Una Segunda Oportunidad

Luego lidiaría con esa mocosa de Anabela, pues si bien es más grande en edad aquí, ya viví lo suficiente para considerar mi alma como la de una anciana.

La mañana llegó y los carruajes estaban listos, en uno llevaríamos todo lo necesario en cuanto a medicinas, podemos encontrar desde vendajes, tijeras, hierbas de todo tipo. Estas último, se deben a que en esta época, no se conservan mucho tiempo las medicinas ya fabricadas, con ellas haremos los tratamientos necesarios, en el momento.

En otro carruaje podemos encontrar alimentos básicos y semillas para cooperar con la producción de la tierra, de nuestra gente, en un tercer vehículo, íbamos a ir mi hermana y yo, mientras que en el último iría mi doncella con la de mi hermana y mi nuevo profesor Rodolfo Blas, los soldados irían en caballos custodiando y uno de cada uno de ellos, se colocaría al lado del conductor de cada carruaje, por cualquier inconveniente.

A mi padre le costó mucho encontrar a mi profesor de magia para este viaje, casi no lo logra, ya que nadie quería asumir el puesto, al enterarse que era para la hija menor del ducado Liberto.

Hasta que una tarde llegó un mago, quien decía ser un viajero, necesitaba dinero, por lo que podía enseñarme magia.

Al comienzo mis padres no querían acceder, ya que querían que un reconocido mago me enseñe, a lo que les recordé lo mal vista que estoy, en esta sociedad y seguro, ese chico era la única oferta que podría lograr. No muy convencidos, mis padres accedieron.

Al observar a mi profesor, todavía me preguntó si realmente es un viajero, debe serlo, puesto que no lo recuerdo de mi vida anterior, tal vez al ser alguien de paso, como se describió él mismo, nunca lo conocí. Sin embargo, se ve bastante guapo, podría competir un poco con mi emperador; su cabellera azul marino, hacia juego con sus ojos de la misma tonalidad, de tez clara, alto, delgado, tiene una personalidad distante por el momento y bastante ácida, por lo que parece alguien muy observador, siempre lleva en su mano izquierda un bastón, tan alto como él, no sé si le servirá de algo, nunca lo suelta, pero le da un toque cool, así se imaginarían en el mundo que viví antes a los magos, solo que este es joven y guapo.

Hasta ahora me enseño muy poco, ya que muchas clases no tuvimos, me hizo leer en su mayoría libros, me dijo que debo comprender el principio básico de la magia antes de usarla, sin conocimientos sería peligroso querer despertar mi potencial mágico. Sinceramente es la primera vez que lo escucho, ya que comúnmente los magos que conocí hasta ahora, es decir, los ineptos que traía Paula, decían que primero debía ver mi potencial mágico para saber cómo dar sus clases. Como tampoco tenía mucho interés, en mi vida pasada de despertar magia, nunca lo intente, a lo que esos idiotas me decían que no servía y que había nacido sin poder mágico.

Muy diferente a lo que me dijo mi nuevo profesor, la primera clase me observó fijo y me dijo

-Tienes la pizca de magia, por suerte ningún idiota te arruino, si me logras convencer que eres lo suficientemente digna, te enseñaré como despertarla-

No lo comprendí muy bien, solo asentí muy entusiasmada, pienso aprovechar este tiempo para aprender y fortalecerme, debo ser fuerte si quiero salvar a todos aquí.

Luego de despedirnos, es decir lograr que mi hermano nos soltara y nos dejara ir, comenzamos nuestro viaje. El paisaje era hermoso, era un verde prado, lleno de árboles, la naturaleza se podía observar por todos lados, el aire fresco y el silencio del camino era hermoso. Sin embargo, esta ruta era la más rápida para llegar a los pueblos, por lo que esa paz que tanto me gustó duraría muy poco.

Durante el viaje, mi hermana me contó que era lo que estaba sucediéndole a la gente de nuestras tierras, estas había perdido sus cosechas, a gran escala, debido a unas plagas de insectos, nadie sabía de dónde salieron, ni cómo lidiar con ellos, ya que cualquier cosa que usaran para matarlos, arruinaban sus cosechas de todas formas. Por esto, llevamos semillas para cooperar en las plantaciones.

Mientras mi hermana me contaba todo esto, pensaba en buscar una mejora no solo para nuestro ducado, sino para el imperio completo, ya que si nuestra gente sufre, lo mismo debe pasar en todo el imperio, las plagas son molestas y difíciles de tratar más en esta época. Ya que no se usa ningún pesticida como en mi otra vida.

Recordando un poco mí vida pasaba, mis últimos años me dedique a la jardinería, tenía una pequeña huerta y a los niños les encantaba la verdura fresca que obteníamos, siempre andaba luchando con plagas molestas, por lo que creé un remedio casero. Cuando lleguemos haré mi remedio para combatir las plagas y veremos si funciona…

Pasó un día completo hasta que llegamos al primer pueblo, los caminos eran bastantes seguros en nuestro ducado, ahora entiendo porque le tenían tanto estima a mis padres, hacen una gestión increíble, me sorprende la prosperidad de nuestras tierras.

En el primer pueblo pusimos un campamento, cerca de donde nos hospedaríamos, la persona que nos daría asilo en cada pueblo sería, el alcalde de cada lugar. Los mismos, habían sido elegidos en cada poblado, por mi padre. La elección se basó en la persona que tenga el negocio más próspero. Pues según mi padre, si eran capaces de mantener su negocio de forma correcta, sin ir por el mal camino, era dignos del puesto y cooperarían a la prosperidad y grandeza de los pueblos en general.

Debo admitir que la sabiduría de mi padre es inmensa, contamos con el ducado más amplio y próspero de todo el reino del Sur. Cada pueblo genera las suficientes ganancias para subsistir adecuadamente y sin mayores contratiempos Hasta ahora, que las plagas estaban molestando las cosechas de nuestra gente.

Poniéndolo en retrospectiva, mis padres se vinieron abajo en mi vida anterior, por varios factores, que por separado no los derrocaría pero al ser todos juntos dejaron un hueco enorme en la gestión del ducado Liberto.

El primer factor fui yo, obviamente la mala hija que los llevo a la guillotina, pero no hubieran llegado a ese fin, sin el segundo y tercer factor.

La segunda causa se vio en los pueblos del ducado, si estos hubieran salido rápido de este problema… Las malas cosechas, los ingresos comenzaron bajaron, el dinero faltaba a gran escala y las enfermedades por el invierno duro que se acerca, comenzaron a acechar. Mi hermana sola no daba abasto para controlar las enfermedades y nadie encontraba la solución para las cosechas, el malestar del poblado se dejó ver.

A esto le sumamos el tercer factor, la perdida de la mitad de los soldados, que pertenecen al ducado, su fin se vio en esa guerra absurda que se dio con el Norte, por culpa del Oeste.

En conclusión, para evitar la caída de mis padres, primero yo debo ser una persona productiva para este ducado, segundo no debo dejar que las cosechas sigan siendo afectadas y deberíamos tratar a los enfermos rápidamente para evitar propagar las enfermedades, y en tercer lugar hay que evitar esa guerra absurda. Que difícil va a ser poder vivir mi tercera vida, tengo mucho que hacer…