi cabeza.
-chao Axel- le dije mientras subía con rapidez al taxi.
Apenas llegué a casa, fui bombardeada por Ana.
-cuéntamelo todo.- grito con emoción.
-Qué quieres que te cuente?- dije inocente.
-Qué tan bueno es ese hombre en la cama?- pregunto sin ninguna pizca de vergüenza.
-pues es todo un espectáculo de hombre- dije mientras recordaba sus besos y sus caricias.- fue sutil, amable, educado.
-maldición Rousse, y a quien le importa que sea educado en la cama?- ella se rio, mientras iba y tomaba una botella de vino que estaba enfriando en la nevera, sirvió dos copas y volvió al mueble donde habíamos estado sentadas.
-por mí puede ser una bestia.- dijo soltando una carcajada.
-fue mi primera vez Ana, quizás el solo quiso que fuera especial para mi- me queje.
- y lo fue?- pregunto ella con mucha seriedad.
Yo sonreí, mientras tomaba un sorbo de vino.
Hablamos un buen rato, de mi salida, de la empresa, de Ethan y Ramiro, de nuestro nuevo proyecto que olvide por completo escribirle a Axel, incluso, había olvidado donde deje el celular.
-me encanta verte feliz, amiga, te lo mereces...- dijo Ana.
-pero?- le dije, la conocía a la perfección, y estaba segura de que quería decir algo más.
-has pensado que va a pasar con Rosalie?.
Me quedé en silencio sin. Saber que responderle.
-si llegas a tener una relación con nuestro Dios del Olimpo, no podrás ocultarle la verdad Rossi.
Sabía que Ana tenía toda la razón en lo que decía y Sabía que aún tenía más por decir, pero yo no sabía si estaba preparada para escucharlo.
-si deseas seguir con él siendo Rousse Lascuráin, deberás olvidarte de recuperar tu vida y quién en realidad eres, olvidarte de tu venganza, olvidarte de porque vivimos aquí.
Mire a Ana de mala gana, si alguien podía arruinar un gran momento era ella. Pero sabía muy bien, que tenía toda la razón, el verdadero motivo de estar aquí era recuperar lo que me habían arrebatado, descubrir y destruir al asesino de mi padre.
-debo alejarme de él - dije sintiendo que algo en mí se rompía.
-O puedes confiar en él, para que te ayude a vengarte.
-no puedo Ana, lo sabes, todos son culpables, hasta que logre dar con el asesino.
-y si el asesino fuera él?.
Sé ti que mi mundo se caía a pedazos, con solo pensar en esa posibilidad.
-entonces tendría que enterrar lo que siento y destruir al hombre que amo.